California y la frontera novohispana.

El territorio más remoto del reino de la Nueva España estuvo lleno de expectativas por parte de los conquistadores, hay que recordar tan solo que Hernán Cortes dirigió una expedición hacia la península para corroborar las fantasías que alimentaron la idea de la existencia de un territorio de ficción de las historias caballerescas, California. De ahí viene el nombre con que bautizaron estos territorios, aunque distaban mucho de las riquezas y reinos que la habitaban al encontrar tierras desérticas habitadas por tribus nómadas belicosas, siendo el único recurso explotable las perlas.

Lejos de causar desinterés por la falta de incentivos, serán las corrientes oceánicas las que le darán la importancia al ser parte de la ruta del tornaviaje de la Nao de China, ya que sus pequeños puertos como Monterrey o Cabo San Lucas servían para reabastecer de aguas y víveres las embarcaciones para dar el último empuje que los llevaría a Acapulco. Los españoles intentaron buscar el hipotético estrecho que conectaría América y Asia y que facilitaría el comercio entre ambos continentes, pero nunca lo hallaron.

Para asegurar el dominio de la región, se incentivó gracias a la iniciativa del jesuita Eusebio Kino el establecimiento de un sistema misional que permitiera la pacificación de la región con la conversión de las tribus nómadas a la vida “civilizada”. No obstante, la lejanía y la falta de potencias que amenazaran la región hicieron que no se contara con suficiente protección que salvaguardara la seguridad, lo que dio cabida a que fuera usada como refugio de piratas ingleses y holandeses para poder atacar a la Nao.

La situación cambia a mediados de siglo XVIII, la dinámica global empieza a dinamizarse y las potencias europeas comienzan a ser una amenaza, sobre todo con la aparición de un nuevo actor procedente del norte que podría arrebatarles estos territorios tan débilmente protegidos, Rusia. Es gracias a la llegada del visitador José de Gálvez en 1765 que empieza a recibir informes de la situación de las provincias occidentales y como la inestabilidad de la zona hacia que fuera una región con un dominio débil. Esta situación fue alimentada en parte por los jesuitas que en el afán de defender a los indígenas desincentivaron la migración de españoles a la región, lo que contribuía al despoblamiento de la región.

Es así que Gálvez decide visitar las provincias de Sonora y California para comprobar la situación de la región y planea una serie de estrategias para acabar con la resistencia indígena con tal de consolidar el dominio español. Al poco tiempo, la monarquía borbónica declara la expulsión de los jesuitas de sus dominios, lo que genero un vacío que representaría un traspié en el intento de pacificar la región, situación que Gálvez solventa con la orden de los franciscanos como base del proyecto de expansión hacia la Alta California.

Para el visitador Gálvez la posición de California en el plano geoestratégico era de vital importancia para salvaguardar la integridad del reino. No por nada el llamo a este territorio como el “verdadero antemural de la Nueva España” e integrarla como parte de la estrategia de defensa ante la amenaza de las potencias rivales que empezaban a representar una amenaza a la región.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

Federico Flores Pérez

Bibliografía: Francisco Altable, El “Verdadero antemural de la Nueva España”, dos propuestas para la defensa de las Californias novohispanas, revista Estudios de Historia Novohispana no. 61 UNAM.

Imagen: Antonio García Cubas, Atlas Geográfico, Estadístico e Histórico de la República Mexicana, 1857

Deja un comentario