El maderismo en Sinaloa.

La primera década del siglo XX se caracterizó por la aparición de las grietas ocasionadas por los abusos del sistema porfirista con su predilección por los grandes potentados, teniendo como una de las válvulas de escape la política como una oportunidad de cambiar las cosas en el país esperando reemplazar a las viejas autoridades. Pero el afán por parte del régimen de seguir manteniendo el control del país impide que la sociedad participe en la política y persiste en su intento de dejar a su círculo cercano en los principales puestos en el gobierno nacional como en los estatales, siendo el campo de cultivo para el estallido revolucionario. Debido a la avanzada edad de muchos de estos funcionarios, fue común en esos tiempos se fuesen muriendo en el poder, esto sucedió en el caso de Sinaloa con la muerte del gobernador Francisco Cañedo en 1909, figura central de la política estatal al empezar su influencia desde 1877 con la victoria del Plan de Tuxtepec y ejerciendo el poder directamente durante 22 años con algunas pausas.

Con este vacío de poder en el estado, pronto empezaría la lucha para ocupar el lugar de Cañedo y se perfilaron dos candidatos, Diego Redo quien tenía el apoyo del círculo porfirista y sobre todo el de Ramon Corral (exgobernador de Sonora y vicepresidente de Diaz), mientras la oposición fue representada en José Ferrel, periodista avecindado en la Ciudad de México quien fue invitado por su primo Francisco Valadés a participar. Además de esta pugna política, también salió a relucir las viejas rivalidades localistas que luchaban por ostentar el poder en el estado, por un lado estaba Culiacán como la ciudad capital donde se focalizaban los políticos porfiristas, del otro se encontraba Mazatlán la cual se había convertido en el polo económico del estado y que a mediados del siglo XIX le llego a despojar a Culiacán de su posición como capital, convirtiéndose en el centro natural de los opositores al dar cabida a los comerciantes y a las clases medias. Para estas elecciones, se llegaron a conformar 75 clubes políticos en favor de Redo y Ferrel solo llego a formar 53, además de que Ferrel tenía el problema de ser un completo desconocido en el estado por lo que Valadés tuvo que apoyarlo con su periódico para darlo a conocer.

Estos esfuerzos por disputar el poder no rindieron frutos debido a la persecución del oficialismo a los opositores, este fue el caso de Martin Espinoza de Rosario y que era partidario de Ferrel, empezando a hacer campaña en el distrito de Concordia, pero las autoridades empezaron a perseguirlo acusándolo de sedición y lo arrestan en el día de las elecciones, cuando es liberado huye hacia Altar, Sonora, para pasar a EU y regresar a la Ciudad de México donde se integra al partido antirreeleccionista. La elección fue ganada por Redo al combinarse tanto la inexperiencia de los opositores y la persecución de las autoridades estatales, por lo que la frustración de la derrota haría que Mazatlán se convirtiese en el principal centro de los partidarios de Francisco I Madero, quien llega en enero de 1910 con la intención de encontrar adeptos en los ferrelistas. Su gira inicio en Mazatlán donde sienta las bases de sus partidarios en el estado, de ahí se dirige a Culiacán para ser recibido por los obreros y comerciantes, continuando hacia Angostura y terminando en Mocorito, en todos ellos logra fundar sus clubes políticos poniendo como sus principales organizadores a los principales liderazgos opositores de cada lugar. 

Una de las personas que intento entrar en la política estatal y vio en el maderismo la oportunidad para entrar fue el abogado Gabriel Leyva Solano, quien tenía una larga carrera como litigante ayudando a los campesinos del centro y norte de Sinaloa a defender la propiedad de sus tierras, de sus casos más destacados se encuentra el juicio entre el pueblo de Ocoroni contra José María Rojo quien había reportado sus terrenos como baldíos para apoderarse de ellos, o el de los pobladores de Cubirí de Pórtelas contra Francisco Mussot. Su trabajo lo convertiría en un acérrimo antiporfirista y dentro de sus primeras incursiones en la política se volvería partidario de Bernardo Reyes, llevándolo a unirse a la campaña de Ferrel, después de su derrota se suma a la campaña de Madero cuando visita Mocorito y lo comisiona para hacer labores políticas en Guasave, Ocoroni, Angostura y sus pueblos cercanos. Tuvo como su aliado y socio en la campaña a su amigo Maximino Gámez, ranchero de Cabrera de Inzunza, fue el que hizo una activa campaña para formar bases maderistas en los pueblos, haciendas y ranchos quienes se veían despojados por los hacendados y empresas en el estado.

Pronto, las actividades de Leyva serian vistas como peligrosas por los porfiristas de Sinaloa, sobre todo sus enemigos que se había hecho en su trabajo de abogado como José María Rojo y otros grandes potentados iniciarían la persecución de los maderistas en los pueblos, por lo que Leyva le informa a Madero de las acciones del gobierno contra sus seguidores y familias, llamándolo a escalar las cosas de la campaña para pasar a la rebelión.  Sin esperar una respuesta, Leyva, Maximino y su primo Narciso Gámez empiezan a conformar una guerrilla para prepararse a lo peor, pero el 12 de junio su grupo fue atacado por una cuadrilla de rurales comandados por Ignacio Herrera y Cairo  en Cabrera de Inzunza, siendo perseguidos y por medio de una traición de uno de sus seguidores fueron alcanzados en Aguaje de Bainoro, logrando escapar Maximino y Narciso, pero Leyva es capturado y ejecutado mediante la “Ley Fuga” en el camino hacia Cabrera de Inzunza el 13 de junio, por lo que a partir de ahí los Gámez consolidan su guerrilla que estaría muy activa en los años de la revolución. 

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Diana María Perea Romo. La rebelión zapatista en Sinaloa. 

Imagen: S/D. Los primeros revolucionarios: Narciso Gámez (izquierda, sentado), Maximino Gámez (derecha, sentado), Alfonso Salazar (izquierda, de pie) y Gabriel Leyva (derecha, de pie).

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