Poblando la frontera, el nacimiento de Mexicali.

El territorio de Baja California había permanecido al margen de toda clase de desarrollo a lo largo del siglo XIX, sobreviviendo de milagro bajo la soberanía mexicana a las cesiones territoriales e invasiones filibusteras de la que fue presa en la primera mitad del siglo. Pero el auge de la vecina California hizo que plantease la necesidad de poblar la frontera noroeste al ver la posibilidad de poder capitalizar la cercanía con territorios como el Valle de Imperial de gran productividad agrícola, por lo que a principios del XX se empieza a poblar tanto del lado mexicano como del estadounidense, no sin antes plantearse la necesidad de encausar las aguas del rio Colorado para asegurar el agua para los cultivos, fundándose la población de Los Algodones el 14 de marzo de 1903 que primero empezaría con un campamento para pasar a establecer chozas de cachanilla, la cual después seria nombrado Mexicali al combinar los nombres de Mexico y California.

Fueron varios factores lo que aseguraron la pervivencia del establecimiento, todo girando entorno al contexto estadounidense, siendo el primero su entrada a la Primera Guerra Mundial lo que hizo que aumentase la demanda de algodón, siguiéndole la prohibición del consumo de alcohol y de los juegos de azar y un segundo aumento por la demanda de algodón debido a la Segunda Guerra Mundial. El que sería determinante fue la prohibición del alcohol, cuyo negocio pasaría a manos del crimen organizado que siempre estuvo dispuesto a mantener a flote el mercado, esto hizo que una cervecera ubicada en San Diego de nombre Aztec Brewery decidiese trasladar sus operaciones a Mexicali en 1921, siendo beneficiada por estar ubicada en el punto de confluencia de las vías ferroviarias que le permitían tener acceso a las materias primas y a la distribución de su producción, siendo la única que lo hizo a diferencia de las demás que se trasladaron a Canadá.

El nuevo flujo de dinero que procedía de la frontera hizo que llamase la atención de la clase política bajacaliforniana del momento, como fue el caso de los ex gobernadores Esteban Cantú y Abelardo L. Rodríguez quienes empezarían a aprovechar la entrada de turistas dispuestos a visitar los casinos de la frontera y que ofrecían carta libre tanto para el juego, el alcohol y la trata prostitución. Esto también sirvió para que el territorio pudiese acceder a producir sus propios ingresos para incentivar el desarrollo, logrando tener recursos para la construcción de escuelas, la pavimentación de calles y la instalación de drenaje, así como el lograr catapultar otras industrias como la ganadería, agricultura, construcción, aviación y la compra y venta de granos. Todo esto se hizo en anuencia del gobierno mexicano, que en lo externo comulgaba con las ideas del vecino del norte, pero en la práctica las pasaba por alto y permitía que tanto Cantú como Rodríguez manejasen todo lo referente a los negocios fronterizos.

Uno de los resultados que tuvo la afluencia de estos negocios prohibidos fue el desarrollo de la industria cervecera en Mexicali, aunque el estado contaba con el antecedente desde 1889 con la llegada de Howald Mauer para después de 24 años se fundara la Cervecería de Ensenada. Junto con el establecimiento de la Cervecería Azteca, también lo hizo un establecimiento mexicano de la mano de Miguel Ángel Quiroz y Heraclio Ochoa fundaron el 4 de julio de 1923 la Cervecería de Mexicali S.A. de C.V., siendo competencia de la estadounidense hasta que fue comprada dos años después por la mexicana. La industria cervecera se dinamizo de tal forma que nacieron otras dos cerveceras, la Compañía Cervecera de Tijuana y la Cervecería de Anza, por lo que muy pronto la cerveza bajacaliforniana se convertiría en una de las mejores al nivel mundial gracias a sus altos estándares de calidad, gracias a la llegada del químico y maestro cervecero Adolfo Bindher quien la mejora al agregarle las técnicas de las recetas alemanas.

Todo esto hizo que la Cervecería de Mexicali se convirtiera en la más importante en la región y dominase el 90% del mercado, llegando de una producción inicial de 48 barriles diarios a fabricar 6,000 treinta años después, creciendo a la par las instalaciones necesarias para garantizar la producción. Con el fin de la prohibición del alcohol en Estados Unidos hacia 1933, hizo que su expansión se garantizara al sur del país, por lo que fueron naciendo otras variedades para ofrecer más alternativas al mercado como fue el caso de las cervezas Suprema y Toro. Pero hacia 1945 surge otro competidor bajo la dirección del ex gobernador Alberto V. Aldrete, quien funda la Cervecería Tecate en 1945, por lo que se inicia la lucha por el mercado al crear la Tecate el envase conocido como “caguama” de 950 ml mientras la Mexicali lanza la “catedral” de 1.5 lt.

Pero hacia 1950 cae la cervecera Mexicali con la llegada de la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey, quienes se dedicaron a barrer la competencia con su producción de 33,000 barriles diarios que no se comparaban con sus 6,000, sumada a la mala administración de Víctor Gonzales Ips quien vivía en Francia hizo que la cervecera cerrara para 1973. Las instalaciones de la cervecera se volvieron un icono de la que se convertiría en la capital del estado, pero un incendio en 1986 destruye el edificio principal, pero su importancia fue tal que fue reconstruida con los planos originales para volver a estar presente en la vida de los bajacalifornianos. Es así que gracias al aprovechamiento de sus condiciones de frontera es que Los Algodones se transformaría en Mexicali, cuyo nombre aduce a su situación fronteriza al combinarse el nombre de nuestro país con el estado del vecino del norte, perpetuando los vínculos de esta región floreciente.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Javier Bonilla Vázquez. La fundación de Mexicali. Cerveza, entretenimiento e industria en el siglo XX, de la revista Relatos e Historias en México no. 47.

Imagen: Anónimo. Cerveceria Mexicali, 1923.

¿La última incursión filibustera? Los magonistas en Baja California.

El movimiento anarquista tuvo algunos acercamientos en el territorio mexicano con la llegada de los socialistas utópicos que sirvieron para ir delineando los objetivos de la lucha por las necesidades del pueblo, refugiándose en el liberalismo revolucionario que se iba gestando en contra del régimen de Porfirio Diaz, primero como parte del Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón quienes tuvieron que salir al exilio hacia los Estados Unidos después de la persecución gubernamental. Será en esos años cuando Ricardo y Enrique se acercan en California a la Industrial Workers of the World (IWW), la principal organización anarquista en el país el que llamaría la atención de los hermanos Flores Magón y deciden cambiar la orientación del partido hacia el anarquismo, convirtiéndose en críticos hacia la lucha revolucionaria, haciendo que su movimiento político quedase al margen de la guerra y sus miembros se distribuyeran en las diferentes facciones.

Para ese momento, Baja California era un territorio escasamente poblado con apenas 2,170 habitantes concentrados la mayor parte en las ciudades de Tijuana y Mexicali, dedicados principalmente a las actividades agrícolas, las ganaderas y al comercio con los estadounidenses, siendo el lugar indicado por Ricardo para iniciar la revolución anarquista que según sus ideales necesitaba para resolver sus problemas de desigualdad. Hay que recordar que el anarquismo es un movimiento gestado en la Europa decimonónica, siendo sus principales ideales el de acabar con los gobiernos establecidos para conformar pequeñas organizaciones colectivas que se autogestaran tanto en la producción como en la forma de resolución de conflictos, siendo sus mayores anhelos la disolución de las fronteras internacionales para entrar en una etapa de mayor igualdad social. De ahí la razón de Flores Magón de echar mano de los miembros de la IWW o wobblies como fuerza de lucha para acabar con el estado mexicano como parte de la lucha internacional, por lo que era necesario el compromiso de todos los miembros para llegar al objetivo.

Todas estas condiciones hicieron que para el 29 de enero de 1911 los wobblies se internaran en la frontera y tomasen Mexicali, buena parte de ellos provenientes de San Diego y pertenecían a diferentes nacionalidades, sumándoseles numerosos aventureros abanderados en la revolución anarquista. El Valle de Mexicali era de vital importancia para los agricultores del Imperial Valley al otro lado de la frontera por las obras de irrigación patrocinadas por ellos, siendo el problema de la incursión anarquista de importancia para el gobierno estadounidense, por lo que cerraron la frontera con el fin de evitar el internamiento de los anarquistas, que para entonces ya habían entrado en un buen número. Los principales cabecillas de los anarquistas fueron los mexicanos José María Leyva y Simón Berthold Chacón, sumándose el estadounidense Jack Mosby y el británico Carl Ap Rhys Price, ambos combatientes en otros conflictos como la Guerra Bóer en Sudáfrica.

El ejercito anarquista se dirigió de Mexicali a intentar tomar Ensenada, cuya resistencia hizo que abandonaran el campo de batalla y se dirigieran a Tijuana, tomándola en un ataque que duro entre el 8 y 9 de mayo, muchas de las autoridades locales murieron en la batalla y la población tijuanense se mantuvo bajo su control por cerca de un mes. Pese a que en esos mismos días se había librado la batalla de Ciudad Juárez y la principal excusa de la incursión renuncia al poder el 25 de mayo, los magonistas y anarquistas deciden continuar de la lucha alejándose de los objetivos del movimiento revolucionario, incluso llegaron más allá con la intervención de un payaso de nombre Richard Ferris quien desde San Diego proclama el 2 de junio la Republica de Baja California, legitimándose en una supuesta asociación con los hermanos Flores Magón cuyos partidarios desmintieron sus declaraciones, pero no impidieron que sus simpatizantes arriaran una bandera similar a la estadounidense pero con una sola estrella a nombre de la “Republic of Lower California”, la cual fue quemada por los indígenas cucapá y kiliwa para continuar con la bandera roja del anarquismo.

Poco después de los altercados provocados por Ferris, llegan enviados maderistas para negociar la paz y entregasen las armas, recibiendo la negativa por parte de Ricardo quien nunca llegaría a Baja California, pero sus partidarios que tenían tomadas Tijuana y Mexicali accedieron a la oferta, pero al mismo tiempo llegaría desde Ensenada la incursión del jefe político y militar del Distrito Norte Celso Vega, quien junto a su guarnición y a voluntarios civiles tanto de Tijuana como de San Diego inician el proceso de recuperación y echan a los anarquistas hacia los Estados Unidos donde son detenidos valiéndose de los tratados de neutralidad. Estos sucesos mancharían la imagen de Ricardo Flores Magón quien sería tachado de traidor y anexionista al valerse de voluntarios extranjeros, negando toda acusación que lo asociase a algún intento por favorecer a EU y que corresponde más bien a los aventureros que se sumaron como el caso de Ferris, pero lo cierto es que sus postulados políticos para ese entonces habían pasado a un radicalismo que pretendía acabar con el orden establecido para echar en práctica los ideales de un utopismo romántico.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: David Piñera y Gabriel Rivera. Los magonistas invaden Baja California. Los sucesos armados de 1911, de la revista Relatos e Historias en Mexico no.30

Imagen: Colección André Williams. Magonistas atendiendo a un herido. 1911.