El desarrollo mesoamericano de la costa oaxaqueña.

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Desafortunadamente, varios territorios han sido ignorados por la arqueología debido a la constante falta de presupuesto para llevar a cabo investigaciones. Este es el caso de la costa oaxaqueña, que ha sido ampliamente descuidada en los trabajos arqueológicos. En su lugar, la atención se ha centrado principalmente en dos regiones: el Istmo de Tehuantepec y el valle del Río Verde. Esta situación se ve complicada por la compleja dinámica étnica que caracterizó a la costa oaxaqueña durante la era mesoamericana y que continúa siendo relevante en la actualidad.

En la costa oaxaqueña, se identifican varios grupos originarios, entre ellos los chatinos, chontales, mixes y amuzgos, quienes fueron sometidos por pueblos provenientes del interior. Por ejemplo, los huaves dominaron a los mixes, los zapotecos fundaron Tehuantepec en el Istmo, y se destaca el conocido episodio de la conquista del rey mixteco 8 Venado y la fundación del reino de Tututepec, como relatan tanto las fuentes prehispánicas como coloniales.

A pesar de esta compleja historia, las investigaciones arqueológicas en la costa oaxaqueña han sido escasas y se han centrado en un número limitado de sitios, como los restos de Tututepec, algunos lugares documentados en Pinotepa Nacional y las bahías de Huatulco. Estos sitios son importantes para comprender la relación de la región con potencias mesoamericanas como Monte Albán y Teotihuacán. Sin embargo, se requiere un mayor apoyo y recursos para explorar adecuadamente esta rica y diversa región arqueológica.

Se ha descubierto que Río Verde fue un importante núcleo poblacional en etapas tempranas, como el Preclásico temprano, que abarca desde aproximadamente los años 1800 al 700 a.C. Durante este período, experimentó un crecimiento gradual de la población de las comunidades, aprovechando las dinámicas comerciales propiciadas por Teotihuacán. Esto se evidencia en la proliferación de la obsidiana de Pachuca y la adopción de estilos cerámicos como el anaranjado delgado.

Con el paso del tiempo, el desarrollo de la región se volvió más modesto. Sin embargo, durante el Posclásico Temprano, que comprende desde el 900 al 1200 d.C., la región entró en un período de decadencia, caracterizado por el abandono de muchos de sus asentamientos. Este contexto propició la entrada de los mixtecos en la región y la fundación del reino de 8 Venado de Tututepec.

El territorio controlado por este estado mixteco alcanzó una extensión máxima de aproximadamente 25,000 kilómetros cuadrados a lo largo de la costa. Este estado llegó a ser tan importante que estableció nexos dinásticos con señoríos distantes, incluyendo la Mixteca poblana, varios reinos costeros y los Valles Centrales, gracias a la intervención de los toltecas-chichimecas liderados por 4 Jaguar.

Sin embargo, su importancia disminuyó con la expansión mexica a finales del siglo XV y principios del XVI. Según algunas fuentes, el reino mixteco de 8 Venado de Tututepec fue rodeado y debilitado, e incluso algunos relatos mencionan su conquista por parte de los mexicas.

Una de las regiones que ha cobrado relevancia ante los investigadores son las Bahías de Huatulco, cuyo registro arqueológico se vuelve fundamental ante la amenaza latente de la destrucción causada por la expansión turística. Las investigaciones y excavaciones arqueológicas realizadas en algunos sitios, especialmente destacado el de Bocana del Río Copalita, han sido cruciales. Este sitio ha sido restaurado y abierto al público.

Los resultados obtenidos de estos trabajos revelan que las primeras manifestaciones de ocupación humana datan desde alrededor del 2,500 a.C. Bocana del Río Copalita adquirió relevancia gracias a su estratégica ubicación en la desembocadura del río, que lo convirtió en un importante puerto tanto para los pueblos de la sierra que se comunicaban río abajo como para el emergente comercio marítimo por cabotaje. El sitio fue fundado durante el Preclásico Tardío (400 a.C. – 200 d.C.).

Gracias a su posición en las rutas comerciales, Bocana del Río Copalita experimentó un periodo de esplendor durante el Clásico, con la construcción de varios edificios del centro ceremonial, entre ellos el Juego de Pelota, que hasta ahora ha sido el único localizado en los sitios de la costa oaxaqueña. Esto revela la importancia que tuvo este lugar en el contexto regional durante esa época.

Las investigaciones han revelado que la costa de Oaxaca pudo mantener durante el periodo Clásico una relación sumamente dinámica con otras regiones mesoamericanas. Esto se evidencia en el hallazgo de materiales procedentes de Chiapas, Veracruz y Tabasco en Copalita. Sin embargo, aún no se ha determinado el grado de control o relación que pudo haber tenido el estado de Monte Albán sobre el puerto.

A través de las evidencias encontradas en los restos humanos y las figurillas, se ha podido determinar que la calidad de vida en la región alcanzaba una esperanza de vida de alrededor de 50 años. Además, se han obtenido detalles sobre la vestimenta, que revelan que los hombres utilizaban principalmente el maxtlatl o taparrabos, mientras que las mujeres llevaban faldas desde la cintura hacia abajo y el pecho descubierto. Es importante destacar que esta costumbre aún perduraba hasta la primera mitad del siglo XX entre las indígenas.

A pesar de dedicarse al comercio, Bocana del Río Copalita era capaz de producir sus propios materiales de consumo, como cerámica estucada, textiles variados y adornos de concha. Sin embargo, se cree que la manufactura de estos últimos podría haber sido importada, ya que no se han encontrado talleres para su producción local.

Esta situación de bonanza que experimentó Copalita cambió drásticamente durante el Posclásico, cuando tuvo que hacer frente a la despoblación de la región y al expansionismo mixteca liderado por 8 Venado. Eventualmente, cayó bajo el control de los mixtecas y se convirtió en un territorio tributario de Huatulco, con la obligación de reunir tributos para Tututepec, especialmente oro proveniente de los chontales de la sierra.

Según los cronistas del siglo XVI, Huatulco era un importante centro de llegada para los toltecas, manteniendo relaciones con el Altiplano Central. Esta conexión pudo haber despertado el interés de los mexicas por la región. Se registró una incursión de Moctezuma Ilhuicamina hacia 1455 y 1456, seguida por otra expedición de Axayacatl.

Antes de la llegada de los españoles, Copalita (posiblemente conocido como Copalitlán) experimentaba un período de decadencia, caracterizado por problemas de salud graves entre los niños y una epidemia de sífilis, lo que afectaba su calidad de vida. Esto facilitó el abandono del sitio de Bocana y la reubicación de sus habitantes en el pueblo de Copalitlán durante la conquista española.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Raúl Matadamas Diaz y Sandra L. Ramírez Barrera. Copalita, Huatulco. La transición al periodo Clásico en la Costa de Oaxaca, del libro Monte Alban en la encrucijada regional y disciplinaria.

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Imagen: Basamento del centro ceremonial de Bocana del rio Copalita, Oaxaca. 

El intento de desarrollar el corredor del Istmo de Tehuantepec.

Las condiciones estaban dadas para emprender el desarrollo del paso a través del Istmo de Tehuantepec por parte de empresarios estadounidenses. Ya se había obtenido el reconocimiento por parte del presidente Jose Joaquín de Herrera de la posesión legal de la concesión de Garay, anteriormente en manos de una compañía británica. Sin embargo, ahora debían enfrentarse a las discusiones políticas en Washington, donde los liberales intentaban entorpecer lo que sería un proyecto respaldado por los esclavistas.

El empresario a cargo de las gestiones con ambos gobiernos era Peter A. Hargous. Durante la presidencia de Millard Wilmore y con Daniel Webster como secretario de Estado por parte del partido Whig, se llevaron a cabo las negociaciones. Webster, con más experiencia en tratos con México, intervino para aumentar las exigencias en las condiciones del proyecto. Estas incluían mantener tropas en la zona del Istmo para salvaguardar los intereses estadounidenses, la exención del uso de pasaportes en la zona del paso y la libertad para operar en ella. Prácticamente, se estaba solicitando establecer un protectorado.

El gobierno estadounidense planeaba utilizar como punto de presión la suspensión del pago pendiente de la indemnización por los territorios cedidos en el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, con el objetivo de forzar la aceptación del acuerdo. Esta táctica llevó al presidente Herrera a prohibir cualquier obra de construcción en la zona del Istmo hasta que se resolviera esta cuestión, limitándose solo a realizar viajes de exploración para conocer la región.

En este contexto, se enviaron varias expediciones desde Nueva Orleans, lideradas por ingenieros, con el fin de evaluar la forma más eficiente de aprovechar la hidrografía y orografía de la región. Determinaron como ideales la bahía Ventosa y la laguna Boca de Barra en el Pacífico. Asimismo, confirmaron que el río Coatzacoalcos era navegable para barcos de bajo calado hasta el punto conocido como Paso Sarabia, identificándolo como el lugar donde debían tenderse las líneas ferroviarias.

Además, se constató la disponibilidad de mano de obra local, más económica que la estadounidense, así como un clima favorable para la salud de los trabajadores estadounidenses. La construcción del paso representaba una oportunidad para mejorar la comunicación entre la próspera California y el centro económico del país, por lo que el costo de $7,847,896 pasaba a segundo plano.

Las exigencias del gobierno estadounidense resultaron inaceptables para el gobierno de Herrera, y no se llegó a un acuerdo. Ante esto, los inversionistas instaron al gobierno estadounidense a flexibilizarse para atender las demandas mexicanas. Sin embargo, los tiempos jugaron en contra al finalizar el mandato de Herrera y ascender Mariano Arista el 15 de enero de 1851, quien tenía una perspectiva diferente sobre los alcances de la concesión de Garay y el Tratado de Tehuantepec.

Para evitar ser tildado de traidor por la opinión pública, Arista detuvo las negociaciones para reformularlas. En este nuevo acuerdo, se permitió la presencia de un agente estadounidense para supervisar los movimientos de sus compatriotas en el Istmo. Además, se estableció la aplicación de las leyes mexicanas para los trabajadores y el desconocimiento de los alcances de la concesión sobre la propiedad de las tierras. Tanto Webster como Hargous se vieron obligados a aceptar estas condiciones.

El tratado fue aceptado tanto por el Congreso y el Comité de Relaciones Exteriores estadounidenses como por el presidente Arista. Esto llevó a Hargous y a Webster a considerar que ya era un hecho, comenzando a enviar mercancía e incluso pasajeros para transitar los caminos de la vía mientras se apresuraban en terminar las obras de infraestructura.

En el lado mexicano, el Congreso sesionó para declarar insubsistente la concesión De Garay. Como respuesta, se ordenó el cierre de los puertos de Minatitlán y Ventosa a las embarcaciones estadounidenses a partir de febrero. Además, se advirtió sobre la posible prohibición de la entrada de migrantes en la región. Incluso, el entonces gobernador de Oaxaca, Benito Juárez, recibió la orden de detener las obras en Tehuantepec.

Ante esta situación, el Estado mexicano se puso en alerta máxima y comenzó a realizar designaciones militares para la región del Istmo. Esto incluyó la fundación de cuatro colonias militares, la reconstrucción de un fuerte, el traslado de la comandancia general de Veracruz a Acayucan, el despliegue de tropas, el alistamiento de la guardia nacional en los estados vecinos, el reparto de armamento y el estacionamiento de tres buques de guerra en la desembocadura del río Coatzacoalcos. Estas medidas fueron seguidas por la expulsión de los grupos de reconocimiento de las compañías estadounidenses, el cierre de los consulados recientemente abiertos en Tehuantepec y Minatitlán, y el embargo de dos barcazas.

Ante las acciones mexicanas, el gobierno de Washington comenzó a difundir la anulación del tratado a través de la prensa y ordenó a las compañías exploradoras detener sus trabajos. Mientras tanto, el presidente Arista escribió a los principales involucrados explicando las razones de sus acciones. Justificó su decisión argumentando que no querían repetir lo sucedido en Texas y que no permitirían que un asunto menor desencadenara una controversia diplomática, que a su vez pudiera dar lugar a acciones de invasión. En cambio, propuso cambiar el enfoque para convertir el paso en una vía de comunicación interoceánica internacional.

Los empresarios estadounidenses estaban furiosos por la interrupción de los trabajos. Judah P. Benjamin, por ejemplo, se presentó ante el presidente Fillmore para instarlo a hacer cumplir el acuerdo. Benjamin consideraba enviar a sus 500 trabajadores sin importar las medidas mexicanas y se enfrentaba al dilema de elegir entre defender a sus ciudadanos o «aliarse con México para castigarlos». Sin embargo, el gobierno estadounidense se encontraba en una posición complicada, ya que el tratado no había sido ratificado por el gobierno mexicano y, por lo tanto, carecía de validez. Se limitó a buscar vías legales, además de que en octubre se había inaugurado un paso en Panamá que rivalizaba con la idea de Tehuantepec, lo que contribuyó a socavar el proyecto.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Ana Rosa Suarez Argüello. La Tehuantepec Railroad Company y la construcción de una vía interoceánica (1850-1852), de la revista Secuencia no. 52.

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Imagen: Bono emitido por la Tehuantepec Company con un valor de 125 libras, 1853.

El viaje de 8 Venado a la Casa del Sol.

Una vez investido como “tecuhtli” en “Tollan” y después de haber dejado las cosas ordenadas en los reinos de Tilantongo y Tututepec, 8 Venado se dispone con una expedición de guerreros para acompañar al señor tolteca 4 Jaguar en su viaje hacia la “Casa del Sol” en el oriente. Si bien contamos con los códices mixtecos del Posclásico como fuente principal y algunas referencias de las fuentes coloniales, debemos señalar que existen numerosos vacíos en nuestra comprensión de las intenciones tanto del rey mixteco como del tolteca al dirigirse hacia el oriente. Ni siquiera sabemos a dónde se dirigieron exactamente.

Lo más desconcertante son las imágenes que nos han llegado del Códice Nuttall y Colombino, donde observamos cómo la expedición de 8 Venado se realiza por mar y cómo llegan a islas que conquistan. Además, resulta imposible identificar los glifos de los lugares a los que llegaron. El único lugar que podría ser identificable es un cerro que emite humo, que por la época en que pudo haber tenido lugar el viaje de 8 Venado, podría tratarse del Cofre de Perote, que en aquel entonces estaba en un periodo eruptivo.

La narración de la expedición en los códices está salpicada tanto de batallas navales como de sucesos sobrenaturales. Por ejemplo, en el Códice Colombino-Becker, en las páginas 22 y 23, se relata cómo 8 Venado se sumerge en un mundo subacuático con la intención de encontrarse con el dios Sol. Junto con 4 Jaguar, se enfrenta en una partida de juego de pelota para decidir si deben continuar con el viaje o regresar, resultando victorioso 8 Venado.

Una vez reanudado el viaje, atraviesan una serie de lugares sagrados dentro de la mitología mixteca. Por ejemplo, el Cerro Yahui (serpiente de fuego), donde luchan contra guerreros muertos, y la Llanura del Tabaco Ardiente, donde se encuentra el árbol mítico del que surgieron los ancestros de las dinastías mixtecas. Todos estos lugares ofrecen resistencia a la llegada de 8 Venado y 4 Jaguar. En la batalla del Cerro Yahui, muere su hermano 8 Flor Pedernal. Además, en el último bastión antes de llegar a la Casa del Sol, deben enfrentarse a un esqueleto y a un guerrero coyote, a los que vencen.

Finalmente, al llegar al Templo del Sol, proceden a destruirlo, como se observa en el Códice Becker I, página 1, donde la techumbre del templo cae mientras sale fuego de su interior.

El Templo del Sol se rinde hacia el año 1099, según los registros de los códices. Los dos líderes proceden a realizar una ceremonia religiosa donde le regalan al dios Sol un cascabel de oro y una cuenta de jade en otro templo del conjunto. Culminan el acto con la celebración de una ceremonia de Fuego Nuevo para marcar el fin e inicio de una nueva era.

Esto también se ha interpretado como un intento por parte de 8 Venado de recibir el investimento por parte de los dioses para elevar su rango como gobernante y aumentar el prestigio de su dinastía. A partir de entonces, comienza a portar una nariguera de jade como símbolo de su protección por parte del Sol, volviéndose el supremo señor en los cuatro rumbos del universo.

Sus periplos en la Casa del Sol culminan con 8 Venado y 4 Jaguar ascendiendo a un basamento con elementos solares, lo que puede interpretarse como una forma simbólica en la que ambos personajes ascienden a los cielos para buscar entrevistarse con sus antecesores de la casa de Tilantongo, y con ello culminar su epopeya para convertirse en el máximo líder mixteco.

Una vez regresados de su viaje de entronización, 8 Venado y 4 Jaguar no se vuelven a reunir sino hasta 2 años después en una cancha de juego de pelota. Según los elementos de la página 80 del Códice Nuttall, no portaban su equipamiento como jugadores, sino que parece que solo utilizaron el lugar para celebrar una reunión donde pudieron haber concretado una nueva alianza. Esta fue la última vez que se reunieron según lo que nos dejaron los códices.

Sin embargo, este período estuvo empañado por la muerte de su hermano 12 Movimiento, quien fue asesinado mientras se encontraba dentro de un temazcal. No se sabe si fue capturado y su sacrificio se realizó en el temazcal, o si fue sorprendido por un asesino mientras tomaba un baño. Tanto 8 Venado como el resto de los hermanos proceden a realizar las exequias de 12 Movimiento, armando una pira funeraria para incinerarlo, mientras los sacerdotes ofrecen copal y regalos. Posteriormente, recogen sus restos y los reparten entre ellos para formar bultos sagrados y rendirle culto cada uno por su cuenta.

Todo indica que el asesinato de 12 Movimiento fue perpetrado por un señorío llamado “Lugar del Bulto de Xipe”. Este sitio, al igual que muchos otros en la región mixteca, se ha perdido y resulta imposible de identificar. En represalia, 8 Venado se levanta nuevamente en armas para vengar a su hermano y conquistar ese reino que se atrevió a desafiarlo de manera tan artera.

Estas conquistas realizadas por 8 Venado contribuyeron a convertirlo en un modelo a seguir para las siguientes generaciones de reyes mixtecos. Se convirtió en uno de los ancestros a los que las dinastías de los diferentes reinos deseaban vincularse. Hasta el momento, la arqueología no ha podido rastrear cuán grande fue el reino de 8 Venado, considerando su posesión sobre Tilantongo y Tututepec, además de las implicaciones territoriales que debió tener su expedición hacia la Casa del Sol. La respuesta vendrá con el tiempo y los continuos avances en la investigación.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Manuel A. Hermann Lejarazu. 8 Venado, Garra de Jaguar. Vida y hazañas de un señor mixteco, revista especial Arqueología Mexicana no. 97

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El viaje de 8 Venado a Cholula.

Imagen: 8 Venado y 4 Jaguar en la Casa del Sol realizando ceremonias religiosas. Códice Nuttall, Lado 1, Lamina 78, cultura mixteca, Posclásico.

Los yorkinos contra los resultados de las elecciones de 1828

La maquinaria del bando yorkino para refutar las elecciones de 1828, donde el «imparcial» Manuel Gómez Pedraza derrotó al caudillo Vicente Guerrero con un resultado muy ajustado, se estaba movilizando. Esto se lograba mediante el trabajo político de los legisladores, donde, durante las discusiones, el legislador yucateco José María Alpuche e Infante pondría en duda la capacidad de las legislaturas estatales para seleccionar al elector que emitiría el voto por el presidente.

Así, los yorkinos esperaban que los gobiernos de los estados anularan los votos de sus congresos para «calificar» la elección. La prensa a favor de Pedraza empezaría a publicar las artimañas que estaban ejecutando los partidarios de Guerrero para deshacer las elecciones y lograr que él asumiera la presidencia. Para aumentar la presión sobre la elección, al bando yorkino se unió una de las figuras políticas más importantes que estaban empezando a dejar su presencia en el país: Antonio López de Santa Anna. Santa Anna tenía pleito declarado tanto con el presidente Guadalupe Victoria como con el mismo Pedraza, quienes lo habían amedrentado en su posición como vicegobernador como parte de la lucha política.

Antes de las elecciones, Santa Anna fue destituido de su cargo, pero su posición dentro del ejército le permitió sublevarse con algunos seguidores. Desde Perote, lanzó una proclama donde desconoció la elección de Pedraza debido a las irregularidades señaladas por los yorkinos. En su comunicado, reiteró su respeto a la Constitución de 1824 y anunció que no dejaría las armas hasta que sus demandas fueran cumplidas.

El gobierno declaró a Santa Anna fuera de la ley, junto con todos sus seguidores, y envió al general Manuel Rincón para combatirlo. Sin embargo, Rincón no pudo darle alcance a Santa Anna, quien logró escapar hacia Oaxaca, una de las plazas reclamadas por los yorkinos. Santa Anna esperaba tomar la capital desde allí y así iniciar la rebelión. Sin embargo, Rincón contaba con suficientes apoyos locales para resistir, lo que impidió que Santa Anna lograra su cometido.

A pesar de ello, la presencia de Santa Anna permitió que otros caudillos se levantaran en armas tanto en Oaxaca como en otros estados de la república. La propaganda impulsada por los yorkinos, dirigida por Lorenzo de Zavala, aumentó el descontento popular, calificando la situación como un fraude electoral.

Hacia finales de noviembre, la situación se estaba saliendo de control, y ni Victoria ni los pedracistas lograban contener los llamamientos de los yorkinos. Estos difundieron rumores donde señalaban la actitud tiránica con la que se había manejado a lo largo de su carrera militar, además de acusarlo de mostrar actitudes «antipatrióticas» al perseguir a los integrantes del gobierno del bando yorkino. También lo acusaron por las acciones cometidas en Oaxaca. Zavala, justificando con sus artículos la legitimidad de la rebelión popular, respaldó estas acusaciones.

La situación en Oaxaca ya era lo bastante conflictiva. Durante el proceso electoral, ambos bandos adquirieron motes bastante curiosos con un trasfondo derivado de los grupos que apoyaron a los insurgentes y a los realistas. Los federalistas serían conocidos como los «vinagres» y los imparciales como los «aceites», ya que detrás de estos últimos estaba la comunidad española. Se llegaron a pelear a tiros, siendo finalmente puestos en orden por el gobernador, lo que se convirtió en el punto de partida para acusarlo de represión.

Otro punto caliente fue Veracruz, ya que previamente muchos de sus diputados pasaron a apoyar la rebelión de Nicolás Bravo, respaldado por la logia escocesa conservadora. La derrota de Bravo lo sacaría a él y a los escoceses de las elecciones. Esto provocó que los diputados fueran el blanco de los ataques de los yorkinos, acusándolos de anticonstitucionales y argumentando que apoyaban la candidatura de Pedraza. Esta situación se considera una de las supuestas causas del inicio de la rebelión de Perote.

Los yorkinos intentaron deslegitimar las elecciones legislativas veracruzanas al calificarlas como «indignas». Argumentaron que los diputados estaban apoyando a Pedraza, sugiriendo incluso que la contrainsurgencia realista que aún persistía en el estado había presionado para que votaran por Pedraza. Cuando se anunció la victoria de los imparciales, los yorkinos radicales comenzaron a difundir duros cuestionamientos sobre la fiabilidad de los resultados. Alegaron que el estado de Durango, que había manifestado simpatías hacia Guerrero, había votado a favor del bando pedracista. Además, con respecto a Oaxaca, argumentaron que al no haber tenido una votación «constitucional», no se les debería tomar en cuenta. Con estos reclamos, esperaban al menos anular una legislatura para que la votación quedara en empate y la elección quedara en manos de los diputados, donde había una mayoría yorkina.

La negativa del gobierno de Victoria y de los imparciales a ceder ante los caprichos de los yorkinos provocó que los levantamientos surgieran en numerosos puntos del país, haciendo que la situación se tornara caótica debido al creciente clima de polarización generalizada. Los caudillos yorkinos empezaron a ganar posiciones, y todo culminó con la conspiración organizada por Zavala.

Zavala incentivó a algunos mandos militares a tomar un depósito de armas en la Ciudad de México llamado «La Acordada» para abastecer la rebelión. Armados, varios grupos populares de la capital intentaron tomar los edificios del gobierno para darle la presidencia a Guerrero, lo que resultó en varias trifulcas en la ciudad que terminaron con la destrucción del Parían. Con la presión encima, el Congreso no tuvo otra opción que anular la victoria de Pedraza el 5 de diciembre, permitiendo que Guerrero asumiera la presidencia y Anastasio Bustamante el puesto de vicepresidente. Este acontecimiento marcó el inicio de una situación de inestabilidad que hizo imposible lograr el progreso del país durante buena parte del siglo XIX.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Ana Romero Valderrama. Una controversia en la elección presidencial de 1828: los atributos de las legislaturas ¿seleccionar o designar? Del libro Las elecciones y el gobierno representativo en México (1810-1910).

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Imagen: Theubet de Beauchamp. Generales mexicanos al frente de sus hombres, 1830.

La población esclava africana y asiática en la Nueva España.

Para poder suplir a los indígenas fallecidos por los efectos de la conquista o las epidemias, los españoles recurrieron a la importación de esclavos para poder cubrir la mano de obra necesaria para echar a andar los nuevos latifundios, para ello usaría intermediarios para poder conseguir esclavos africanos a través de compañías negreras que realizaban los movimientos de traslado desde África. De 1595 hasta 1640, como Portugal formaba parte de la monarquía hispana por los efectos de la unión dinástica, les otorgaría el beneficio del monopolio aprovechando las colonias que poseían en el continente, cuando se dio la separación se les daría la concesión a las familias italianas Grillo y Lomelí de 1663 a 1674 quienes tenían su centro de negocios en Curazao, posteriormente se realizarían diferentes acuerdos comerciales con otras compañías hasta 1713 cuando se dio la concesión a Inglaterra. Los primeros esclavos llegaron de la mano de los conquistadores para realizar las diferentes labores de asistencia, también llegaron a participar en el proceso de conquista como el caso de Juan Garrido, a quien como recompensa se le dieron tierras en Coyoacán donde realizaría los primeros cultivos de trigo.

Las ventajas que ofrecían los esclavos africanos en comparación con los indígenas o los europeos fue su resistencia natural a las enfermedades tropicales endémicas y traídas por la colonización como la malaria, razón por la cual las poblaciones afrodescendientes empezarían a concentrarse en lugares tropicales como Veracruz o la Costa Chica de los actuales estados de Guerrero y Oaxaca, naciendo poblaciones donde vivieron libres y sin que los pudieran acosar como San Lorenzo de los Negros (actual Yanga) y Cuajinicuilapa. También se debe de agregar su resistencia a la realización de trabajos físicos como las labores en las minas o en los cultivos a gran escala ofrecían mayores rendimientos que los indígenas, por lo cual hubo predilección por contar con más esclavos masculinos que femeninos de edades que fueron de los 15 a los 26 años, estimándose en proporción a un 65% hombres y un 35% mujeres. Según las estimaciones del segundo virrey Luis de Velasco, habían ingresado para 1533 cerca de 20,000 esclavos africanos en el reino, lo que nos da una proporción de tres por cada español, pero también nos indica una gran cantidad de esclavos ingresados por contrabando al encontrarse el ingreso de forma legal de solo 720 por año, esta tendencia la vemos igual del periodo de 1551 a 1640 con los portugueses al solo ingresar con licencia 70,000 de los 350,000 registrados.

Una de las causas de este ingreso masivo de esclavos fue la peste de 1576 cuando murió entre el 30 y el 40% de la población novohispana, para esta enfermedad no había ningun grupo con inmunidad para resistirla, por lo que los esclavos ingresados muchos de ellos fallecieron por la enfermedad, disminuyendo aún más su calidad de vida que antes de la epidemia se estima a solo 7 años. Las labores de los esclavos fueron cambiando con el tiempo, de ser cargadores, mozos o trabajadores domésticos, pasaron a ser mineros, jornaleros, trabajadores de metales, capataces, vaqueros, entre otras labores para mantener el aparato novohispano, todos ellos contaron como única ventaja que sus dueños les aseguraron procurar casa y alimentos, a diferencia de los trabajadores libres o de otro estrato quienes no tenían ninguna garantía. Si bien su reproducción estuvo controlada, esto no evitó que formaran familias entre ellos, así como lamentablemente los dueños se podían aprovechar de sus esclavas para tener descendencia, haciendo con ello que surgiera una población de mestizos afrodescendientes.

Sobre el origen de la población afrodescendiente en Veracruz y la Costa Chica hay varias explicaciones, en primera están los esclavos fugados que se fueron a vivir a lugares donde los españoles no podían entrar por las enfermedades, en segunda porque estas regiones fueron de vocación ganadera, en un contexto mucho más libre que en las ciudades les permitió a los esclavos ganaderos contraer matrimonio con los indígenas de la región. A pesar de lo útiles que resultaron, la población afrodescendiente no logro suplir las necesidades de su tiempo y siempre fueron minoría, en 1580 se censaron cerca de 20,569 habitantes, el mayor número registrado se dio en 1646 con 35,089, con el fin de la venta de esclavos se produjo un declive registrando en 1793 solo 6,100, finalmente para 1810 se recupera un poco su población al solo llegar a los 10,000. Su condición podía cambiar al tener la oportunidad de ahorrar dinero y comprar su propia libertad, donde tuvieron la posibilidad de emprender negocios propios o incluso formar familias con los criollos, esto hizo que para finales del siglo XVIII la creciente población mestiza tuviera un alto componente africano dentro de sus raíces.

Un segundo grupo muy menor fue el de los esclavos de procedencia asiática, esto debido a que llegaron desde las Filipinas por las redes de contrabando de la Nao de China, ya que la corona considero como vasallos del rey a los indígenas filipinos y estaba prohibida su esclavización salvo el de los rebeldes musulmanes, aportando un pequeño contingente de trabajadores domésticos o en los obrajes. Todo esto provocaría que en la Nueva España se diesen las condiciones para el nacimiento de una población mestiza, la cual durante buena parte del virreinato se mantuvo muy minoritaria por las divisiones entre republicas de indios y españoles, pero con el éxito de los segundos en lo económico provocaría que más indígenas fuesen a buscar trabajos en las ciudades y estableciesen sus familias en ellas, por lo que hasta finales del siglo XVIII llegarían a alcanzar el 37% de la población total, razón por la cual serian la base de la identidad mexicana.

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Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Elsa Malvido. La población, siglos XVI al XX.

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Imagen: Augustus Earle. Negros bailando fandango en los campos de Santa Ana, Rio de Janeiro. 1822

El esplendor de Mitla.

Una de las razones del empoderamiento de Mitla en el contexto oaxaqueño lo debe a su posición estratégica, ya que al localizarse en la boca que comunica los Valles Centrales con el Istmo de Tehuantepec la convirtió en una entidad capaz de tener bajo su control la principal arteria hacia el Soconusco y la zona mixe, convirtiendo a su mercado en uno de los más importantes por su variedad de productos. Por la magnitud de las ofrendas encontradas en las tumbas, no se descarta que el mercado de Mitla haya sido uno de los más importantes al nivel mesoamericano, razones por las cuales se convirtió en uno de los objetivos prioritarios de conquista para los mexicas, quienes fijaron campañas de sometimiento durante los gobiernos de Ahuízotl y Moctezuma II a finales de siglo XV y la primera década del siglo XVI. A partir de esa época se empezaría a llevar a cabo el proceso de “mexicanización” de los Valles Centrales cambiando los nombres zapotecas y mixtecas por nahuas, como el caso de Mitla que se llamaba Lyobáa, además de establecer dos guarniciones identificadas en el Cerro El Plumaje y Acatepec en las cercanías de Monte Alban.

Fue tal la importancia de Mitla en el contexto mexica que era uno de los centros vectores en la circulación de tributos provenientes del Soconusco, provincia que tenía el deber de llevar cada 80 días y una semestral, que dada su lejanía con respecto a Tenochtitlan era demasiado alto la carga que llevaba a cuestas. Durante las primeras décadas de la conquista española, llegaría a su fin la primacía de Mitla al decantarse los españoles por Tlacolula, el cual era el segundo mercado importante y lo termina por encumbrar con el establecimiento de la cabecera de la congregación de pueblos indígenas, siendo a partir de entonces que Tlacolula ocuparía hasta el día de hoy su puesto en la cabeza del comercio regional. Aun con este golpe, Mitla tendría la segunda posición y entra en una nueva dinámica, donde el mercado resurgiría para octubre al congregar a todos los comerciantes de los valles para posteriormente reintegrarse al de Tlacolula, aunque esta posición también la hizo incorporarla a la estructura devocional de la región, siendo un punto nodal a donde llegaban los peregrinos que se dirigían a venerar al Señor de Esquipulas en Guatemala, no es raro ver en Mitla la presencia de productos guatemaltecos como textiles, teniéndose registros del establecimiento del mercado en la zona del Grupo de la Iglesia y de las Columnas.

Fue a partir del periodo Monte Alban V iniciado desde el 950 d.C. cuando sucede la decadencia de la acrópolis zapoteca para pasar a repartir sus habitantes hacia las principales poblaciones de los Valles, de la ciudades más pobladas en el contexto oaxaqueño estaban Coixtlahuaca en la Mixteca Alta con una densidad de 100,000 habitantes, mientras Mitla quedaría con 23,000, siendo superada por poco por la ciudad de Macuilxochitl. Se empezaría a detonar el esplendor de la ciudad al construirse los principales conjuntos arquitectónicos, dividiéndose entre la zona palaciega conformada por los Grupos del Arroyo, de la Iglesia y de las Columnas, estos no eran residencias particulares de la elite política de la ciudad, sino eran centros de reunión a donde se congregaba la clase política para la toma de decisiones y también para celebrar ceremonias religiosas relacionadas al poder, mientras el Grupo del Sur y El Calvario conformarían el centro ceremonial para ser seguido por la zona habitacional, el núcleo ceremonial es considerado como el primigenio establecido durante el periodo Clásico.

Vista del Conjunto de la Iglesia. Fuente: https://chiapastoursyexpediciones.com/tour.php?i=&t=128

La zona palaciega fue la construida durante el periodo de esplendor del Posclásico, siendo esta donde se conformaría el centro posterior a la conquista, como lo atestigua el Grupo de la Iglesia en donde se construyó la iglesia de San Pedro y San Pablo sobre el conjunto, usándose las construcciones prehispánicas como cantera para la iglesia, así como se aprovecharon algunos claustros zapotecas para establecer parte de las instalaciones parroquiales. El conjunto estuvo conformado por tres cuadrángulos de los cuales sobre uno se construyó parte de la iglesia, los cuales presentan en su fachada los muy representativos mosaicos de piedra conformando diseños de grecas enmarcados en jambas en la parte superior. Pero una de las razones por las que destaca el Grupo de la Iglesia fue por la de encontrarse algunos fragmentos de pintura mural usando rojo y blanco donde se aprecia la integración cultural zapoteca de la iconografía mixteca, identificándose algunos dioses como Tezcatlipoca, Mixcóatl, Quetzalcóatl y Tlaloc.

El conjunto mejor preservado es el Grupo de las Columnas, conformado por dos patios hundidos enmarcados por tres de sus lados por los conjuntos palaciegos, destacándose el principal al conservar gran parte de la fachada junto a los mosaicos de piedra, así como sus columnas monolíticas que sostenían la techumbre los cuales miden 4.05 m con un metro enterrado y con un diámetro de 0.945 m. Si bien la parte del pórtico perdió el techado hace mucho tiempo, el resto de las habitaciones que abarcan el palacio si lo tienen, todos ellos se encuentran profusamente decorados con los mosaicos de piedra con una capa de estuco para pintarse, a todos ellos se accede por una única entrada proveniente del patio central, es de destacar el grado de conservación del aplanado de estuco conservando su pintora roja en el piso y el cuerpo inferior del palacio, haciendo un gran juego con el color natural de la cantera de la fachada.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Nelly M. Robles García. Mitla. Su desarrollo cultural e importancia regional.

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Imagen: Ludovic Celle y Robert Markens. Reconstrucción virtual de Mitla. 

La población de Monte Alban en el tiempo.

Uno de los problemas que ha tenido el estudio del pasado ha sido la falta de referencias con las cuales podamos conocer los aspectos de las vidas de estas sociedades, y en el caso de contar con registros de la época, muchas veces no suelen aportar datos exactos u omiten algunos que no eran favorecedores para sus gobiernos o por sus sistemas de valores y prejuicios. Afortunadamente, disciplinas como la arqueología o la antropología en base a los vestigios hallados de esos tiempos pueden brindarnos datos muy relevantes que difícilmente se puedan encontrar en fuentes de la época, que en el caso de Mesoamérica sabemos que pocos pueblos tuvieron registros jeroglíficos y los códices solo nos ofrecen información de máximo 700 años atrás. Sin duda, Monte Alban fue una de las metrópolis más importantes tanto en el contexto mesoamericano como en el regional, manifestándose en la arquitectura monumental que dejaron en su centro ceremonial y que llamó la atención de los arqueólogos desde inicios del siglo XX, por lo que ha sido una de las ciudades más estudiadas que tenemos junto con Teotihuacan o Chichen Itzá.

Se han encontrado a lo largo de décadas de exploraciones cerca de 406 restos de diferentes personas, abarcando periodos desde su fundación en el Preclásico Tardío hasta su decadencia en el Clásico Tardío, gracias a los avances en los análisis de la antropología física es posible con estas muestras dar un acercamiento de cómo fue fluctuando la población de la metrópoli zapoteca a lo largo de sus siglos de existencia, donde por el análisis de los huesos se puede conocer cuál fue la dieta de sus pobladores y de ahí se puede inferir su estatus social. De momento, la gran parte de los restos encontrados abarcan el periodo Clásico, el cual está dividido dentro de la cronología del sitio en las etapas Monte Alban II (100 a.C.-200 d.C.) con el 20%, IIIa (200-500) con el 37%, IIIb y IV (500-700/750) con el 32.5%, pero de los periodos I (500-100 a.C.) y el V (750-950 d.C.) solo reúnen juntos el 10%, por lo que no es posible tener de momento un análisis mayor sobre lo ocurrido en esos tiempos.

La fundación de Monte Alban se hizo en base a la congregación de agricultores procedentes de diferentes lugares de los Valles Centrales hacia el 500 a.C. se estima que debió contar con una población de 5,000 personas con un crecimiento estimado del 6% anual hasta llegar a los 16,000 habitantes hacia el 200 a.C. Pero para el periodo de Monte Alban II, hubo una disminución de la población estimándose una población de 14,000 personas, se cree pudo deberse a un freno de la migración a la joven urbe y al inicio de la etapa expansionista sobre los Valles Centrales, por lo que repartieron personal que asegurase el control de la metrópoli llegando a alcanzar la región de la Cañada al norte y subyugando a la antigua potencia San José Mogote. Ya en el periodo Monte Alban IIIa, el poder de Monte Alban se consolida y permitió el crecimiento poblacional de los valles de 41,319 habitantes hasta los 115,226 para finales del Clásico, por lo que la ciudad se consolida al mantener una población de 16,500, convirtiéndose en el centro rector tanto político, administrativo, religioso y militar de la región.

Las cosas empiezan a cambiar para el periodo Monte Alban IIIb al tener periodos de ambivalencia poblacional, mientras la ciudad alcanzaba su máximo nivel para llegar a los 24 y 25,000 habitantes, la zona sur de los valles fue despoblados hasta en un 95%, interpretándose como un periodo de centralización del poder, pero a su vez ya se nota el agotamiento político al frenarse la actividad constructiva de los edificios para alcanzar su aspecto actual. La manifestación de esta tendencia la tenemos en la expansión de las zonas residenciales dedicadas para las elites, donde vemos viviendas de una mayor complejidad y refinamiento, mientras en el siguiente nivel se encontraba un sector medio por debajo de la nobleza y cortesanos, se estima que el 90% de los habitantes del valle se concentraron en la zona circundante a Monte Alban a una distancia de 20 km, este crecimiento estuvo organizado y planificado por parte de las elites zapotecas. Finalmente, para el periodo IV la ciudad entra en decadencia al frenarse la actividad constructiva y se reduce la población hasta los 4,000, las causas las tenemos ante el empoderamiento de otras ciudades como Zaachila, Lambityeco, Yagul y Mitla, así como posiblemente la entrada de los mixtecos a los valles.

Sobre las condiciones de vida de la ciudad, para el primer periodo encontramos una gran mortandad infantil de edades desde los 0 hasta los 15 años debido a la malnutrición de la dieta y a la presencia de enfermedades gastrointestinales o víricas, por lo que la edad promedio alcanzaba hasta los 25 años, por lo que para contrarrestar los faltantes encontramos una mayor fertilidad al estimarse que cada mujer tenía 6.4 hijos de los cuales 4.5 llegaban a la edad reproductiva. Con el avance de la migración y concentración del poder, la esperanza de vida aumenta ligeramente por dos años y disminuye la mortandad infantil, decayendo completamente para Monte Alban IV cuando los pobladores empiezan a migrar a otros lugares en búsqueda de mejores oportunidades. Esto nos demuestra una generalidad del periodo mesoamericano donde la población era principalmente joven y eran pocas las personas que alcanzaban edades más allá de los 27 años, por lo que la entrada de los habitantes en el mundo laboral era muy temprano, mientras las elites eran quienes por lo general alcanzaban una mayor edad gracias a sus mejores condiciones de vida.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Lourdes Márquez Morfin, Ernesto Gonzales Licon, Patricia Olga Hernández Espinoza y Geraldine Guadalupe Granados Vázquez. La dinámica demográfica de Monte Alban durante el Clásico: fecundidad, mortalidad y esperanza de vida, de la revista Dimensión Antropológica 78.

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Para saber más: https://www.arthii.com/la-fundacion-de-monte-alban/

Imagen: 

 – Izquierda: Andres Armesto, Alejandro Soriano, Carlos Paz y Diego Blanco.
   Reconstrucción de Monte Alban desde el cielo.

 – Derecha: Jugador de juego de pelota, cultura zapoteca, Clasico.

El viaje de 8 Venado a Cholula.

Las hazañas de 8 Venado como rey del nuevo reino de Tututepec y la conquistas realizadas por la costa llamaron la atención del nuevo poder que se estaba imponiendo en la cúspide del orden mesoamericano, los toltecas, por lo que según el Códice Bodley, en el año 1092 o 2 pedernal se tiene la noticia de la visita de una delegación tolteca a Tututepec para entrevistarse con 8 Venado, distinguiéndose tanto en este códice como en la iconografía mixteca por representarlos con un antifaz de pintura negra, razón por la que tanto los toltecas y los mexicanos son llamados en mixteco sami nuu, que quiere decir “quema la cara”. Hay un problema por definir de donde venían estos toltecas, ya que la única referencia que tenemos de ellos es que portan el glifo de “pueblo de tules”, nombre con el que era conocido tanto Tula Xicotitlán (Hidalgo) como la Tollan Chollolan, la cual finalmente es la protagonista de las relaciones con los pueblos mixtecos. Para poder entablar negociaciones, los códices nos relatan que la embajada tolteca se enfrenta en una partida de juego de pelota con 8 Venado, el resultado de esto determino la formalización de las relaciones con el rey sacerdote de los toltecas, el señor 4 Jaguar, la cual tuvo como fin el apoyo de 8 Venado para realizar una campaña militar.

Ante el nuevo enfrentamiento, 8 Venado se prepara al nivel religioso para tener la gracia de los dioses, teniendo un contacto místico con la diosa 9 Caña quien le entrega armamento, un escudo y una flecha sagrada, así como realiza rituales tanto en el Templo del Cielo de Tututepec como en el Templo de la Muerte de Chalcatongo. El objetivo de la conquista seria el Cerro de la Luna o Yucu Yoo, sitio que de momento no ha sido identificado por los investigadores, quienes han propuesto se trataba del pueblo de la costa de Santa María Acatepec, un cerro contiguo a la ya abandonada ciudad de Monte Alban o incluso el pueblo con el mismo nombre localizado en la Montaña de Guerrero, el problema ronda sobre la sinonimia entre la palabra luna y caña en el mixteco, compartiendo la palabra yoo y que los nahuas pudieron interpretarlo como caña. El éxito de la campaña le pudo valer a 8 Venado el ser reconocido por los toltecas para recibir el título de tecuhtli, pero también se habla a que tuvo que ver por hacerse al poder sobre el señorío de Tilantongo, del cual tenía derechos dinásticos por su padre 5 Lagarto, cualquiera que sea la razón tenemos que para el año de 1097 realiza su viaje hacia Cholula.

Por fin se dio el ansiado encuentro entre 8 Venado con el señor 4 Jaguar, quien en su papel como sacerdote le realiza una serie de ceremonias para rendirles honores, siendo finalmente investido con la horadación de su nariz para colocarle el yacaxíhuitl, una nariguera de turquesa que lo reconocía como señor, ceremonia que según los códices ningún otro gobernante mixteco fue investido y que era propio de los pueblos del Centro de México, por lo que él y su dinastía tendrían el derecho a portarlo. Para ver la complejidad para identificar a la “Tollan” donde fue investido 8 Venado, otros estudiosos han propuesto otras poblaciones que comparten esta etimología, como sucede con Tulixtlahuaca de Jicayán, pueblo cercano a Tututepec, así como San Miguel Tulancingo cercano a Coixtlahuaca, pero el principal argumento para identificarlo con Cholula es gracias a las fuentes posteriores donde explican la importancia de Cholula para las diferentes dinastías mixtecas como se ve en la “Relación geográfica de Cholula” aunque hay que mencionar que con el término “Tollan” también se le conoció a Tenochtitlan años antes de la conquista española.

Una vez investido como tecuhtli, 8 Venado regresa a la Mixteca rumbo a Tilantongo para tomar posesión como señor, lamentablemente no nos ha llegado el contexto político que permitió la entronización de 8 Venado en Tilantongo, la única referencia que tenemos es de la muerte del señor 2 Lluvia quien estaba confinado por el señor de Suchixtlán 8 Viento, del cual por los registros de los códices pudo haber llegado a la edad de entre los 94 años o hasta los 118, pero nunca pudo gobernar y solo se desempeñó como sacerdote. Gracias a sus lazos dinásticos y a su fama como conquistador, no hubo oposición para que se hiciese del gobierno de Tilantongo, por lo que instala en el templo principal las reliquias otorgadas por la diosa 9 Caña. La importancia de Tilantongo dentro del contexto oaxaqueño era tal que despertaría cierta inquietud en el resto de los señoríos, por lo que para su ceremonia de entronización, 8 Venado convoca al resto de reyes mixtecos, a los zapotecas, chatinos, nahuas, toltecas-chichimecas y chocholtecos para garantizarles la armonía, contabilizándose la llegada de 112 señores, algo que ni los mexicas llegaron a lograr.

Ya una vez investido como “gran gobernante” o yya cahnu toniñe, 8 Venado se dispone a reorganizar su reino repartiendo títulos y cargos entre sus hermanos, disponiendo de una división cuatripartita del reino en donde empodera a su hermano 12 Movimiento, Jaguar Sangriento, quien sería su mano derecha y su principal general en batalla. Para culminar con la ceremonia, 8 Venado realiza una peregrinación hacia diferentes lugares sagrados, lamentablemente no han sido identificados, pero aquí es donde vemos la necesidad de la política mesoamericana para legitimarse religiosamente para asegurar la comunión con los dioses, esto lo podemos ver por la ausencia de las flechas incrustadas en los cerros como indicativo de que fue conquistado. Cuando regresa a Tilantongo de la procesión que hizo a estos sitios sagrados, recibe la sorpresiva visita del señor 4 Jaguar, quien lo llama para realizar un viaje al llamado Templo del Sol, una de las partes de su vida que ha despertado grandes preguntas por parte de los investigadores.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Manuel A. Hermann Lejarazu. 8 Venado, Garra de Jaguar. Vida y hazañas de un señor mixteco, revista especial Arqueología Mexicana no. 97

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Imagen: 8 Venado en su ceremonia de horadación de la nariz en Cholula. Códice Nuttall, lam 52

El culto a Xipe Tótec en el Posclásico.

Las coincidencias entre las descripciones de las crónica españolas con respecto a las representaciones de esta deidad de la tierra nos permite confirmar la existencia de la parafernalia religiosa vinculada con el dios Xipe Tótec, quien como representante del cambio permanente que presenta el mundo, se le atribuyo como si cambiase su piel con el cambio de las estaciones a la manera de las serpientes, por lo que en la liturgia religiosa se despellejaba al sacrificado para usar su piel a la manera de traje por parte del sacerdote. Desde los olmecas, los teotihuacanos, los zapotecas y muy posiblemente los mayas vemos la presencia de esta deidad con una máscara de piel, por lo que esta iconografía trasciende al periodo Clásico para continua al Epiclásico y el Posclásico sin muchos cambios, como es el caso de los toltecas como los herederos del culto teotihuacano y ya vemos como parte de su iconografía los atavíos típicos como el gorro cónico y el tocado en forma de nudo conocido como yopitzontli, con ellos adquiriría sus cualidades guerreras como parte del contexto bélico de la época.

Uno de los problemas que provienen de las fuentes es con respecto a el posible origen del culto, ya que diferentes autores le atribuyen diferentes procedencias, incluso esto se complica con la recopilación hecha en la obra de fray Bernardino de Sahagún y que le da dos diferentes lugares de nacimiento. El primero de ellos esta referenciado en el Códice Florentino donde señala que uno de sus principales lugares de culto estaba en Tlapa, en la Montaña de la actual Guerrero, donde vamos a encontrar numerosas referencias iconográficas plasmadas en los códices coloniales como el Azoyú o el Lienzo de Chiepetlán y existe una numerosa toponimia donde está relacionado este dios, incluso hay que sumar la posible vinculación étnica entre el pueblo tlapaneco y los yopes de la Costa Chica y Acapulco, cuya denominación es uno de los nombres del dios, “Yopi”. Los que apuestan por seguir la teoría tlapaneca se defienden al señalar otro de sus atributos como “dios del anáhuatl”, un tocado en forma de moño rojo vinculado con la costa, pero esto se complica porque Tezcatlipoca también comparte este atributo y se vincula por igual con el tocado, por lo que la solución para desatorar este problema es con el avance de la arqueología guerrerense.

El mismo Códice Florentino nos indica que el dios era muy venerado entre los zapotecas, correspondiendo con el antecedente cultural encontrado en Monte Alban, aquí juega la relación entre la denominación dada en náhuatl para nombrarlos zapotecas al denominarlos como procedentes de Zapotlán “el lugar del zapote” (uno de los nombres nahuas dados a Zaachila, conocida como Teotzapotlan), este fruto guarda su relación con Xipe Tótec y en especial el zapote blanco. Muestra de esto lo tenemos con la existencia de la diosa Tzapotlatenan, “la madre de Tzapotlán”, cuyas pocas referencias que tenemos es que era una deidad de la medicina dedicada a las enfermedades de la piel, como la sarna y las bubas, vínculos que la relacionan indiscutiblemente como una posible advocación femenina de Xipe Tótec con ciertos atributos para relacionarla con lo acuoso y los tlaloques. Para complicar aún más el asunto, el propio Sahagún hace referencia a la población llamada Zapotlán localizada en el actual estado de Jalisco (hoy Ciudad Guzmán), de donde encontramos tanto en la arqueología local como en el resto del estado numerosas evidencias de la popularidad del culto a Xipe Tótec.

Otro de los candidatos lo tenemos en la población de Coxcatlán, en el actual estado de Puebla en la región de Tehuacán, donde contamos con numerosos testimonios etnohistóricos donde señalan la popularidad del culto al dios de la tierra y estaba asociado al camino hacia Teotitlán del Camino en Oaxaca, incluso en Tehuacán se ha encontrado un temalácatl que es un monolito en forma de piedra donde se amarraba a los sacrificados por pelea gladiatoria. De esta modalidad es donde se señala como una de las manifestaciones del militarismo del Posclásico, donde encontramos su proliferación como tal es en los códices Nuttall y Becker I de los mixtecos, donde de momento los registros más antiguos los tenemos del Posclásico Temprano (900 al 1200) o las pictografías de la “Historia tolteca-chichimeca” donde nos narran los acontecimientos de la zona de Puebla y vemos la presencia del sacrificio gladiatorio al ser las victimas los gobernantes de Cholula y por lo que fueron premiados los chichimecas.

Su presencia en la Cuenca de México es notable al haber sido parte de la herencia teotihuacana, lo podemos encontrar en numerosas esculturas en barro relacionadas con la tradición cerámica Mazapa, como son el caso de la estatua de Coatlinchán y la de San Mateo Tezoquipan en Chalco, las cuales tienen señales de haber sido “matadas” ritualmente, estas tienen semejanza con la encontrada en Chalchuapa en El Salvador y evidencia la influencia cultural den Centro de México hacia Centroamérica asociada con la migración pipil. Incluso en los relatos de la migración mexica contamos con la existencia de su presencia dentro de los grupos que habitaron Aztlán-Chicomoztoc, ya que uno de los barrios que se movilizaron junto con los mexicas fue el de Yopico y ese fue uno de los calpullis más importantes en Tenochtitlan, así como tener su presencia dentro del centro ceremonial con el templo Yopico Calmecac y su tzompantli dedicado al sacrificio gladiatorio. Dentro de los relatos de los cronistas, Fernando Alva Ixtlixochitl señala que uno de los grupos migrantes provino de “Xalisco” comandados por su jefe Izcahui Cuexpálatl Yopi y llevaban como su deidad patrona a Tezcatlipoca, esto coincide porque Xipe Tótec es considerado como el Tezcatlipoca Rojo y sumado a las referencias históricas y arqueológicas de Zapotlán podemos encontrar la importancia de Xipe Tótec dentro de la fundación del estado mexica.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Carlos Javier Gonzales Gonzales. Xipe Tótec. Guerra y regeneración del maíz en la religión mexica.

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Imagen:

– Izquierda: Códice Borbónico, pág. 14, cultura mexica, siglo XVI.

– Derecha: Códice Borgia, lam. 25, cultura Mixteca-Puebla, Posclásico.

Los pueblos indígenas de Oaxaca ante la desamortización de 1857.

El panorama de la primera mitad del siglo XIX mexicano era completamente desalentador, victima tanto de invasiones extranjeras, asonadas políticas y un constante clima de rebelión hizo que el país no pudiese superar la crisis provocada por la guerra de independencia, a esto hay que sumarle el inconcluso proceso de desamortización que estaba llevando a cabo la monarquía borbónica contra las corporaciones para tratar de salir avante ante el contexto económico global. Este compromiso fue asumido por el sector liberal que vieron como primordial la imposición de un sistema de libre competencia económica para alentar consolidación del país y con ello poder sumarse al concierto internacional, donde como el resto de países hispanos estaban atrasados.

Con el triunfo de la revolución de Ayutla en 1854, los liberales moderados y radicales asumieron el poder y pronto se pusieron a trabajar para dotar al país de una constitución donde se impulsen los cambios necesarios para poder solventar los males que aquejaban a la sociedad, reemplazando la constitución de 1824 que había resultado inoperante ante el nulo respeto de las facciones políticas como los conservadores. El argumento de los liberales para combatir este sistema era que cada grupo o corporación tenían derechos propios que los diferenciaban del resto de la sociedad, como el caso de la Iglesia, los decadentes gremios y las comunidades, por lo que era necesario equiparar a toda la sociedad a un mismo campo normativo donde todos estuviesen en igualdad ante la ley brindada por el propio estado, con ello esperaban sentar las bases para iniciar el desarrollo nacional. Con esta idea fue planteada la Ley Lerdo en 1856, donde se pretendía disolver las propiedades corporativas tanto de las organizaciones eclesiásticas como de las comunidades para incentivar la participación privada en la economía, por lo que se propuso que los arrendatarios de estas tuviesen preferencia en adquirirlos por el 6% valor de la renta pagada anual, en dado caso de no poder adquirirla los ayuntamientos podían ponerla en subasta.

Este movimiento tenía como motor tanto el convertir a los campesinos en propietarios de sus tierras y la revitalización de la economía mediante la puesta en circulación de los recursos aportados por los procesos de compra, por lo que en cuanto se promulga esta ley diferentes estados empezaron a trabajar para aplicar las nuevas disposiciones. Este fue el caso de Oaxaca, donde las primeras comunidades donde se hicieron los procesos de desamortización corresponden a los de mayor actividad agrícola y ganadera, como fueron los casos de Teposcolula, Etla, Jamiltepec, Quiechapa, Tlacolula, Villa Alta, Tehuantepec, Choapan, Teutila y Tuxtepec, donde se expropiaron haciendas, ranchos, trapiches, molinos, huertas, bosques y pastos que estaban al servicio de los ayuntamientos. Con la promulgación de la ley en el estado hacia septiembre de 1857, empieza una campaña en prensa donde informaban continuamente de las propiedades adjudicadas en las diferentes comunidades, así como dar a conocer las que estaban siendo consideradas para la desamortización y el posible valor que le daban, o incluso se dedicaban a publicitar la venta de estas, pero también dieron a conocer cómo iba creciendo la tendencia de que unos cuantos individuos estaban empezando a acaparar propiedades.

Pero durante todo este proceso, la clase política decide hacer caso omiso con el caso de las propiedades comunales las cuales dejan que sigan en sus manos, dejando a los ayuntamientos como los responsables de su administración, produciéndose un desfase entre las leyes nacionales y las estatales. Para este momento, el estado estaba gobernado por la llamada “generación liberal” conformada por políticos salidos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca y estaba conformado en buena parte por familias de grandes potentados de la época virreinal, con excepción de Benito Juárez quien era de extracción indígena y que gracias a su talento se había vuelto la cabeza de la facción al ocupar la gobernatura en 1847 y regresa en 1855 con la llegada a la presidencia de Ignacio Comonfort. Si bien los políticos liberales eran mayoría en el gobierno oaxaqueño, los conservadores que eran representantes del clero todavía tenían una fuerza considerable para desestabilizar las cosas, por lo que durante el último gobierno de Juárez fueron muy comunes las revueltas para desestabilizar su administración, como la rebelión de Jamiltepec que abarcó buena parte de la Costa Chica, así como diferentes motines en la Mixteca.

Hay que remarcar los conflictos en la Mixteca como los que tuvieron una repercusión más profunda por tener como fondo los problemas agrarios y las disputas por las tierras con otras comunidades, siendo estas las que provocaron un mayor gasto para el gobierno de Juárez para reprimirlos y evitar que escalase su nivel, pero esto sirvió a los conservadores para iniciar una campaña de desprestigio, obligando a retrasar u omitir la desamortización de las tierras comunales. Para mediados de siglo XIX, Oaxaca rondaba entre 441,689 a 531,502 habitantes, de los cuales el 88% eran indígenas y estaba dispersa por todas las comunidades del estado (los pueblos no indígenas no llegaron a albergar más que el 13%), a esto le sumamos que cumplían con sus deberes ante el estado al pagar el impuesto conocido como de capitación para los hombres de 16 a 60 años, siendo el principal ingreso estatal. Este último factor fue determinante para forzar a las autoridades del ayuntamiento a pactar con las autoridades tradicionales el mantenimiento de buena parte de los derechos a la tierra que ya poseían para salvaguardar la paz, por lo que la constitución estatal de 1857 se va a diferenciar de a nacional por el descarte de la Ley Lerdo, siendo el proceso de desamortización mucho más tardío que en el resto del país.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Luis Alberto Rioja Diaz Virruel. Pueblos, reformas y desfases en el sur de México: Oaxaca, 1856-1867, de la revista Historia Mexicana no. 64.

Imagen: Jose Maria Velasco. Vista del Valle de Oaxaca, 1887.