El tabaco en la sociedad novohispana.

Destacado

Una de las contribuciones más significativas del continente americano al mundo fue, sin duda, el tabaco. Esta planta estimulante fue utilizada por diversas sociedades indígenas. En el caso de Mesoamérica, su consumo estaba restringido a la nobleza y se llevaba a cabo en un contexto ceremonial. Los conquistadores, al entrar en contacto con el tabaco, quedaron fascinados por la nicotina que contiene. Sus propiedades estimulantes y medicinales llevaron a que los españoles lo incorporaran en su vida cotidiana, especialmente debido a su abundancia en la naturaleza.

Gonzalo Fernández de Oviedo, en 1535, menciona cómo los esclavos africanos se volvieron aficionados al consumo de tabaco para combatir el cansancio, lo que los llevó a explorar diferentes formas de procesamiento. La popularización del tabaco se debió en gran medida a los marineros encargados del comercio emergente con las Indias, quienes lo llevaron a diferentes puertos europeos. Desde allí, personas de diversos estratos sociales comenzaron a disfrutar del tabaco, ya que no estaba asociado con ninguna estigmatización religiosa por parte de las autoridades.

Gracias al éxito de su demanda, los españoles incursionaron en todo el proceso de producción del tabaco, desde su cultivo y maduración de las hojas hasta su comercialización. Sin embargo, es importante destacar que el cultivo y consumo del tabaco estaban ampliamente extendidos en la sociedad novohispana, y prácticamente cada hogar tenía la capacidad de producir la planta que necesitaba, así como de fabricar sus propios cigarrillos.

Aunque el tabaco era fácil de cultivar, no todos los lugares eran propicios para su cultivo, como en el caso de los centros mineros, los puertos y algunas villas y ciudades. Estos lugares representaron una oportunidad para la incipiente industria tabacalera, que encontró un mercado dispuesto a comprar el producto en vez de cultivarlo.

La forma de consumo era variada, ya que el tabaco se fumaba en pipa, en forma de polvo llamado rapé, en puros o en cigarrillos hechos por los propios consumidores. Según algunas fuentes, el cigarrillo tal como lo conocemos fue inventado por un hombre llamado Antonio Charro a principios del siglo XVIII. Este tipo de cigarrillos consistía en tabaco picado envuelto en papel, y Charro los vendía en el mercado del Baratillo en la capital. Para la época de José Gálvez, se registraban poco más de 500 cigarreras en la ciudad.

La distribución natural del tabaco abarcaba principalmente las regiones tropicales. Las principales zonas productoras incluían Veracruz, en torno a las ciudades de Orizaba, Córdoba, Jalapa y Papantla, así como el Occidente, con concentración en Compostela, Autlán, Guadalajara y algunos valles de Sinaloa y Tepic. Desde estas áreas se exportaba el tabaco hacia la Ciudad de México.

Además de estas regiones, también se reportaba producción de tabaco para consumo local en Yucatán, algunos valles de mediana altura en Oaxaca, Chiapas y Guatemala. En estas áreas, el tabaco se cultivaba para abastecer las ciudades y villas cercanas, y su producción y venta eran completamente libres bajo el gobierno.

El gobierno solo imponía impuestos relacionados con el comercio interno, como los peajes y los aranceles, pero no había restricciones para exportar el tabaco fuera de sus regiones de origen. Sin embargo, el comercio con Perú se vio afectado por una prohibición impuesta por la corona, que cortó los contactos comerciales entre ambos reinos coloniales.

Debido a las crecientes necesidades financieras de la monarquía española para mantener su presencia internacional, las autoridades empezaron a considerar al tabaco como una fuente de ingresos para el gobierno. Esta situación se vio agravada por la crisis derivada de las guerras en el Caribe durante la primera mitad del siglo XVII. Como respuesta, se vieron obligadas a establecer un monopolio real o estanco sobre la producción de tabaco.

Una de las primeras medidas fue establecer la exclusividad de la exportación del tabaco cubano a los países europeos, el cual llegaba a Sevilla y desde allí se procesaba para la fabricación de puros o rapé. Respecto al tabaco proveniente del resto de las Indias, el estanco se concedía a individuos que prestaban dinero a la corona, y así quedaba saldada su deuda.

Con la llegada de los Borbones en el siglo XVIII, las autoridades reales asumieron un papel más activo en la administración de los ingresos del estanco. Esto se reflejó en el decreto del monopolio del tabaco cubano en 1717, que estableció una factoría real encargada de su producción y exportación a Sevilla, con precios fijados. Posteriormente, se estableció el estanco en Perú, Venezuela, Nueva Granada, Filipinas y finalmente en la Nueva España, que se estableció en 1765.

Desde el contexto novohispano, virreyes como Juan Palafox y Mendoza ya habían considerado la imposición de impuestos al comercio del tabaco a mediados del siglo XVII con el fin de financiar a la Armada de Barlovento. A partir de entonces, surgieron diversas propuestas para implementar el estanco, pero con poco éxito. En 1748, se estimó que se podrían recaudar cerca de 12 millones de pesos a través de este impuesto.

A pesar de estas estimaciones, el virrey Revillagigedo se opuso a la implementación del impuesto debido a los intereses comprometidos por su aplicación, posponiendo la medida hasta la coronación de Carlos III y la llegada del virrey Cruillas en 1761. Sin embargo, la aplicación del edicto de establecimiento se pospuso nuevamente debido a la invasión inglesa a La Habana y Manila al año siguiente.

Finalmente, el impuesto solo comenzó a funcionar con la llegada del visitador José de Gálvez en 1765. Se estableció la Ciudad de México como centro organizacional, donde se ubicaron tanto la contaduría, la tesorería y los almacenes generales. Además, se administraron 11 factorías y 4 administraciones independientes encargadas de concentrar las producciones locales para luego distribuirlas a los estancos.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Clara Elena Suarez Argüello. De mercado libre a monopolio estatal: la producción tabacalera en Nueva España, 1760-1800, del libro Caminos y mercados de México.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Únete a Arthii para conocer a mas creadores de contenido siguiendo este enlace: https://www.arthii.com?ref=antroposfera

https://www.arthii.com/los-juegos-en-la-nueva-espana

Imagen:

– Izquierda: S/D. Planta de tabaco.

– Derecha: Gustave Doré. Fábrica de tabacos de Sevilla. 1874.

El contexto geopolítico de los 70 y México.

Destacado

Desde mediados del siglo XIX, la política exterior mexicana se caracterizó por mantener un equilibrio para asegurar su independencia con respecto a otras potencias, especialmente para defenderse de la amenaza permanente de Estados Unidos. Esto implicaba jugar un sistema de contrapesos entre todas las potencias para garantizar su apoyo en caso de alguna agresión extranjera.

Así, Benito Juárez tuvo que apoyarse en Estados Unidos para enfrentar la agresión de Francia, Gran Bretaña y España. Porfirio Díaz, por su parte, se acercó a estas potencias para mantenerse distante del expansionismo estadounidense. Los gobiernos revolucionarios siguieron esta dinámica para adquirir el reconocimiento de su legitimidad, como ocurrió con Venustiano Carranza y Álvaro Obregón.

Conforme la tensión entre las potencias internacionales iba aumentando, amenazando con el estallido de otra guerra mundial, México aprovechó esta dinámica para lograr sus objetivos internos. Por ejemplo, Lázaro Cárdenas respaldó la expropiación petrolera apoyándose en las buenas relaciones mantenidas con Alemania para ganarse el favor de Estados Unidos y lograr que este intercediera para reducir la beligerancia de Gran Bretaña y los Países Bajos. Avila Camacho también se decantó por los aliados, al no serle de utilidad el Eje.

En la década de los 60, la cancillería mexicana fue muy activa en mantener los equilibrios diplomáticos ante la creciente Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Este principio fue adoptado por Adolfo López Mateos, quien realizó constantes giras en países de ambos bloques para asegurarse de mantener buenas relaciones con todos, disminuyendo así las posibilidades del surgimiento de algún movimiento desestabilizador que pudiera poner en peligro al gobierno.

Por otro lado, durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, México se acercó a la órbita estadounidense como táctica para enfrentar las disidencias internas, como los movimientos sindicales y estudiantiles que alcanzaron su punto de crisis en 1968. Para justificar estas acciones ante la sociedad, Díaz Ordaz mantuvo una retórica sobre la conspiración comunista como fuente de desestabilización, en lugar de revisar su propio accionar.

La dinámica externa cambió nuevamente con la llegada de Luis Echeverría en 1970, quien decidió alejarse de la esfera estadounidense y apostar por el multilateralismo. Echeverría mantuvo relaciones cordiales no solo con el bloque soviético, sino también con el llamado «Tercer Mundo», compuesto por países que abogaban por mantener una posición neutral entre ambos bloques. A este grupo se unieron los países que emergieron del proceso de descolonización en Asia y África.

A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, México trató de mantener el equilibrio geopolítico para garantizar su independencia en la lucha internacional entre los bloques, manteniendo su presencia en la construcción de organismos internacionales destinados al mantenimiento de la paz global, como la ONU, el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano. Fruto de estos esfuerzos fue el Tratado de Tlatelolco de 1967, en el que las naciones latinoamericanas se comprometieron a no adquirir ni desarrollar armas nucleares.

Una de las razones por las que Echeverría apostó por la multipolaridad en lugar de seguir una línea favorable a Estados Unidos fue el evidente desarrollo de potencias que habían quedado debilitadas tanto por los efectos de la guerra como por la descolonización, como fue el caso de las naciones europeas y Japón, que ya se habían recuperado y ofrecían ser fuertes competidores a la hegemonía estadounidense. Para entonces, la situación externa de Estados Unidos era menos favorable, su fracaso en la Guerra de Vietnam estaba teniendo repercusiones tanto en su influencia como en la animadversión de grupos disidentes. Por lo tanto, el gobierno de Richard Nixon apostó, a través de su secretario Henry Kissinger, por mantener conversaciones con el gobierno soviético y debilitarlo mediante el estrechamiento de relaciones con China. En ese contexto, América Latina no tuvo una importancia prioritaria.

Las potencias coloniales también enfrentaban fuertes problemas internos que minaban su hegemonía. En Francia, por ejemplo, Charles de Gaulle fue obligado a dejar el poder, mientras que la lucha por el poder entre los conservadores británicos abrió la puerta para que las naciones del Tercer Mundo buscaran un cambio que les permitiera liberarse de la influencia colonial y empezar a desarrollarse económicamente.

Es así como el Movimiento de Países No Alineados buscó ganar una posición que les permitiera obtener igualdad con las potencias y resolver disputas y diferencias de manera equitativa. Esta postura fue favorable en un contexto de división de las potencias, y algunos reclamos pudieron avanzar, aprovechando factores como la creciente importancia de recursos energéticos como el petróleo.

En América Latina, esta posición fue aprovechada por gobiernos reformistas que buscaban cambiar su situación de debilidad frente a las empresas multinacionales. Países como Venezuela, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador y Chile buscaron recuperar la soberanía sobre sus recursos y aprovechar el mercado para mejorar sus ingresos.

Aprovechando el distanciamiento de Estados Unidos, las naciones latinoamericanas buscaron ganar independencia respecto a los intereses estadounidenses. Un ejemplo de esto fue Salvador Allende en Chile, quien se acercó al bloque socialista y abogaba por mantener una posición de diversidad ideológica. Sin embargo, Estados Unidos reaccionó ante estos intentos de autonomía, y comenzó a actuar a través de la dirección de Kissinger. Esto se evidenció con el derrocamiento de Salvador Allende en septiembre de 1973, desencadenando una ola de golpes de Estado en el resto de las naciones latinoamericanas para instaurar dictaduras militares afines a los intereses estadounidenses.

Además, Estados Unidos aprovechó las divisiones en el seno de los países no alineados para brindar apoyo a algunas naciones y debilitar así el peso del bloque. La unificación de objetivos por parte de las naciones capitalistas también contribuyó a la desestabilización interna. Este fue el contexto al que Echeverría tuvo que enfrentarse ante las necesidades internas de México, que ya mostraba señales de agotamiento con respecto al «milagro mexicano».

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Blanca Torres. La política exterior de México durante el gobierno de Luis Echeverria (1970-1976): El renovado activismo global, de la revista Foro Internacional, vol.62.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Únete a Arthii para conocer a mas creadores de contenido siguiendo este enlace: https://www.arthii.com?ref=antroposfera

Imagen: S/D. Luis Echeverria en Cuba junto con Fidel Castro, 1975.

La complicación de la situación española en el Caribe.

Destacado

Gracias a las circunstancias del contexto europeo, donde tanto Gran Bretaña como los Países Bajos se encontraron en un periodo de crisis interna, España logró acordar un periodo de tregua entre 1600 y 1621. Durante este lapso, estas naciones redujeron su hostilidad hacia los dominios del Caribe español, lo que permitió a España preparar las defensas de sus islas principales, financiadas en parte con el situado novohispano.

Sin embargo, las cosas se complicaron con el inicio de la Guerra de los Treinta Años en 1618, la cual involucró a todas las naciones europeas y planteó nuevos desafíos para España. La guerra aumentó los gastos y el endeudamiento del país, ya que tuvo que ocuparse de la defensa de sus principados europeos subordinados. Además, España enfrentó el quiebre interno simbolizado por las rebeliones de Portugal y Cataluña en 1640.

Estos conflictos europeos se reflejaron en América, especialmente en el Atlántico, donde España sufrió ataques de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (WIC), la cual logró invadir una parte de Brasil e intentó apoderarse de Puerto Rico. Además, llevaron a cabo ataques piratas en el Caribe, capturando numerosas embarcaciones que transportaban las riquezas de las Indias.

Para intentar detener la amenaza holandesa, la corona española aumentó la cantidad del situado destinado a las líneas de defensa, alcanzando un gasto de $1,983,888 pesos. De esta suma, el 71% se destinó a fortificar La Habana y San Agustín, mientras que el resto se repartió entre Puerto Rico, Santo Domingo y San Martín. Esta cifra se incrementó aún más hasta alcanzar los $2,609,900 pesos entre 1630 y 1639, manteniendo la misma distribución.

Una de las luchas importantes ocurrió en la isla de San Martín, situada al sureste de Puerto Rico, debido a su importancia estratégica por sus salinas y su escasa población. Desde 1624, tanto franceses como holandeses la disputaron. Ante esta situación, los españoles decidieron recuperarla dada su relevancia. En 1633, aprovecharon la llegada de López Diez de Aux, marqués de Cadereyta, quien asumiría el cargo de virrey de la Nueva España, para recobrar la isla. Dejaron una guarnición de 250 infantes con sus oficiales, estableciendo así un presidio que recibiría financiación cercana al 10% dos años más tarde.

Sin embargo, estos esfuerzos no disminuyeron la tenacidad de los rivales. Francia y Holanda formaron una alianza para acabar con los españoles, y a partir de 1630, los holandeses recibieron financiamiento francés. Mientras tanto, los recursos españoles se agotaron y en 1640 tuvieron que recurrir a préstamos de altos intereses de banqueros genoveses.

Con este panorama desafiante, España entró en un periodo de declive marcado por pérdidas significativas. Perdieron batallas decisivas ante los holandeses, como en Las Dunas e Itamaracá, y frente a Francia en la batalla de Rocroi. Además, enfrentaron desafíos internos con la rebelión portuguesa y catalana. En el Caribe, los corsarios holandeses aprovecharon esta situación para capturar varias naves españolas.

La monarquía española se vio obligada a reducir la cantidad asignada al situado a solo $1,443,311 pesos. Esta reducción se vio agravada por la crisis minera novohispana, causada por la disminución en la cantidad de mercurio traído de Almadén. Como resultado, se vieron obligados a redistribuir responsabilidades, asignando la financiación de Puerto Rico y Santo Domingo al virreinato de Perú.

A pesar de estas reasignaciones, el tesoro novohispano no logró reducir sus gastos. Los gastos anuales ascendían a $400,000, distribuidos entre las defensas del Caribe, las Filipinas y la frontera norte. Además, se sumaban los costos del presidio de Santiago de Cuba y el mantenimiento de la Armada de Barlovento.

La crisis económica comenzó a afectar a los presidios más débiles, como San Agustín y San Martín. Entre los años 1643 y 1644, solo se enviaron dos situados parciales para su mantenimiento, y en los dos años siguientes se suspendió por completo su envío. Esto provocó la caída de San Martín, ya que las enfermedades diezmaron su guarnición y se vieron obligados a abandonarla. El único puerto que mantuvo su nivel de financiamiento fue La Habana, debido a su papel como principal puerto de las Indias.

La situación no mejoró en la segunda mitad del siglo XVII. Además de enfrentar los movimientos independentistas en Portugal y Cataluña, así como la embestida franco-holandesa, España tuvo que lidiar con la Inglaterra republicana de Oliver Cromwell, dispuesta a revitalizar el conflicto. Gran parte de los esfuerzos bélicos se concentraron en Europa, sin embargo, esta intensificación del conflicto no repercutió en las Indias. El único revés significativo fue la pérdida de Jamaica ante Inglaterra en 1655, que España intentó recuperar enviando destacamentos novohispanos en los siguientes cinco años. Sin embargo, estos esfuerzos fueron en vano, y España se vio obligada a reconocer su pérdida en los Tratados de Madrid de 1670.

A pesar del revés sufrido por las posesiones hispanas con la pérdida de Jamaica, este evento tuvo como beneficio la redistribución de los recursos destinados a la isla hacia el resto de las posesiones del Caribe. La principal beneficiaria fue Cuba, donde los recursos se dividieron entre La Habana y Santiago. Además, para ese entonces, los recursos provenientes de las arcas peruanas ya estaban contribuyendo al mejoramiento del financiamiento de Puerto Rico y Santo Domingo.

Durante la década de los 50, los ingresos del situado se redujeron significativamente, alcanzando solo $1,255,719 pesos en 1658. Además, México tuvo que aportar $10,000 a Puerto Rico para completar el situado peruano en el mismo año. De estas cifras, a La Habana le correspondieron $693,798 pesos y a San Agustín $553,380 pesos. Una parte de los ingresos destinados a Cuba tuvo que ser utilizada para reforzar las defensas de Santiago, ubicada frente a Jamaica.

En 1665, estalló una crisis debido a la muerte del rey Felipe IV y la regencia de Mariana de Austria durante la minoría de edad de Carlos II. En este contexto, España se vio obligada a reconocer la independencia de Portugal en 1668 y entró en conflicto con Francia por el dominio de Flandes durante la Guerra de Devolución de 1667 a 1668.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Rafal Reichert. El situado novohispano para la manutención de los presidios españoles en la región del Golfo de México y el Caribe durante el siglo XVII, de la revista Estudios de Historia Novohispana no. 46.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Únete a Arthii para conocer a mas creadores de contenido siguiendo este enlace: https://www.arthii.com?ref=antroposfera

Imagen: Anónimo. Expedición de don Lope de Hoces al Brasil. 1636.

El Real Situado y las defensas españolas en el Caribe.

La presencia española en los territorios insulares de ultramar desde su llegada no había tenido problemas en cuanto a su posesión legitimada por la intercesión del papa con el Tratado de Tordesillas, pero esto con el tiempo se convirtió en letra muerta por una serie de factores, siendo el principal el económico debido a que no se encontraron los tan ansiados metales preciosos para poder promover la migración y ocupación de las islas. El otro fue el problema con los indígenas, si bien los tainos o habían aceptado la evangelización o fueron sometidos a sangre y fuego, en pocas décadas su población cae sin que hubiese posibilidad de recuperación, esto haría que las misiones establecidas en las islas al no haber a quien proteger tienen que ser abandonadas al no contar con los recursos para su manutención y sobre todo al no poder defenderlas de los ataques de los indígenas que se habían negado a entablar relaciones con los españoles, los caribes. Estas condiciones hicieron que los españoles se viesen imposibilitados de mantener su presencia en todo el Caribe y se viesen obligados a replegarse a Cuba, Puerto Rico, La Española y Jamaica, dejando las demás islas para que pudiesen llegar los ingleses, franceses y holandeses.

Ante esta situación donde ya tenían a sus enemigos históricos sobre sus fronteras, los españoles articulan un sistema defensivo para proteger de las incursiones piratas donde se incluyeron a las plazas fuerte de La Habana, San Juan de Puerto Rico y Santo Domingo, sumando a los presidios de San Agustín de la Florida y San Martin para formar lo que se conocieron como “las llaves del Nuevo Mundo” o el antemural de los reinos de Indias. Debido a los pocos ingresos que aportaban a las arcas, la Real Audiencia de Santo Domingo fundada en 1511 y que controlaba administrativamente los territorios del Caribe, Venezuela y La Florida pasa a ser una dependencia del reino de la Nueva España, la cual en la primera mitad del siglo XVI había alcanzado el nivel de riqueza necesarios tanto para mantenerse como para generar ingresos debido al hallazgo de las minas de plata, tocándole aportar los recursos llamado situado para mantener las posesiones caribeñas y se le suma el recién conquistado archipiélago de las Filipinas, llegando a aportar el 95% de sus gastos.

El inicio del siglo XVII fue fundamental para la consolidación del sistema defensivo de ultramar, esto debido a la muerte de Felipe II y el ascenso de su hijo Felipe III al trono, este tendría como principio el acabar con las guerras europeas que habían quedado pendientes, el primer paso se dio con Inglaterra con la muerte de la reina Isabel I y la coronación de su sobrino Jacobo I en 1603, quien fue más amigable que su antecesora y firma un tratado de paz en 1604 entablando relaciones comerciales y diplomáticas con los españoles, acabando los conflictos iniciados desde 1585. Pero quienes se negaron fueron los holandeses constituidos en las Provincias Unidas, rechazando una tregua ofrecida desde el 1600 debido a que poseían condiciones económicas y militares mejores para mantener las guerra de independencias, pero de los años 1605 a 1606 los españoles tuvieron su periodo de esplendor donde los Tercios de Flandes tuvieron avances al ocupar diferentes ciudades holandesas, pero la falta de recursos para financiar el frente hizo que el avance español se estancara, igualmente los holandeses estaban agotados. Esto dio lugar a que los holandeses ofrecieran el cese de hostilidades finalizando la guerra en 1607 y dieron lugar a las negociaciones que finalizaron con la Tregua de Doce Años o Tregua de Amberes en 1609, siendo el inicio de la independencia de facto de las Provincias Unidas y el inicio de su expansión colonial.

Fue así como los españoles lograron concretar un periodo de paz de los años 1600 hasta 1621 donde las arcas militares descansaron y se usaron para construir el sistema defensivo del Caribe y el Golfo, de los cuales se aportaron entre 183,500 y 185,000 pesos anuales para mantener las plazas fuertes, de las cuales La Habana obtenía la gran parte de los recursos obteniendo el 38.87% del total, seguido por San Agustín con el 33.18% y el resto era repartido en las otras fortalezas y presidios. Esto terminaría por empoderar a La Habana como la puerta de España a las Indias, siendo necesario aportar los recursos necesarios para asegurar sus defensas de ataques piratas o invasiones, pero San Agustín era un punto fundamental porque los ingleses habían logrado establecer la colonia de Virginia en 1607 en los límites de La Florida, sumado con haber tomado posesión de las islas Bermudas pensaron era cuestión de tiempo que los expulsasen la Costa Este, si bien no se cumplió, pero en el resto del siglo se consolido su presencia con la colonia de Carolina del Sur y la entrada de los franceses en la Luisiana.

Otra de las islas fundamentales en el sistema de defensa fue Puerto Rico, ya que era una de las puertas de entrada al Caribe y el primer puerto al que llegaban las embarcaciones provenientes del Atlántico, además de estar cerca de las islas de las Antillas Menores que estaban empezando a ser ocupadas por los colonos ingleses, franceses y holandeses, tocándole un presupuesto de 866,525 pesos, alrededor del 23.51% del total del situado teniendo mayores inversiones de 1600 a 1609. Pero con el caso de La Española pasaba algo diferente, durante el siglo XVI la isla atravesó un periodo de crisis porque los colonos hicieron del contrabando su modalidad de negocios por la falta de autoridades, por lo que el rey emite la orden llamada “Devastaciones de Osorio” donde ordena la despoblación de la banda noroccidental de la isla abandonando Puerto Plata, Montecristi, Bayajá y Yaguana, siendo reacomodados en Monte Plata y Bayaguana. Esta medida fue acompañada por el refuerzo de los cuerpos de seguridad trasladados desde Puerto Rico para mantener el orden público y se ordena le asignen un situado de 23,232 pesos anuales, pero al ser un periodo de paz solo se pagaron 163,664 pesos que representaban el 4.45% del presupuesto.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Rafal Reichert. El situado novohispano para la manutención de los presidios españoles en la región del Golfo de México y el Caribe durante el siglo XVII, de la revista Estudios de Historia Novohispana no. 46.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Únete a Arthii para conocer a mas creadores de contenido siguiendo este enlace: https://www.arthii.com?ref=antroposfera

https://www.arthii.com/los-parametros-de-la-colonizacion-europea/

Imagen: Frédéric Mialhé. Castillo del Morro y entrada al puerto de La Habana, Cuba, 1855.

La herencia atlántica en la cultura musical mexicana.

A raíz del establecimiento del imperialismo español en las Indias, el Golfo de México tendría una dinámica muy particular para permitir la comunicación entre México con España, teniendo su epicentro en el puerto de La Habana en Cuba que fue el punto donde la península podía comunicarse con cualquier puerto americano. Esto dejaría la conformación de una red de comunicación entre los puertos mexicanos con La Habana que persistirían más allá de la independencia y que se vería cierto grado de deterioro en la segunda mitad del siglo XX, por un lado estaba Veracruz como la puerta de entrada a México, otro de los puntos fundamentales para comunicar era la península de Yucatán, la cual tuvo como primera base el puerto de Campeche, pero debido a que alcanzo un mayor grado de desarrollo comparable o mayor que el de Mérida surgiría como un segundo poder regional, por lo que las elites yucatecas tratarían de tener su puerto propio primero en Sisal y después con la fundación de puerto Progreso.

Esta relación hizo que surgiera una identidad cultural en común caribeña que tendría como punto de origen en La Habana, ya que al quedar bajo la administración española hasta finales de siglo XIX sería el principal puerto para poder comunicarse con Europa, permitiendo a regiones como Yucatán el permanecer comunicada con el resto del mundo sin la necesidad de depender de México y permitiendo el enriquecimiento de las elites yucatecas. Debido a las particularidades sociales de Cuba donde hubo una mayor presencia de esclavos africanos, la cultura isleña tendría una gran base africana bajo los lineamiento españoles, estas mismas particularidades vamos a encontrarlas en los contextos veracruzanos y el yucateco (en su caso el legado africano quedo muy diluido por el mestizaje), conformándose una base culturar que estaba en permanente contacto formando el triángulo Veracruz-Yucatán-La Habana, donde gracias a estos puntos en común se conformaría una cultura musical similar. No se sabe a ciencia cierta en cuál de los tres puntos pudieron haber surgido los principales géneros musicales populares, siendo los jarabes y los sones los que tuvieron un fuerte arraigo en las sociedades porteñas, pero en estos tres tienen en común el legado africano como el punto de origen de estos.

Uno de los principales aportes de la cultura cubana en México fue sin duda el danzón, genero surgido el 1ro de enero de 1879 en el Liceo de Matanzas donde se interpretaron sus primeras piezas, durante esos años la isla estaba saliendo de la Guerra de Diez Años que fue su primer intento independentista de España y de la cual fueron derrotados por los españoles, por lo que a raíz de la violencia llegaría a Veracruz un importante flujo de migración cubana que se fue integrando a la economía regional en negocios como la producción de tabaco y el azúcar. Gracia a esta presencia cubana fue que se empieza a arraigar el danzón en Veracruz y poco a poco se empezarían a conformar agrupaciones locales que compartían el escenario en los teatros con las compañías cubanas, por lo que para 1920 ya vamos a encontrar numerosas orquestas veracruzanas dedicadas al danzón.

El segundo aporte de la cultura musical cubana nacería pocos años después de alcanzada la independencia en el oriente de la isla, el bolero, donde sus primeros representantes como Pepe Sánchez, Emiliano Blez y Sindo Garay buscarían ganar la fama y prestigio tanto en Veracruz como en Yucatán, siendo Mérida la que les daría un gran recibimiento gracias a la afinidad con la literatura yucateca decimonónica, lo mismo ocurrió en el Sotavento veracruzano donde tuvo un gran recibimiento por parte de la población de raíz africana. La constante presencia de las compañías teatrales y cirqueras cubanas en Progreso y en Veracruz fue arraigando al bolero como el principal género musical y sería el principal material de los cancioneros para los músicos aficionados, surgiendo dos de los principales representantes del género, el veracruzano por convicción Agustín Lara y el yucateco Guty Cárdenas, quienes a su vez retroalimentaron al género al ser muy populares en la misma Cuba.

La década de los veinte fue fundamental para la conformación de la nueva cultura mexicana surgida del nacionalismo revolucionario, donde en el caso de la música tendría por un lado como base la música mestiza como el género ranchero y el mariachi, por el otro tenemos el surgido en las clases trabajadoras urbanas que tenían como punto de divertimento los salones de baile, donde gracias a la continua comunicación con el puerto jarocho la población capitalina le tendría un gran cariño por el bolero y el danzón, creciendo también el campo de acción de las compañías cubanas quienes le suman al ambiente las rumberas. Con el florecimiento de los medios de comunicación y los primeros aparatos de reproducción como los tocadiscos, por todo el país se fue expandiendo el alcance del bolero y el danzón a lo largo de las décadas posteriores, sumado a la proliferación de las giras artísticas de las compañías cubanas por todo el país que requerían cada vez mas de su presencia para el ambiente nocturno, todavía en la década de los 50 llegaría el ultimo genero cubano de gran popularidad y que sería icónica de la década, el cha-cha-chá. En los años posteriores, con el cambio cultural que represento la Revolución cubana en la isla y la preferencia de las nuevas generaciones por el rock and roll se perdería la conexión cubana con la sociedad mexicana, pero hasta el día de hoy sigue sobreviviendo en los círculos bohemios que continúan manteniendo su legado vivo para las siguientes generaciones.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Pablo Dueñas. El triángulo musical de México, de la revista Relatos e Historias en México no. 12.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Imagen: 

– Izquierda: Trovador Chan Cil, Yucatan, principios de siglo XX.

– Derecha: Trova de Pepe Sanchez y Emiliano Blez, principios de siglo XX

El segundo sitio de Veracruz y los hechos de Antón Lizardo.

Los tiempos le estaban siendo favorables a los conservadores, ya sea por el éxito de las campañas para someter a las principales ciudades y sobre todo por el descrito acarreado a los liberales al darse a conocer de manera sesgada el Tratado McLane-Ocampo, por lo que era urgente para el presidente Miguel Miramón reactivar la campaña hacia Veracruz para finalmente capturar a Benito Juárez. Pero atravesaba por serios problemas de financiación porque la opción de los bonos Jecker no estaban resultando atractivos para los inversionistas y por lo tanto no se estaban vendiendo, por lo que en enero de 1860 hace un banquete en el Palacio de Chapultepec invitando a los principales potentados para invitarlos a financiar la Campaña de Oriente, logrando obtener un préstamo por 126,000 pesos más otros fondos proporcionados por las casas mercantiles Wilde y Cía, Jean B, Francisco de Paula y Portilla y la misma casa Jecker, teniendo los recursos necesarios para realizar un cambio de estrategia para la toma de Veracruz atacando por tierra y por mar.

Para esto, logro organizar un ejército de 7,000 soldados divididos entre infantería, caballería y técnicos artilleros, así como se le fueron uniendo tropas auxiliares de Perote, Xalapa, Orizaba y Córdoba, en segundo plano, mandaría al contralmirante Tomas Marín rumbo a La Habana para comprar dos barcos de guerra para cerrar el cerco al puerto, siendo nombrados “General Miramón” y “Marques de la Habana”. Pese a la pérdida de popularidad que le estaba acarreando el reconocimiento estadounidense a su gobierno, Juárez pudo enterarse por esta alianza vía el cónsul estadounidense en La Habana de los movimientos realizados por los conservadores y haciendo uso de los términos del tratado le exige al presidente Buchanan la detención de esos barcos por parte de la flotilla de Joseph Jarvis que en ese momento se encontraba fondeando el puerto jarocho, mientras por medio del ministro de Guerra, José Gil de Pantearroyo se decretaron a los barcos de Tomas Marín como piratas y debían ser tratados como tal por las naciones amigas.

La situación se encontraba en pleno clímax y con las potencias esperando el resultado que de momento era favorable hacia los conservadores, mientras en Francia y España se esperaba la noticia de la toma de Veracruz, en el Senado estadounidense estaba en plena discusión sobre la viabilidad del Tratado McLane-Ocampo. El 8 de febrero, Miramón sale de la capital para emprender el camino hacia Veracruz siendo recibido con elogios, misas y banquetes a su paso por Puebla, pero a partir de Xalapa en adelante era cuando poco a poco se iban complicando las cosas para su avance siendo recibido por algunas emboscadas de los liberales, donde en una de ellas Miramón se salva de puro milagro. Finalmente, la expedición llega a las inmediaciones del puerto en marzo y empiezan a tomar posiciones como ocurrió con la toma de Medellín el día 2, para el día 5 estaban a las afueras de las murallas esperando la llegada de los barcos de guerra, mientras Miramón se dedicaría a tratar de minar la lealtad de los liberales ofreciendo la amnistía para todo aquel que bajase las armas y la pena de muerte para el que se haya negado y fuese aprendido.

Mientras las tropas conservadoras estaban acantonadas en sus posiciones de sitio esperando el apoyo marítimo, los liberales deciden arremeter contra sus posiciones sin que recibiesen respuesta alguna. Además de los buques, Tomas Marín traía consigo una tripulación de 100 mercenarios cubanos, españoles y portugueses, así como pertrechos para apoyar a las tropas de tierra, por lo que decide hacer una escala en Antón Lizardo para descargar las armas y el parque como para reparar unas averías presentadas en las maquinas del “Marques de La Habana”, así como esperaba recibir órdenes por parte del ejercito conservador para saber cuándo tenía que entrar en el puerto. La decisión de Marín de no izar las banderas de los barcos al considerar que se encontraba lejos de la fortaleza de San Juan de Ulua fue lo que delató a la flotilla conservadora ante los informantes liberales y rápidamente llevaron la noticias hacia el puerto, por lo que el general Gil Pantearroyo llama al capitán Jarvis para que cumpliese con las ordenes de Buchanan, por lo que la flota estadounidense se divide tanto en defender la fortaleza y mandan a la corbeta Saratoga bajo el mando del comodoro Thomas Turner a emboscar a los “barcos pirata”.

El encuentro se da en la noche y el barco estadounidense le lanza a la flotilla conservadora un cañonazo de advertencia para que se detuvieran, pero como Marín pensaba que se trataban de lanchas liberales que trataban de atacarlos decide responder el fuego, quedando los estadounidenses sorprendidos ante la osadía de que se atreviesen a atacarlos y realizan un ataque en conjunto entre la corbeta Saratoga con el “Marques de la Habana” y al “General Miramón” lo atacan con los barcos de vapor Wave e Indianola. Cuando Marín se da cuenta de que estaba atacando naves estadounidenses, como tenía ordenes de no provocar una declaración de guerra, frena los ataques para tratar de solventar su error, pero era demasiado tarde y los estadounidenses iniciaron la toma de las naves, salvándose el “Marques de La Habana” al izar la bandera española y se justificaron diciendo que el barco todavía no había sido nacionalizado, como los estadounidenses habían recibido la orden de no atacar las naves españolas los dejaron en paz. Marín y el “General Miramón” fueron apresados por la armada estadounidense e incluso fue extraditado hacia Nueva Orleans para ser juzgado, del cual sale librado al demostrar las faltas de la flota estadounidense y fue puesto en libertad, pero esto fue determinante para desbaratar los planes de Miramón y el destino del sitio de Veracruz.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Will Fowler, La Guerra de Tres Años, el conflicto del que nació el estado laico, 1857-1861.

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Imagen: 

  • Izquierda: Anónimo. Fragata USS Saratoga, 1919.

El complicado equilibrio exterior e interior de México en los 60.

Los gobiernos presidencialistas de los años 60 apostaron por una política internacional de equilibrio, por un lado, era un socio fundamental de Estados Unidos, pero ponían limites evitando la sumisión absoluta manteniendo relaciones con los países socialistas sin declararse como tal, por lo que el país se convertiría en un punto de encuentro donde tenían presencia las agencias de seguridad y espionaje estadounidenses como las soviéticas. Uno de los puntos de conflicto con la cancillería estadounidense fue el respaldo dado a la Cuba comunista, convirtiéndose en el interlocutor frente a los socios capitalistas y la salida viable frente al bloqueo comercial implementado como respuesta a las expropiaciones de propiedades y negocios estadounidenses. Para ellos, no era comprensible la postura ideológica del gobierno mexicano, ya que por un lado la derecha acusaba al oficialismo de comunista, y por el otro había subyugado a organizaciones como el Partido Comunista Mexicano de tal forma que para los 60 estaba muy debilitado e incluso sus buenas relaciones con Cuba ayudaron a mantener en la marginalidad a las guerrillas socialistas.

Había líneas que el gobierno mexicano no se atrevió a cruzar y mostraba cierto respaldo a las líneas estadounidenses, aunque llegaría a recibir de manera extraoficial a la representación diplomática de Vietnam de Norte, se niega a entablar relación con la China comunista de Mao con la cual se mostraría inflexible y la llegaría a acusar de ser un régimen sanguinario, evitando con ello la entrada en el país de grupos maoístas. La posición media de la cancillería incluso llegaría a ser considerada por el presidente Lindon B. Johnson como una solución para poder salir del atolladero en que se había convertido la Guerra de Vietnam, por lo que  Gustavo Diaz Ordaz usaría la embajada de Moscú como un canal para informarles sobre la situación geopolítica del bloque comunista, pero la desconfianza habida hacia la representación mexicana hizo que subestimasen los datos recabados y no hicieran caso sobre la tensión entre las relaciones entre la URSS y China. De los presidentes del momento, Diaz Ordaz apostaría por llevar un mayor acercamiento con Washington y dejar a un lado a los comunistas por el temor de su respaldo a las guerrillas, enfriándose las relaciones mantenidas con Cuba al descubrirse que uno de los funcionarios de la embajada mexicana en La Habana espiaba para la CIA, pero no rompe su relación como se demostró con el puente aéreo para los ciudadanos estadounidenses vía México.

Lo que hizo ganarse la confianza del gobierno estadounidense era la capacidad del aparato político mexicano de suprimir los movimientos subversivos, ya sea dándoles a los lideres un lugar dentro del gobierno para mantenerlos quietos o mediante el uso de los medios represivos del estado, siendo considerado un gobierno fuerte a diferencia del resto de países latinoamericanos, solo llegaron a mostrar preocupación por el ataque al cuartel de Ciudad Madera en Chihuahua en septiembre de 1965. Pero hacia 1967, la CIA daría un informe sobre las debilidades de México y que provocarían su desestabilización, señalando al crecimiento de la pobreza y de las clases medias-urbanas y las pocas oportunidades como uno de los límites del sistema paternalista, sobre todo veían como un mayor acceso a la educación en la juventud podría minar la confianza en las elites políticas. También anotaron como el problema agrario estaba lejos de ser resuelto al no garantizarles a los campesinos los medios para salir de la miseria, destacando el creciente conflicto en la sierra de Guerrero con los liderazgos de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, quienes tenían a su favor para la formación de la guerrilla un territorio difícil de penetrar.

Aun con esta visión a futuro adverso, EU confiaba en la fuerza del régimen presidencialista para poder contener cualquier amenaza que pudiese llegar del sur de la frontera, eso se demostraba con el poco apoyo solicitado en ayuda militar (compra de armamento, envió de fuerzas armadas o entrenamiento) y la nula presencia de guerrillas asociadas a Cuba. El año de 1968 era crucial por la exposición internacional que tendría el país con los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México, según la CIA, veía poco probable que surgiese una disidencia comparable con la producida en Francia en mayo, ya que consideraban que el aparato político del PRI mantenía controlados tanto los medios de comunicación como las principales organizaciones obrero-campesinas, sumado a la apatía mostrada por la población en conflictos estudiantiles pasados. La debilidad que veían en los movimientos estudiantiles eran la poca interrelación con los sectores laborales y campesinos para poder generar un movimiento que desestabilice al gobierno, sobre todo señalaban como esta rebeldía era más propia de la juventud por su rápida entrada en los nichos económicos y la conformación de sus familias al casarse jóvenes.

Pero con el acercamiento de la inauguración de los JJOO percibían más defectos en los aparatos de inteligencia mexicanos por su exceso de confianza y la falta de corroboración de los datos recabados, dando lugar a una mayor organización de los movimientos estudiantiles, un ejemplo de estos lo tenemos con el caso de la responsabilización de la formación de estos grupos, mientras la inteligencia mexicana culpaba a la presencia de agentes cubanos y soviéticos como los principales agitadores, el informe de la CIA desmentía esto al decir que eran comunistas mexicanos. Estas graves faltas que cometieron los servicios de presidencia y los judiciales llegaron a su punto de quiebre en julio de ese año, cuando lo que era un pleito sin importancia entre preparatorianos desemboca en un conflicto generacional entre los universitarios contra el gobierno, todo por una actitud esquizofrénica por parte de la presidencia donde vería en el exterior a un enemigo potencial contra México, pero los servicios estadounidenses ratificaban que se trataban de problemas internos y la rudeza del gobierno los que provocaron el estallido social.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: María del Carmen Collado Herrera. La guerra fría, el movimiento estudiantil de 1968 y el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz. La mirada de las agencias de seguridad de Estados Unidos, de la revista Secuencia no. 98

Imagen: Gustavo Diaz Ordaz junto al expresidente Adolfo Lopez Mateoa cuando asume la presidencia, 1964.

El filibusterismo estadounidense en Norteamérica.

La piratería dejaría como su legado la presencia de diferentes términos con que se designaban a las diferentes clases de piratas, por un lado estaban los corsarios quienes obtenían el patrocinio de una nación, el pirata para el que atacaba las poblaciones costeras, el bucanero era quien se dedicaba a atacar tanto en altamar como en tierra y también estaba el filibustero, palabra de origen holandés y ocupado para los que poseían embarcaciones ligeras y se dedicaban a los ataques de las poblaciones costeras. Si bien en el siglo XVIII la piratería empieza a entrar en declive debido a los acuerdos entre España, Gran Bretaña, Francia y Holanda, quedarían algunos grupos locales dedicados al bandidaje y que ya no representaron una amenaza para los dominios coloniales, pero los que empezarían a incorporar estas prácticas fueron los recién independizados estadounidenses, quienes movidos por la ideología mesiánica del “destino manifiesto” y su visión providencialista, hizo que agrupaciones independientes se asegurasen de incentivar el expansionismo tanto en las tierras indígenas como en los territorios europeos bajo la máscara de la libertad, pero el gobierno estadounidense siempre se desentendía de sus acciones y esto hizo que empezasen a ser nombrados como filibusteros.

La presencia de estos grupos la tenemos desde inicios del siglo XIX con la decadencia del poder español, dando lugar a la presencia de aventureros estadounidenses en zonas como el septentrión donde intentaron por un lado explorar aquellos territorios, comerciar con las poblaciones novohispanas o de plano apoyar los movimientos independentistas como sucedió en Texas y La Florida, convirtiéndose pronto en una amenaza latente debido al frágil dominio de aquellos territorios debido su baja población y a la pobreza de sus habitantes. México no era el único punto de mira de los filibusteros, los dominios británicos de Canadá eran territorios muy ambicionados tanto por ser una afrenta para los ideales independentistas el mantener al otro lado de la frontera a su opresor y sobre todo por tener las condiciones para lograr su invasión por su poca población, teniendo así la libertad de poder disponer de aquellos terrenos. Si bien el gobierno se vio forzado a promulgar leyes para combatir el filibusterismo como la ley de neutralidad de 1818, el arraigo popular del espíritu expansionista hacía que se siguiese alentando la generación de estas expediciones ilegales, sumándole la protección de los estados sureños quienes eran los principales interesados en la expansión militar para difundir sus negocios basados en la agricultura.

Una de las alicientes para los estadounidenses sobre la expansión fue la promoción primero de las autoridades españolas y después por las mexicanas de aceptar migrantes para poblar aquellos territorios gigantescos como Texas, ya que ni había disponibilidad de colonos españoles o mexicanos quienes no veían ningún atractivo para instalarse en regiones donde se requería mucho trabajo y estaba permanentemente amenazado por los nómadas, donde solo se pedía su conversión al catolicismo que era más cosmética, porque una vez instalados formaban sus congregaciones protestantes. Esto provocaría la perdida de Texas en 1836 al lograr que hubiese una mayor población estadounidense que mexicana y ante la debilidad del gobierno central, dando lugar al proceso donde se perdería definitivamente los territorios de Nuevo México y California los cuales contaban con una gran presencia de comerciantes y migrantes. Para 1848 se formaliza el despojo del norte con el Tratado Guadalupe Hidalgo, siendo también cuando se dieron a conocer los yacimientos de oro en California, provocando una mayor afluencia de migrantes estadounidenses para poder beneficiarse de la abundancia, pero el acaparamiento de las principales minas dejaría un importante contingente de aventureros a búsqueda de fortuna.   

Estas fueron las condiciones donde a partir de 1848 se generaría la segunda oleada de expediciones filibusteras donde lideres carismáticos conformaron contingentes de aventureros donde usando el espíritu del “destino manifiesto”, el racismo, la debilidad y tiranía permanente de los gobiernos hispanoamericanos o el aparente abandono de los territorios canadienses los dirigían a tomar posesión de esas tierras que supuestamente necesitaban de su presencia para poder llevar el progreso. Además de los aventureros sureños que quedaron sin un medio de vida de la “fiebre del oro” californiana hay que sumarle a un importante número de soldados rasos y exoficiales que quedaron sin empleo después de la invasión a México, también hay que agregar a la copiosa migración europea que no paraba de llegar a la “tierra de las oportunidades” y que no habían conseguido ningún medio de vida o esperaban alcanzar la gloria. La idea colonizadora estaba muy arraigada en la cultura popular, como lo vemos en la serie de relatos, canciones, obras teatrales y otros medios de entretenimiento donde la figura del aventurero era considerada como un héroe digno de culto e impulsaba a los jóvenes a tomar su ejemplo.

Fue muy común que en los pueblos llegasen estos lideres a hacer reuniones para conseguir voluntarios para armar las expediciones e ir más allá de las fronteras, aprovechando este medio para recaudar fondos aprovechando la fascinación publica por estas figuras, conformando verdaderos contingentes variopintos donde había campesinos, vagabundos, exmilitares, criminales y cualquiera que se quisiera arriesgar por conseguir riquezas rápidas. Es así que a finales de la década de los 40 y en los 50 vamos a ver un aumento de la cantidad de incursiones filibusteras sobre las naciones vecinas, siendo una de las zonas más atacadas el noroeste mexicano conformado por Baja California y Sonora, también encontraremos estos grupos en la frontera noreste, llegaron a hacerse presentes en el movimiento independentista en Cuba y alimentaron los conflictos entre británicos con canadienses como la rebelión feniana, pero el filibustero que llegaría a mantener cierto éxito fue William Walker quien impulso una invasión a Baja California y Sonora que fue derrotada y logra tomar el poder de Nicaragua como presidente, siendo finalmente derrocado al poco tiempo y fusilado.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Lawrence Douglas Taylor Hansen. Ataques filibusteros en contra de México y Canadá durante el siglo XIX: Un estudio comparativo, de la revista Secuencia no.37    

Imagen: S/D. Tropas filibusteras en formación junto a La Virgen (Nicaragua), 1855.

México en el contexto de la Guerra Fría.

Entender la relación México-EU resulta más compleja que la percepción que se tiene de sumisión del primero hacia el segundo, ya que, a pesar del poderío del vecino del norte, México ha tenido bastante margen en cuanto a las maniobras hechas a lo largo del tiempo y muchas veces estas han salido completamente de sus intereses, pero también es cierto que ningún gobierno se ha atrevido a mantener una postura antagónica que pudiese provocar un conflicto. La relación tenida con los países y organizaciones socialistas ha sido muy ambivalente, si bien México ha mantenido una diplomacia abierta hacia el bloque socialista, al nivel interno ha impedido la formación o proliferación de estas organizaciones al considerarlas rivales del proyecto revolucionario, por lo que el gobierno ha usado sus fuerzas para reprimir y deshacer la conformación de grupos capaces de hacerles frente. También es cierto que los aparatos de seguridad estadounidenses han mantenido una presencia constante en el país para vigilar todas aquellas organizaciones comunistas para evitar la formación de una base firme en el continente, incluso es sabido que funcionarios y presidentes como Adolfo López Mateos, Gustavo Diaz Ordaz y Luis Echeverria fueron parte de las redes de inteligencia de la CIA como LITEMPO y LITENSOR.

El agente que dirigía las operaciones de la CIA en México fue Winston Scott, quien estuvo en servicio de los años 1956 hasta 1959 y fue quien entablaba las relaciones con el gobierno mexicano, uno de los puntos de mayor acercamiento fue con Diaz Ordaz de quien se sabe recibía diariamente los informes de Scott del trabajo de la CIA. Esto no quiere decir necesariamente que las altas esferas de la política mexicana estuviese trabajando para la CIA y por lo tanto eran títeres de EU, ya que hay que tomar en cuenta la política absolutista por parte del PRI como uno de los puntos de interés para colaborar con las autoridades estadounidenses, con ello se garantizaba el alejamiento de EU en cuestiones de política interna dando el visto bueno a su permanencia y por el otro eliminaban a potenciales amenazas que pudiesen crear disidencias importantes como para provocar una movilización popular en contra del régimen. Como muestra de esta autonomía lo vemos con la permisividad del gobierno para que la URSS y Cuba mantuviesen la presencia de sus propios espías y agentes, fortaleciéndose la concepción del país en su proyección internacional de mantener una posición intermedia entre el bloque capitalista y el comunista.

Esta independencia con respecto a los intereses estadounidenses lo tenemos con la relación con la Cuba de Fidel Castro, quien llega después de un proceso revolucionario iniciado en 1953 para derrocar al dictador Fulgencio Batista y logrando su objetivo iniciando 1959, donde se sabe que tanto los hermanos Castro y Ernesto “Che” Guevara pasaron una temporada de formación en México con el financiamiento de importantes figuras de la política mexicana como Lázaro Cárdenas y desde Tuxpan saldría la expedición en el famoso yate Granma con dirección a la isla. Si bien en un inicio los revolucionarios no se declararon comunistas (y es probable que esto haya sido lo que provocaría el abandono del gobierno estadounidense al régimen de Batista), las exigencias del gobierno estadounidense con respecto a los fuertes intereses invertidos a la isla hicieron que en 1961 Castro anunciara su completa afiliación al bloque comunista, lo que enciende las alarmas para el gobierno de John F. Kennedy con respecto a las relaciones de amistad entabladas con el gobierno de López Mateos, lo que sería un obstáculo para el bloqueo con económico el que esperaba hacer caer al gobierno de Castro.

En ese entonces, México formaba parte del tercer bloque conocido como el Movimiento de los Países No Alineados (MPNA), donde se congregaban un conjunto de países tanto capitalistas como socialistas quienes mantenían relaciones abiertas para ambos bloques, con ello la cancillería justificaba la manutención de las relaciones con Cuba y rechazaba las exigencias estadounidenses, quienes finalmente tuvieron que permitirlas debido a la colaboración del gobierno en otras acciones de defensa. Uno de los políticos estadounidenses que comprendieron la postura mexicana y ayudaron a que se tolerasen estas acciones fue el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson, quien accede a mantener una estrecha relación con López Mateos y que se fortalece con su llegada a la presidencia después del asesinato de Kennedy, señal de ello lo vemos en la designación de Fulton Freeman como embajador y con quien hay una plena colaboración con los gobiernos mexicanos, sumada a las constantes entrevistas de Johnson con los presidentes como López Mateos con dos y Diaz Ordaz con siete, pero con el empeoramiento de la Guerra de Vietnam la relación con México paso en un segundo plano.

La razón de este “enfriamiento” fue sin duda la plena confianza mantenida al gobierno mexicano para mantener la paz, momentos como la sucesión presidencial de 1964 no sería un mayor problema por el perfil moderado con el que calificaron a Diaz Ordaz gracias a su trabajo en la Secretaria de Gobernación de López Mateos, donde se destacó por el combate a los grupos socialistas y a la formación del Partido Popular Socialista de Vicente Lombardo Toledano como un aparato que ayudada a dividir a los grupos de izquierda. Uno de los puntos que dificultaba a la inteligencia estadounidense comprender al gobierno mexicano fue en el lado ideológico con respecto al nacionalismo revolucionario, que por las semejanzas habidas con el socialismo hizo que las instituciones culturales como la SEP fuesen calificadas como tal y mantuviese desconfianza hacia la Cancillería por esta retorica mantenida al nivel general en la población.  

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: María del Carmen Collado Herrera. La guerra fría, el movimiento estudiantil de 1968 y el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz. La mirada de las agencias de seguridad de Estados Unidos, de la revista Secuencia no. 98

Imagen: National Archives. Reunion de Gustavo Diaz Ordaz y Richard Nixon en la culminación de la Presa Amistad, septiembre de 1969

Las primeras exploraciones a La Florida

Conforme avanzaban las exploraciones españolas por el Caribe, se dieron cuenta que el Mar Caribe formaba parte de una masa oceánica que recibió el nombre de Golfo de México, la cual cerraba al noreste en una península que fue encontrada por el «adelantado» Juan Ponce de León, veterano del segundo viaje de Cristóbal Colon y quien había fungido como gobernador de La Española y Puerto Rico, lo que lo hizo en uno de los hombres más ricos de las Indias. Guiado por las historias acerca de una isla llamada Bimini, Ponce de León solicito el permiso de patente para explorar aquella isla, recibiendo el visto bueno en marzo de 1513 partiendo de La Española con tres barcos, llegando a tierra en las cercanías de la actual Daytona y al haber llegado en el 8 de abril, dia de la Pascua Florida es que se le queda el nombre y es reclamada su posesión como «terra nullius».

Decide bordear lo que consideraba como una isla y se va dando cuenta que no se trataba de tal, pero a su vez fue recibido con cierta perspicacia por parte de los indígenas ays quienes habían sido víctimas de las primeras incursiones corsarias en las costas, que unido a los datos aportados por Antón de Alaminos, piloto de la expedición de Francisco Hernández de Córdoba y la del propio Ponce de León, ya daba a entender de la existencia de un territorio más grande que un archipiélago. Regresa con nada de la expedición y vuelve a solicitar permiso para armar otra, la cual le fue dada para 1514, pero la muerte de su esposa y otros problemas la fue retrasando, pero al llegar las noticias del éxito de la expedición de Hernán Cortés en México lo motivo para llevarla a cabo hasta 1521 instalando una colonia en la región de Calusa con algunas casas y un presidio, pero los indígenas no estaban conformes con la presencia europea y atacan el establecimiento provocando a la huida de los españoles, de este enfrentamiento Ponce de León es alcanzado por una flecha envenenada y muere al poco tiempo de regresa a La Habana.

El segundo que intentaría colonizar la península seria Lucas Vázquez de Ayllón, quien decide seguir más al norte de la expedición de Ponce de León y recibe la guía de un niño que captura en las costas de Georgia, bautizándolo con el nombre de Francisco de Chícora y encuentran tierras que la hacían muy proclives para la agricultura. Regresa a España con el niño y narra lo que había encontrado, esto maravillo a la Corte quienes le dieron el permiso para fundar un asiento, llevándolo a empeñar todos sus bienes para financiar las expediciones de exploración, siendo la primera la de Pedro Quejo en 1525 y quien llegaría a la bahía de Delaware en Virginia. Vázquez Ayllón llega con un 6 navíos, 600 personas y suficientes bastimentos para iniciar su colonia, además de estar presentes tres frailes dominicos para asegurar el compromiso de cristianizar a los indígenas, llegando a la isla Sapelo en Georgia y bajando a las islas Amelia y Parris, bautizando a esta última como Santa Elena, decidiendo fundar el establecimiento en Sapelo con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe o San Miguel de Guadalupe.

A pesar de la preparación que había hecho con antelación, el establecimiento de Vázquez Ayllón fracasa a los tres meses al quedarse sin víveres, recibiendo el rechazo de los indígenas quienes no los ayudaron y siendo víctimas de las epidemias (incluyendo al mismo Vázquez Ayllón), por lo que regresan solamente 150 colonos. Lejos de ser desalentados por el fracaso del establecimiento, otros exploradores quedarían seducidos por las historias de los sobrevivientes quienes habían sido informados de la existencia de otras tribus quienes podían ser más dóciles para tratar a los españoles o de la existencia de otras tierras ricas, uno de ellos fue el piloto portugués Esteban Gomes quien esperaba encontrar el paso norte que lo dirigiese hacia China, pero no lo encuentra y llega al norte de Cape Cod y Maine, llevándose consigo algunos indígenas algonquinos de la zona y ampliando el conocimiento geográfico.

Las exploraciones pronto se convertirían en una extensión de los conflictos europeos entre Carlos I y el rey de Francia Francisco I, siendo el ultimo quien manda a explorar al pirata Juan Verrazano, quien llego a asaltar parte de los tesoros de Hernán Cortés, llegando a Cape Fear en Carolina del Norte y reclamando como posesión francesa la desembocadura del rio San Lorenzo en 1524, siendo capturado al poco tiempo en las Islas Canarias y ejecutado. El siguiente que se fue a la aventura de La Florida fue el ya veterano conquistador Pánfilo de Narváez, obteniendo el derecho de asiento en 1526 con 5 barcos y 600 hombres, pero fueron alcanzados por una tormenta que le destruyo 2 barcos y lo dejo con 180 sobrevivientes quienes apenas habían llegado a Cuba, no obstante prosiguieron con la expedición, contrataron nuevo personal y llegan a la península en 1528, viaje lleno de penurias al ser engañados y emboscados por los indígenas en cualquier oportunidad para terminar sobreviviendo 4 expedicionarios que llegaron a la Nueva España como pudieron, destacándose Alvar Núñez Cabeza de Vaca y el esclavo africano Esteban.

Una vez reconocida la península de La Florida como territorio español, tocaba ahora la forma y como se debía de gobernar, recayendo la responsabilidad sobre el virreinato de la Nueva España y perteneciendo a la Audiencia de Santo Domingo en 1511, debido a la evidente lejanía impedía que fuese administrada por la Audiencia de México. Debido a que el Caribe español perdía cada vez más importancia en comparación con la Nueva España y el Perú, hizo que esta audiencia empezase a quedar relegada del resto del imperio salvo por La Habana que tenía su lugar como puerto de las Indias, esto provocaría que los esfuerzos de colonización de La Florida quedasen en segundo plano al ser un territorio secundario de la administración virreinal, por lo que en algunas ocasiones su administración recaía en Cuba.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Luis Arnal Simón. Inician las expediciones. Las grandes expediciones y fracasos, del libro Arquitectura y Urbanismo del Septentrión Novohispano. Fundaciones en La Florida y el Seno Mexicano, siglos XVI al XVII.

Imagen: Abraham Ortelius. «Theatrum Orbis Terrarum», mapa de La Florida, 1570.