Hacia finales del Virreinato es que empieza a proliferar el periódico como medio de comunicación de las masas, supliendo en parte la antigua cultura de los folletos, gacetillas y volantes que no tenían una periodicidad fija y que lamentablemente eran medios temporales por la baja calidad del material (muy pocos han sobrevivido hoy en día). El primer periódico fue la “Gazeta de México”, la cual funcionó en tres periodos: 1722, de 1728 a 1742 y desde 1784 a 1809, empezando como una publicación quincenal para pasar a ser semanal y se encargaba de dar a conocer las noticias tanto del gobierno virreinal como los sucesos de la monarquía hispánica, mismo que para financiarse inaugura el modelo de negocios de los anuncios para financiarse, así como valerse tanto de las suscripciones y la venta de libros de su misma imprenta, teniendo un valor de 2 reales por el espacio. Esto hizo que diferentes negocios buscasen anunciarse en la gaceta y gracias a ello podemos conocer el panorama de la sociedad virreinal con anuncias que van desde la venta de inmuebles, almonedas (una clase de subasta), loterías, juicios, clases de primeras letras, entre otros.
Como buena parte de la sociedad virreinal, estos anuncios tenían que respetar tanto la moral como a la misma religión y la obediencia al rey, teniendo como fin exclusivo la adquisición de bienes materiales y su consumo. Parte de esta cultura publicitaria tuvo que alimentarse de la tradición de los pregoneros, quienes eran los encargados tanto de dar a conocer las disposiciones del gobierno como los anuncios parroquiales, así como la compra y venta de productos o el ofrecimiento de servicios, por lo que la gaceta solo tuvo que trasladarlo al medio escrito. Pero el problema que tenía era su bajo rango de acción al solo serle útil a la minoritaria población letrada ante una mayoría analfabeta, por lo que era un medio exclusivo para las clases altas de la sociedad que podía consumir esta publicación, mientras para las clases populares pasaba desapercibido y seguían recurriendo a los pregoneros.
En 1805, sus colaboradores Carlos María de Bustamante y Jacobo de Villaurrutia fundan el periódico “El Diario de México” y tuvieron la idea de implementar un recurso que ya era conocido en Madrid desde mediados del siglo XVIII y que podía darle a la gaceta una utilidad pública amplia, ofrecerle espacios gratuitos a los trabajadores libres para ofrecer su mano de obra a los que pudiesen contratarlos, esto lo hacían sin tomar en cuenta posición social, la casta a la que pertenecían o sus privilegios. Lamentablemente debido al contexto de la época esta iniciativa duro poco, ya que en 1808 a raíz de la crisis provocada por el vacío de poder de la monarquía por la invasión napoleónica hizo que el tema político se convirtiera en el principal al desarrollarse intensos debates sobre las crecientes inquietudes sociales que había sobre la autonomía novohispana con respecto a la península, haciéndolos muy populares entre el pueblo, por lo que el gobierno virreinal se vuelve represor con los medios impresos y restringe la libertad de imprenta como medida para reestablecer el orden, llevando a las autoridades a cerrar los periódicos cuando veían publicaciones en apoyo a la autonomía o a la independencia.
Aun con el esfuerzo de popularizar los periódicos como medio de comunicación, resultaba muy cara su adquisición por parte de la clase trabajadora, los datos que nos llegan del “Diario” son que tenían un tiraje promedio de 400 ejemplares que eran vendidos por medio de las suscripciones, las cuales valían 14 reales la suscripción anual, 11 pesos por 6 meses y 12 pesos más para las suscripciones foráneas, algo que resultaba privativo ante un salario promedio de entre los 2 y 10 pesos mensuales según el oficio. Bustamante y Villaurrutia trataron de generar material de fácil entendimiento que estuviese alejado del lenguaje sofisticado de las elites, por lo que se acercaron al uso del lenguaje coloquial para poder llamar la atención de todos los sectores, para promover que la gente se anunciara colocaron buzones cerca de los estancos de tabaco para que depositaran el mensaje, este sistema duro cerca de dos años debido a la represión de las autoridades promovida por la presión ejercida por los editores del “Gazeta”.
De los anuncios encontrados, tenemos que inicialmente la idea tuvo éxito entre los sirvientes quienes mandaron sus solicitudes para buscar trabajo, ocupando el segundo lugar el de los amos buscando trabajadores, pero a partir de 1807 debido a la presión pierden el interés por anunciarse y sus peticiones caen a la mitad, todo esto debido al interés causado por la crisis en la península por la invasión de Napoleón, haciendo que la editorial le diese prioridad a lo político como tema principal, una de las razones del reclamo de “Gazeta” ya que esos temas le competían tratarlos a ellos y al “Diario” lo habían autorizado con la condición de no publicar de política. Con el estallido de la guerra de independencia, los anuncios de trabajo no tuvieron lugar ante el cambio de foco mediático, a pesar de los desplazamientos poblacionales de las familias acaudaladas hacia lugares más seguros y la ola de desempleo que dejaba a su paso, ni que decir de los diarios insurgentes los cuales dedicaban sus espacios completamente a la propaganda. Para 1812, el diario tuvo su segunda época dirigido por Juan Wenceslao Sánchez de la Barquera, quien tuvo como meta recuperar la línea editorial original, objetivo que no logro y el contenido volvió a politizarse de forma paulatina como consecuencia de la bajada de suscriptores, yendo de los 500 que habían logrado en 1805 para descender a los 100 en 1814, complicando la situación las constantes mudanzas de la imprenta provocando que no recibieran atención los anuncios de empleo.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
Bibliografía: Francisco Javier Beltrán Abarca. Desempleo y servicio doméstico: el acceso al trabajo a través de la prensa de la ciudad de México (1805-1832), de la revista Secuencia no. 102
Imagen:
- Izquierda: Luis Garcés. Carlos Maria de Bustamante, 1873.
- Derecha: Anónimo. La Gazeta de Mexico, enero de 1737.