El trasfondo histórico del culto al Sagrado Corazón de Jesús.

Las diferentes devociones de la Iglesia Católica han ido evolucionando a través del tiempo para favorecer el culto hacia una u otra figura devocional, por lo que no es de sorprender que encontremos diferencias entre la religiosidad del Virreinato con la del siglo XIX o con el siglo XX. Uno de estos cultos que tienen presencia en México es el del Sagrado Corazón de Jesús, cuya devoción más que enfocarse dentro del mundo religioso, el contexto de los siglos XVIII y el XIX le dieron un sentido nacionalista para los países que enfrentaron los cambios sociales o los que iban naciendo con la descolonización. Se sabe que esta tradición nace entre los siglos XVII y XVIII en Paray-le-Monial, Borgoña, de mano de Margarite Marie Alocoque, monja la cual tuvo las primeras visiones místicas, así como la divulgación del prodigio por parte de Jean Eudes quien propaga el culto por Francia y fue adoptado por parte de los jesuitas como Claude La Colombíere. Esta asociación hizo que en el siglo XVIII llegase a la Nueva España la devoción patrocinada por los jesuitas, la cual tuvo la innovación de incorporar los avances de los estudios anatomistas para formar la imagen del corazón solo como parte de la iconografía del culto, algo que fue muy criticado tanto por lo enemigos de los jesuitas como los jansenistas o los movimientos anticlericales que la consideraron una imagen, vulgar, de mal gusto, idolatra y con ciertos aires fetichistas. En los reinos de Indias fue una figura popular entre los pintores, de ahí Miguel Cabrera pintaría obras en referencia a esta tradición, pero los que llegan a convertirse en los modelos devocionales serian la pintura de Pompeo Batoni que realiza para la Iglesia de Gésu en Roma y la escultura de Bertel Thorvaldssen, asentándose la iconografía del Jesús de facciones europeas contra las representaciones regionales.

La devoción del Corazón de Jesús adquiere otra connotación con los hechos turbulentos de la segunda mitad del siglo XVIII, primero con la expulsión de los jesuitas de los territorios de la monarquía hispánica al ser una figura para afrontar los retos del exilio, el segundo tiene que ver con la Revolución francesa al convertirse en el culto de los contrarrevolucionarios que aspiraban al retorno de la monarquía absoluta, no por nada su difusión en España fue apoyada por Fernando VII al regresar el poder después de la invasión napoleónica. Para reafirmar este carácter antiliberal que se le dio, su mayor propagación se dio ante el pontificado de Pio IX (1846-1878), quien además eleva a Margarite Marie Alocoque a santa y proclama el mes de junio para el culto al Corazón de Jesús, todo dentro del contexto de la pérdida del poder político de los Estados Pontificios ante la Italia independiente y la ola liberal que impregna a diferentes países católicos.

Los acontecimientos de la segunda mitad del siglo XIX reafirmaron el carácter antimoderno de los fieles, un suceso interpretado como una señal fue la derrota de Napoleón III a manos de los prusianos y la caída del imperio para dar lugar a la Tercera República Francesa, además de haber un cambio en el sentido del culto con el ascenso al papado de León XIII en 1878 y su cambio de enfoque contrario a la beligerancia de Pio IX contra la modernidad, decidiendo aceptar la nueva realidad, pero a su vez defender a la feligresía de los abusos tanto de los gobiernos como de los empresarios, convirtiéndose en un símbolo de lucha para los creyentes. Es así que, en la nueva realidad democrática francesa, los grupos conservadores intentan consagrar a la nación bajo la protección del Sagrado Corazón, aduciendo razones historicistas al relacionarlo con el primer rey franco Clodoveo. Muchos otros países van a seguir el ejemplo de Francia de arroparse bajo su protección como el caso de Bélgica, Irlanda, Ecuador, Colombia y Costa Rica, siendo más tardío el caso de España que intenta en 1919 involucrar su devoción con un nuevo pacto de lealtad al rey Alfonso XIII con la nación la cual no termina de salir de su periodo de decadencia.

En México, su propagación tuvo sus limitaciones por las restricciones al culto público determinadas por la Constitución de 1857, aunque esto termina con la llegada de Porfirio Diaz y su política de tolerancia hacia las actividades religiosas cuando el alto clero se incorpora a las tendencias  de otros países pero al nivel diocesano, así ocurrió con la diócesis de León que fue la primera en consagrar al Corazón de Jesús en 1875, seguida por la arquidiócesis de México en 1889, pero no se lograría la consagración nacional debido a las resistencias de la vieja guardia liberal como se vio en la polémica periodística que se dio en el periódico “El Siglo XIX” contra el periódico “El Heraldo” en el mes de junio de 1889 que había publicado una serie de artículos pidiéndole al presidente sumarse a la iniciativa, siendo contestada conque la Constitución no se mete en temas religiosos.

Esta tendencia laica del gobierno que impidió la consagración de la devoción no tiene que verse como una postura de corte antirreligiosa, ya que el liberalismo del siglo XIX no desconocía la religiosidad publica, pero reafirmaba su carácter nacionalista, esto lo vemos con el caso de la coronación de la Virgen de Guadalupe el 12 de octubre de 1895 cuya ceremonia tuvo la presencia del propio Porfirio Diaz. Se dio un nuevo intento de elevar al grado nacional la devoción durante los tiempos revolucionarios por parte de la oposición conservadora, intentando que el movimiento de Madero los respaldase teniendo su negativa, pero el que si les hizo caso fue Victoriano Huerta quien manda la iniciativa en 1914 ante Pio X, realizándose la ceremonia de consagración el 6 de enero siendo cuando se pone una corona a la estatua del Sagrado Corazón acompañado de una bandera mexicana con una Virgen de Guadalupe en lugar del escudo, pero contando con la ausencia de las autoridades civiles.  Este símbolo tuvo su carácter beligerante cuando estalla el movimiento cristero en la década de los 20 al ser parte de la iconografía de los rebeldes quienes lucharon contra los abusos de los gobiernos revolucionarios al implementar su política antirreligiosa. En los últimos tiempos, a pesar de su presencia en muchas iglesias la devoción a perdido seguidores, tanto por la popularidad de figuras como la Virgen de Guadalupe y San Judas Tadeo, pero sobre todo por la secularización social donde lo religioso ha perdido terreno, lo cual deja un tanto olvidado su pasado donde sirvió como apoyo en la configuración nacionalista de muchos países de Occidente.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

Federico Flores Pérez

Bibliografía: Miguel Rodríguez. El Sagrado Corazón de Jesús: imágenes, mensajes y transferencias culturales, de la revista Secuencia no. 74.

Imagen: Modelos iconográficos del culto al Corazon de Jesus:

  • Izquierda: Pompeo Batoni. Sagrado Corazon de Jesus, 1760, Iglesia de Gésu, Roma, Italia.
  • Derecha: Bertel Thorvaldssen. Cristo Consolator, 1838, Copenhague, Dinamarca.

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