El mercado en el Querétaro virreinal.

Gracias a su posición estratégica dentro del Camino Real de Tierra Adentro, las actividades económicas de la ciudad de Querétaro se vieron muy diversificadas al ofrecer a sus habitantes una gran cantidad de productos gracias a las excelentes condiciones para producir los productos europeos. Uno de ellos fue el ganado, convirtiendo a su mercado en una importante fuente de abastecimiento a donde iban a parar los animales de los pueblos adyacentes, aunque tenían como limitante el pago de derechos para las dos unidades administrativas de la ciudad, la republica de españoles y la de indios, mismos que estaban obligados a ofrecerles a los ganaderos tanto los rastros para sacrificar los animales como su correspondiente espacio en el mercado, así como velar por la presencia de precios justos para los consumidores. La cría de ganado bovino y el porcino se basaba tanto en Querétaro como en San Juan del Rio, siendo el centro de abasto de regiones como el mismo Altiplano donde por las disputas con los indígenas no se había logrado consolidar, exportando tanto toros, vacas y novillos como los productos procesados como la lana, el tocino y la manteca, contribuyendo al enriquecimiento de la ciudad.

Mientras los indígenas tenían como su espacio de comercio el tianguis, los españoles lo hacían desde sus tiendas en la plaza y en los alrededores, pero hacia 1594 se buscaría que el virrey les otorgase un espacio fijo en la plaza, dándoles un terreno que estaba cerca del Convento de San Francisco. La dinámica comercial española se basaba tanto en la venta de los excedentes de la producción agropecuaria, el de los obrajes de las cercanías y las importaciones como el aceite de oliva, el vino, las ropas finas, armas y aditamentos para la caballería, donde los productos de interés para los españoles serian la producción de trigo, el maíz, el ganado y las uvas, fruto que sería muy buscado tanto por criollos como por los indígenas. Querétaro se había convertido en el centro de abastecimiento de productos como el vino, a donde llegaban las diligencias desde Veracruz y de ahí se distribuía tanto para el Bajío como para la zona minera de Zacatecas y San Luis Potosí. También se había convertido en el centro de distribución de los productos de lujo novohispanos como el cacao de Guatemala y Colima, los pescados de las zonas lacustres y las costas o incluso de las importaciones como el bacalao, siendo el centro de la logística de la línea de abastecimiento para el Septentrión.

Para el siglo XVII, la importancia de la ciudad había logrado desarrollar su propia elite de mercaderes, dejando de ser meros representantes de casas comerciales ultramarinas, incluso llegaron a tener representación tanto los propios españoles e incluso los antiguos pochtecas mantenían su presencia en las redes de comercio queretana. Los mercaderes estaban en contacto con las líneas de abastecimiento de ciudades como México, Puebla, Zacatecas, Celaya, Guanajuato y Colima, aunque si estuvieron limitados con respecto al comercio de importaciones, ya que sus agentes no mantuvieron presencia en puertos como Veracruz y Acapulco al ser manejados por los comerciantes capitalinos. Una de las redes comerciales más importantes era la ganadera, la cual estaba conformada por un circuito que la comunicaba con Tula, Metepec, Coyoacán, Tacuba, Toluca y Pachuca, siendo la Ciudad de México donde se realizaban los tratos con otros comerciantes regionales y ya de ahí se mandaban los pedidos a Querétaro para enviar las recuas o los productos solicitados.

El trato de los comerciantes con sus clientes se basaba en un sistema de confianza a la palabra para realizar algunas transacciones sin tener los recursos, por lo que los mercaderes siempre estaban al pendiente de las deudas contraídas y los deudores no tenían problema en darles lo que solicitaban, el problema era que no había un registro como tal y estas podían llegar a ser olvidadas, razón por la que era usual que en el lecho de muerte destinasen una cantidad de dinero dispuesta para donar a la iglesia y con ello limpiar su conciencia por las deudas olvidadas. La principal función del gobierno era el vigilar el control de precios, esto incluía el salario para los tamemes que todavía eran fundamentales en el comercio novohispano a pesar de la presencia de las diligencias, si bien los funcionarios tenían prohibido intervenir en las actividades comerciales, esto no evito que hicieran negocios en cuanto tuvieran la oportunidad. El alcalde mayor era el principal responsable de fijar los precios mediante el edicto de ordenanzas donde se informaban el valor de los insumos tomando en cuenta los costos de producción y de transporte, aunque no ha habido un estudio de los precios, se sabe que de 1590 a 1608 hubo una baja inflación.

El principal impuesto que estaba presente en el comercio novohispano eran las alcabalas, que equivalía al 2% del valor donde incluía desde bienes raíces, muebles y alimentos, esto se cobraba al momento en que el mercader hacía la declaración de los bienes y en base de eso hacían el correspondiente cobro sin tolerancia a dar lugar a omisiones. Esta potestad estaba en manos del alcalde mayor el realizar el correspondiente cobro y de ahí llevar el dinero a la Real Hacienda, aunque por las fuentes de la época, en el caso de Querétaro la recaudación fue muy floja y existían muchos casos de evasión fiscal. Todo ello ayudaría a la ciudad de Querétaro a convertirse en un motor económico regional al ser la puerta principal rumbo al norte, dándole la oportunidad de que su bonanza traspasara hasta el día de hoy.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Juan Ricardo Jiménez Gómez. El Camino Real de Tierra Adentro a su paso por el pueblo de Querétaro y el mercado a finales del siglo XVI y principios del XVII, del libro Caminos y Mercados de México.  

Imagen: 

  • Izquierda: S/D. Mercaderes en las calles de Queretaro, principios de siglo XX
  • Derecha: S/D. El «Portal Quemado», Queretaro, principios de siglo XX.

Fuente de imágenes: https://www.facebook.com/cronistadequeretaro

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