Lázaro Cárdenas, gobernador de Michoacán.

Después de los problemas provocados durante el gobierno de Francisco J. Múgica para imponer un gobierno radical en Michoacán, asciende a la gobernatura su alumno político Lázaro Cárdenas hacia 1928, aunque debido a su inexperiencia le valió ser calificado por Álvaro Obregón como un incompetente, tenía las simpatías por parte de Plutarco Elías Calles quien le da su apoyo para poder asumir el cargo al considerarlo uno de sus generales “más fieles”. Aprendió muy bien de los errores cometidos por Múgica durante su gobierno y vio que para provocar el cambio que esperaban no era necesario crispar el ambiente social como lo había pretendido hacer, sobre todo porque el estado se encontraba en una posición vulnerable al situarse en el epicentro de la Guerra Cristera que ya llevaba dos años de haber estallado, teniendo el compromiso de solucionar el problema agrario para ir empoderando sus bases sociales y a su vez ir desactivando los focos rebeldes. Hay que decir que su periodo de cuatro años no los pudo cumplir en su totalidad debido a que por diez meses se ausenta para asumir el papel como el primer presidente del PNR después del asesinato de Obregón y en 1929 combate la rebelión cristera por siete meses para evitar perder su influencia militar, encargando el gobierno tanto a su secretario de gobierno Gabino Vázquez y a su hermano el diputado Damaso Cárdenas quienes siguieron sus directrices.

Una de las bases de su política de gobierno era sin duda el reparto agrario, donde trabajaría para deshacer todos los contratos adquiridos durante el Porfiriato y que perjudicaban a las comunidades de la Meseta Tarasca, decretando primero en 1930 la Ley de Tierras Ociosas donde se autorizaba la expropiación de los terrenos que no estaban siendo sembrados, y en 1931 se avanza con el decreto de la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública, aunque esta última fue revertida por el gobierno federal al considerarla como un exceso de autonomía. Esto no impidió que se repartiesen cerca de 141,663 hectáreas durante su gobierno a cerca de 181 pueblos entre 15,753 ejidatarios, todo esto acompañado con un trabajo de afianzar sus redes políticas al dotar de infraestructura para fomentar el mejoramiento de la producción como caminos, presas, canales de riego y sobre todo de construir cerca de 1023 escuelas para los campesinos, además de irlos afiliando a los sindicatos junto con los obreros.

La clave para lograr cumplir con estos proyectos fue su habilidad para convencer a los otros dos poderes estatales para destrabar las acciones ejecutivas, con el poder judicial sirvió que en los primeros meses de su administración nombrase como secretario general de gobierno a Agustín Leñero, con quien tenía muy buenas relaciones con los jueces encargados y logro gestionar la distribución de recursos para financiar mejoras en las instalaciones, así como mejorar la posición de los juzgados municipales otorgándoles mejores salarios. Al nivel legislativo, si bien contaba con la base dejada por Múgica, tenía la amenaza de la influencia de grupos afines a la CROM como una de las posibles oposiciones y con fuerza dentro del sector obrero, pero esto no impidió a que Cárdenas pudiese consolidar su propio bloque de diputados y operaba para ir acabando al nivel municipal con las posibles resistencias anulando las elecciones donde no le convenia como sucedió como en Maravatío, Uruapan, La Piedad, Acuatizo, Zitácuaro, Puruándiro, Tlalpujahua, entre otros.

Su principal brazo político donde congregaba a sus bases era la Confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo, fundada al poco tiempo de asumir la gobernatura, congregaba a las agrupaciones obreras del estado, a los grupos afines a Múgica, los representantes agraristas de las comunidades y los miembros del Partido Comunista, congregando la representación del millón de habitantes que tenía el estado en esos años y que se congregaban principalmente en Morelia, Uruapan, Zamora, La Piedad, Zitácuaro y Sahuayo en orden de importancia. La misión de la CRMDT fue conglomerar en sus filas al sector agrario ante la falta de una gran clase obrera urbana, aunque no los dejo de lado al incluir dentro de sus objetivos el respeto por parte de los empresarios de cumplir con el horario de ocho horas, el salario mínimo, disposición de servicios de atención médica y evitar los reajustes o reducciones salariales. Dentro del sector agrario, el CRMDT les garantizaba a las comunidades la autonomía para resolver sus asuntos y sobre todo promovían el trabajo colectivo para el desarrollo de los proyectos de producción en el campo, pero también se exigía el fin de las relaciones de compadrazgo de los lideres y que corrompían a los mandos.

A pesar de la fuerza que iba ganando el CRMDT en el estado, Cárdenas no dejo que se convirtiese en una fuerza que en algún momento pudiese llegar a revelarse en contra de sus objetivos, esto lo vemos por ejemplo con el fin de su gobierno en 1932 donde la confederación promovía la candidatura de Ernesto Soto Reyes, pero Cárdenas decide no hacerles caso y elige como su sucesor al general Benigno Serrato quien contaba con la aprobación del Jefe Máximo, lo que llevo a Cárdenas a hacerles una fuerte llamada de atención tanto a Soto Reyes como a los liderazgos del CRMDT. En su papel como gobernador, se encargó de facilitarle las gestiones de CRMDT para beneficiar a las comunidades, así como el ir acabando con las resistencias regionales existentes contra sus bases como lo eran los hacendados o los agraristas en contra del liderazgo de Cárdenas, por lo que poco a poco empezaría a apuntalar su liderazgo en el estado, así como sentar las bases del arraigo político del sistema de partido único con el PNR.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Enrique Guerra Manzo. La gobernatura de Lázaro Cárdenas en Michoacán (1928-1932): una vía agrarista moderada, de la revista Secuencia no.45

Imagen: Anónimo. Lazaro Cardenas en la detención del guerrillero cristero Simon Cortes, ca. 1929.

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