Editorial: La agonía de Acapulco.

La madrugada del 24 y 25 de octubre quedó grabada en la historia del puerto debido a la llegada del huracán Otis. Este fenómeno resultó atípico al alcanzar la categoría 5, provocando una estela de destrucción en los negocios y, sobre todo, en los hogares de muchos acapulqueños. Sin embargo, además de la tragedia causada por este desastre natural, la situación empeoró debido a la ausencia total de respuesta por parte de los gobiernos municipal, estatal y nacional. Esta falta de ayuda tanto para los damnificados como para proporcionar seguridad en los días siguientes permitió que la población tomara la lamentable decisión de saquear los comercios establecidos. Algunos lo hicieron para obtener los víveres necesarios para sobrevivir, mientras que otros aprovecharon la oportunidad para robar objetos de gran valor.

Todo esto evidencia la profunda crisis en la que ha caído Acapulco en los últimos 20 años. A pesar de haber sido en algún momento el destino turístico número uno del país y uno de los principales a nivel mundial, sus circunstancias se han ido precarizando. Lo que muchos desconocen es que la ciudad ha atravesado por lo menos tres periodos de decadencia, incluyendo el actual.

La llegada de los españoles representó una nueva oportunidad de desarrollo para la bahía. Su ubicación cercana a la Ciudad de México y sus necesidades de comunicación la convirtieron en un lugar ideal para albergar el puerto que se convertiría en la puerta del Pacífico. Este puerto obtuvo el monopolio para recibir tanto a las embarcaciones de Sudamérica como, sobre todo, a las provenientes de Filipinas.

A pesar de contar con tal distinción, esto no garantizó su desarrollo como ciudad. Los efectos insanos del clima cálido impidieron la llegada de colonos para establecerse. Además, la abrupta Sierra Madre obstaculizaba la comunicación con la capital, lo que hizo que el puerto solo se mantuviera como un pueblo de pescadores, fuertemente habitado por afrodescendientes al servicio de los potentados españoles. Estos últimos solo descendían al puerto cuando llegaba la Nao de China, siendo su feria la que cambiaba radicalmente su fisonomía.

El fin de la bonanza llegaría a mediados del siglo XVIII con la implementación de las reformas borbónicas. Acapulco perdió su posición privilegiada para favorecer a otros puertos como San Blas. Sin embargo, lo que selló su destino fue la apertura de la ruta de circunnavegación de África para llegar a las Filipinas, perdiendo importancia en el comercio mundial. Con ello, la presencia frecuente de la Nao disminuyó significativamente.


En el siglo XIX, Acapulco experimentó un periodo oscuro. Además de enfrentar su desaparición como destino del comercio mundial, tuvo que lidiar con los efectos de la decadencia nacional derivada de la inestabilidad política y la consiguiente crisis económica. En aquel entonces, el principal puerto del Pacífico en México era Mazatlán.

No obstante, Acapulco generaba algunos ingresos debido a su condición de puerto, donde llegaban algunos barcos mercantes estadounidenses o británicos. Esto contribuyó a consolidar su posición como la principal población en la costa del naciente estado de Guerrero, gracias a su relativa cercanía con la Ciudad de México. Se convirtió en un punto de reunión donde los escasos habitantes de la Costa Grande y la Costa Chica acudían tanto para adquirir mercancías como para gestionar trámites administrativos.

Durante el periodo de estabilidad del Porfiriato, el gobierno comenzó a ver a Acapulco como una posible zona de desarrollo. Se proyectó la comunicación a través del ferrocarril para revitalizarlo como puerto. Sin embargo, la llegada de la Revolución puso fin a esta iniciativa, que solo avanzó hasta Iguala. No obstante, los gobiernos posrevolucionarios no olvidaron esta deuda histórica, y durante la presidencia de Plutarco Elías Calles se inició la construcción de la carretera México-Acapulco.

Una vez consolidada la comunicación de Acapulco con el resto del país, lo que antes era una aldea de pescadores empezó a crecer gradualmente, impulsado tanto por las actividades económicas de la región como por su calidad de puerto. Sin embargo, a partir de los años cincuenta, se produjo un boom que dio origen a una nueva industria: el turismo. Las bellezas naturales y el clima, cuyos efectos nocivos fueron paliados por la medicina moderna, convirtieron a Acapulco en un excelente lugar de recreo para una creciente población urbana que buscaba escapar de la rutina diaria.

Los visitantes, tanto estadounidenses como de otras naciones desarrolladas, apreciaron las condiciones de la bahía para el descanso, lo que detonó el desarrollo de la hospedería y servicios centrados en los turistas como fuente de ingresos para la población acapulqueña, inversionistas foráneos y migrantes de los pueblos aledaños y otras regiones del estado. Con el tiempo, Acapulco se convirtió en un polo de desarrollo para una región previamente empobrecida, donde personas con poca educación tenían la posibilidad de salir adelante y ganar sueldos competitivos. La ciudad se transformó en todos los aspectos, ofreciendo una amplia gama de servicios, pero la clase gobernante no supo organizar el creciente urbanismo de manera ordenada. Como resultado, los grandes inversores comenzaron a acaparar las vistas de la playa, y la clase media-baja se estableció donde pudo, contribuyendo a un desarrollo desordenado.


Como ocurrió en el siglo XVIII, a partir de los años setenta, las circunstancias mundiales cambiaron la dinámica turística, dando lugar al surgimiento de nuevos destinos como Cancún, Puerto Vallarta o Los Cabos, también en México. A pesar de esta nueva competencia, Acapulco conservaba de manera saludable su estatus como destino mundial. La entrada de estos nuevos competidores no generó alarmas en la clase política acapulqueña y guerrerense, que consideraba al turismo como una fuente constante de ingresos. En lugar de utilizar estos recursos para diversificar su oferta económica, optaron por depender exclusivamente de él. Lo más preocupante fue el abandono de las clases populares, que carecían de apoyos para mejorar sus condiciones de vida y acceder a una educación de calidad (el estado es el de peores desempeños educativos al nivel nacional) .

Aunque Acapulco continuó expandiéndose como ciudad, mejorando sus servicios y aumentando su conexión con el mundo, la sociedad no experimentaba un desarrollo pleno. La única alternativa para progresar era trabajar en algún sector relacionado con el turismo. A partir de ahí, se tomaban decisiones cruciales, ya sea limitarse a la educación básica para dedicarse a algún oficio turístico o buscar una formación más avanzada en otras ciudades. Esto provocó la emigración de la población con una mayor preparación académica.

Así, Acapulco experimentó en las últimas décadas del siglo XX un declive sostenido, amortiguado por los ingresos del turismo. Mientras tanto, grandes sectores de la población del estado seguían viviendo en la pobreza, sin oportunidades para salir adelante. Esta situación propició el surgimiento de movimientos guerrilleros en la sierra, exigiendo mejores oportunidades, y facilitó la proliferación del narcotráfico, aprovechando la afluencia de personas en busca de «diversión».

Las primeras señales de descomposición comenzaron a manifestarse en la primera década de los 2000, con un aumento de la violencia reflejada en asesinatos y ejecuciones entre los propios narcotraficantes que disputaban el control del territorio. Esto llevó al gobierno estadounidense a emitir alertas a sus ciudadanos a partir de 2006, desencadenando el fin de la llegada de los springbreakers y un descenso anual en la presencia estadounidense. La incapacidad del gobierno federal para controlar la situación contribuyó a la mala imagen global de Acapulco.

La decadencia se intensificó con el tiempo, afectando seriamente a los empresarios de la ciudad. Hoteles, restaurantes, antros y lugares emblemáticos empezaron a cerrar o entrar en paro, mientras la presencia extranjera disminuía. Este declive se acentuó con el desarrollo de la llamada «Zona Diamante», ubicada al este de la bahía (hacia las playas de Revolcadero y Bonfil), mientras el mismo puerto empezaba a quedar abandonado.

A pesar de las evidentes señales de declive, el gobierno no intervino de manera adecuada y permitió que la ciudad cayera en manos de los narcotraficantes. Estos ampliaron su control al comenzar a extorsionar tanto a grandes empresarios como a pequeños comerciantes y vendedores informales mediante el «derecho de piso». Como resultado, más negocios cerraron debido a amenazas o a los asesinatos de quienes se negaron a pagar.

La vida en Acapulco disminuyó a un ritmo acelerado debido a la disminución de ingresos. Aunque la ciudad no perdía su atractivo para el turismo nacional, se sabía que estos visitantes no gastaban tanto como los extranjeros. Es común el desprecio generalizado de los acapulqueños hacia los «chilangos» que llevaban su propia comida o compraban en supermercados, optando por dormir en sus vehículos y evitando los restaurantes y hoteles. Esta actitud se justifica por los precios abusivos y los malos tratos que algunos acapulqueños les daban.

Sin embargo, lo que ha empeorado la imagen del puerto es su asociación con prácticas aberrantes, la prostitución infantil. Acapulco es considerado el segundo destino a nivel mundial donde familias de escasos recursos o niños y jóvenes sin oportunidades buscan compensar los bajos salarios del trabajo formal, atrayendo a gringos que se aprovechan de su situación. Este problema, lejos de ser combatido, ha dado lugar a zonas rojas como la colonia Centro o Caleta, especialmente durante altas horas de la noche.

El progresivo abandono por parte de las autoridades federales y locales ha llevado a que no se le dé la debida importancia a la protección civil, como ocurrió con el huracán Paulina en 1997, que fue el más fuerte hasta ese momento al ser de categoría 4. Este huracán afectó las partes altas de la ciudad, dejando a muchas personas damnificadas que hasta el momento no han recibido apoyo. Una advertencia significativa fue la tormenta tropical Manuel en 2013, que causó mayores daños en la Zona Diamante. Muchas viviendas construidas durante el boom inmobiliario de casas de interés social fueron destruidas al ubicarse en zonas inundables. Además, las autoridades brillaron por su ausencia al permitir el saqueo de los centros comerciales de la zona, provocando incluso el cierre de Costco.

Dado que los huracanes eran poco frecuentes y, cuando llegaban, solían ser de poca intensidad y afectar zonas puntuales de la ciudad, la advertencia sobre la llegada de Otis a finales de octubre de 2023 no fue tomada en serio. A pesar de su rápida evolución de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en un lapso de tres días, ni el gobierno ni la sociedad tomaron medidas significativas al respecto.

El desastre ocurrió, y buena parte de la ciudad quedó afectada, con el agravante de la destrucción de la infraestructura, tanto eléctrica como, sobre todo, la de comunicación. Además, nadie estaba preparado para afrontar un desafío tan grande, ya que pocos tenían lo necesario para sobrellevar los días. Esto provocó que la mayoría viera en los supermercados la opción para abastecerse, pero o no abrieron porque sus empleados tambien resultaron afectados o también resultaron dañados por el huracán.

Junto con la falta de otros servicios, el personal de seguridad, como el ejército, la guardia nacional o la policía municipal, estaba ausente. Ante el abandono total de cualquier tipo de autoridad, se abrió la oportunidad para saquear los supermercados en busca de alimentos. Sin embargo, muchos aprovecharon la situación para robar productos de mayor valor, como pantallas, computadoras, celulares, e incluso atacaron tiendas departamentales y otros negocios de los centros comerciales.

Sumando las pérdidas causadas por el huracán, la iniciativa privada ahora tiene que lidiar con las pérdidas ocasionadas por los saqueos. Además del saldo de muertos y hogares destruidos, muchos negocios, tanto pequeños como grandes, se verán obligados a cerrar debido a la imposibilidad de contar con los recursos para reinvertir o porque ya no es viable mantenerlos abiertos. Así, además de tener que reconstruir la ciudad, surge el problema del desempleo.

Con el paso de los días, el gobierno ha comenzado gradualmente a realizar trabajos para restaurar el servicio eléctrico, mientras que las compañías de comunicaciones también se esfuerzan por reanudar sus servicios. Este proceso avanza lentamente debido al impacto de los daños. Además, el presidente López Obrador ofreció un programa de ayudas para financiar las labores de reconstrucción. Este programa se llevaría a cabo mediante una encuesta realizada por los «servidores de la nación» a los hogares afectados.

Aunque se realizó la encuesta, no abarcó a todos los hogares, ya sea por problemas operativos o porque no pudieron localizar a las personas que vivían en ellos. Esto se debió a que muchas personas tenían que trabajar o habían salido de la ciudad. Como resultado, los apoyos del gobierno solo fueron recibidos por algunas familias, y a otras no se les ha depositado, lo que ha llevado a que muchos acapulqueños tengan que afrontar las pérdidas con sus propios recursos.

Es importante destacar que los huracanes de categoría 5 son escasos, y el más reciente fue el huracán Katrina en 2005, que impactó en Nueva Orleans. A pesar de contar con la potencia económica de Estados Unidos, las pérdidas ascendieron a 163,600 millones de dólares y se tardaron 10 años en completar las labores de reconstrucción. En el caso de Acapulco, se estima un costo de reconstrucción de 16,000 millones de dólares.

No es por ser agorero, pero debo reconocer la dificultad de que Acapulco recupere su antiguo esplendor. No se vislumbra un interés externo significativo para invertir, y el contexto nacional probablemente preste más atención a temas electorales o a los megaproyectos que serán inaugurados a lo largo de 2024. Sumado al difícil contexto económico del estado (siendo el puerto la principal fuente de ingresos de uno de los estados más pobres del país), la reconstrucción llevará años.

Con ello, los pocos vestigios que quedaban del Acapulco Dorado se desvanecerán y solo serán recuerdos. Aunque su importancia no se perderá gracias a su proximidad con la Ciudad de México y por ser la conexión entre las regiones guerrerenses, la presencia de hoteles en ruinas marcará los años en que fue una potencia turística. Este declive no solo se debe al huracán, sino también a las decisiones y omisiones tomadas en torno al futuro de Acapulco.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

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Imagen: Rodrigo Oropeza. Vista aérea de los daños causados ​​por el paso del huracán Otis en Acapulco, estado de Guerrero, México, el 28 de octubre de 2023. Fuente: https://elcomercio.pe/mundo/mexico/huracan-otis-en-vivo-acapulco-al-menos-43-muertos-y-36-desaparecidos-mexico-hoy-domingo-29-de-octubre-del-2023-trayectoria-del-ciclon-categoria-5-potencialmente-catastrofico-donde-toco-tierra-el-huracan-otis-tecpan-de-galeana-nhc-guerrero-servicio-meteorologico-nacional-smn-conagua-windy-noticia/

Editorial: El mundo del 2023, la consolidación de la división.


Durante el 2023, se produjo lo que podríamos llamar la asimilación de la situación de división mundial causada por la lucha de potencias, específicamente entre Estados Unidos y China. La sorpresiva guerra en Ucrania se normalizó en sus efectos para evitar otra crisis similar a la ocurrida en 2023. Dentro de esta confrontación entre potencias, se destaca el aspecto ideológico, evidenciando el enfrentamiento entre un sistema neoliberal cada vez más debilitado y modelos nacionalistas de tipo populista con tendencias hacia gobiernos autoritarios, orientados hacia asuntos internos en lugar de fortalecer bloques tradicionales. Esta situación favorece a potencias como China y Rusia, que se han posicionado como aliados valiosos para estos proyectos.

No obstante, el impacto de la invasión rusa en Ucrania ha llevado a otras naciones a atreverse a resolver antiguas disputas territoriales a su favor. Esto se aprovecha de la inoperancia de la ONU como organización para garantizar la paz y de la debilidad de Estados Unidos, inmerso en disputas internas entre liberales y la creciente amenaza conservadora personificada en la figura de Donald Trump, quien busca regresar a la presidencia en 2024.

La invasión a Ucrania había entrado en un estado de letargo como consecuencia del invierno con miras para reiniciar el conflicto en primavera, para ese entonces se tenían expectativas hacia la  contraofensiva que parecía poder acabar el conflicto ante una aparente debilidad rusa, incentivando la entrega de armamento y financiamiento de países como EU y Alemania con miras a una pronta resolución a su favor. Pero uno de los problemas que no ha podido saldar Ucrania para ganar el conflicto es la gran asimetría existente con Rusia, sobre todo en lo poblacional, ya que en lo poblacional es cinco veces menor que la rusa, por lo que es limitada la cantidad de soldados que puede mantener en el frente en comparación con el ejército ruso, siendo necesaria la presencia de contingentes extranjeros para poder reconquistar los territorios perdidos. Esta situación no se ha podido revertir, ya que ni EU ni sus socios quieren meterse de lleno en el conflicto y prefieren mantener la estrategia de “guerra proxy” en lugar de mandar sus propios soldados, algo que ha agotado a los mismos ucranianos y se refleja con los pocos avances obtenidos en la contraofensiva, resultados que están mermando en los apoyos de Occidente como la oposición de los republicanos estadounidenses y de los aliados de Putin en la UE como Hungria.

En contraste, Rusia ha logrado estabilizar su maquinaria de guerra gracias a la creación de un mercado fuera de la UE, liderado principalmente por China, que compra gran parte de su producción petrolera. Esto ha permitido rescatar la economía rusa, garantizando así la adquisición y fabricación de armamento, así como el programa de reclutamiento de voluntarios para enviar al frente. Sin embargo, en junio, el régimen de Putin enfrentó un desafío interno que parecía presagiar la desestabilización de su círculo cercano. Esto se manifestó con la rebelión del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien se quejaba de la falta de financiamiento para sus mercenarios y cuestionaba la eficacia estratégica del ejército ruso. Prigozhin marchó con sus hombres desde Rostov hacia Moscú, pero la marcha fue interrumpida por la intervención de Bielorrusia, logrando que Prigozhin se exiliara con ellos y saldando el conflicto de manera amistosa. Sin embargo, este acuerdo se vio empañado por el presunto accidente aéreo donde Prigozhin murió junto con su comitiva, una táctica habitual para deshacerse de adversarios.

Mientras tanto, en Ucrania, a pesar del fracaso en su guerra relámpago, aprovecharon el tiempo para fortificar sus posiciones mediante la construcción de bastiones, trincheras y campos minados. Esto resultó exitoso frente a la contraofensiva ucraniana, además de mantener ataques a objetivos civiles y áreas estratégicas de infraestructura, como las presas. Dada la decadencia del apoyo de Occidente a Zelensky, es posible que en 2024 vuelvan a la ofensiva.


En el ámbito de la geopolítica rusa, su balance ha sido ambivalente, destacándose como uno de sus mayores logros la fractura de la llamada «Francáfrica» mediante la adhesión de aliados en el Sahel, como Mali, Burkina Faso y, más recientemente, Níger. Este último país experimentó un golpe de estado este año liderado por militares vinculados al Grupo Wagner. Esta ruptura se debe al crecimiento del sentimiento anticolonial en las naciones africanas que, a pesar de haber obtenido su independencia de Francia, aún mantenían una significativa influencia geopolítica en la región. La pérdida de esta zona, rica en minerales como el uranio, representa un revés para la Unión Europea al privarse de socios diplomáticos clave para la defensa de sus intereses. Este episodio contribuye a la causa rusa de establecer un mundo «multipolar» con la existencia de múltiples potencias en lugar de una o dos.

Sin embargo, un notable fracaso para Rusia fue la derrota armenia frente a Azerbaiyán en la conquista del enclave de la región de Nagorno-Karabaj. Esta región, situada en medio del territorio azerí, había sido sostenida por una mayoría étnica armenia con respaldo ruso desde 1988. A partir de 2020, los azeríes lanzaron una ofensiva exitosa con el respaldo turco, ganando posiciones y tomando la estratégica «carretera de la vida» que la conectaba con Armenia en diciembre de 2022. Esto llevó a la insostenibilidad del enclave, que fue reconocido internacionalmente como territorio de Azerbaiyán. A finales de septiembre, se declaró la disolución de la región, provocando una oleada de refugiados armenios y fomentando un acercamiento de Armenia hacia Occidente.

En el contexto europeo, la lucha entre modelos políticos ha continuado con resultados favorables para la derecha, principalmente debido a la crisis migratoria de refugiados africanos y del Medio Oriente, que persiste y genera animadversión hacia su presencia por parte de la población local. Este sentimiento ha llevado a un mayor respaldo a los políticos de extrema derecha. La tensión generada por la guerra en Ucrania y los recursos destinados a su mantenimiento también han contribuido a este escenario.

Por un lado, el sector liberal ha logrado victorias importantes. En España, Pedro Sánchez revirtió con un estrecho margen el impulso de la derecha, liderada por el bloque del PP y VOX dirigido por Alberto Núñez Feijoo. Sánchez adelantó las elecciones parlamentarias para junio y aseguró su investidura gracias a la alianza con partidos autonómicos, como los catalanes, pagando el precio de la absolución de los líderes del «Procés» de 2012. Otro avance liberal se dio con la derrota de la ultraderecha en Polonia, a favor de los proeuropeos, aliviando la tensión que representaba como freno a la política integradora de la UE. En Gran Bretaña, los conservadores han experimentado un agotamiento al no demostrar mejoras significativas con el Brexit, lo que podría generar un impulso laborista en las elecciones de 2024.

No obstante, la derecha ha mantenido su fortaleza gracias al apoyo en dos bastiones importantes, Turquía y Hungría, además de ganar terreno en países como Finlandia y los Países Bajos. Esto hace que la UE tenga dificultades para mantener una postura firme frente a los retos geopolíticos, dado el equilibrio de fuerzas en el espectro político europeo.

China continúa su impulso para convertirse en la superpotencia mundial. En el ámbito político, Xi Jinping ha consolidado su posición como líder único de la nación, rompiendo la tendencia de disminuir la importancia del presidente frente al Partido Comunista Chino (PCCh) al eliminar los mandatos limitados para el cargo. Además, ha fortalecido los lazos de China con otros países fuera de Asia.

A principios del año, China elevó la tensión en la región con amenazas directas hacia Taiwán, desplegando tanto barcos como aviones en los límites de su zona exclusiva. Estas acciones aumentaron la preocupación de Estados Unidos, que buscó fortalecer sus posiciones en el Pacífico para contener a China. Esto incluyó el refuerzo de la alianza con socios como Australia y Filipinas, así como el fortalecimiento del liderazgo regional de India, una nación que ya supera a China en términos de población.

A pesar del aumento en los niveles de vida de la sociedad china, el país aún enfrenta el desafío de la disminución de la población, resultado de la política del hijo único vigente desde 1982 hasta 2015. Además, la recrudecida guerra comercial con Estados Unidos ha llevado a sus socios a limitar sus tratos comerciales, comprometiendo la economía china y poniéndola en riesgo de caer en la deflación (caída de precios). Escándalos como la eventual quiebra de Evergrande pueden tener un impacto financiero significativo en China.


Con esto, concluyo este análisis de la situación global. Seguramente notarás que falta abordar el tema del momento, que es la invasión israelí en Gaza y el agravamiento de la situación en el Medio Oriente. Sin embargo, dejaré este tema para el artículo de mañana, ya que requiere más espacio para un análisis detallado. Nos leemos mañana.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

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Editorial: Irán y la crisis moderna.

La dinámica mundial en este corto tiempo está cambiando muchas cosas a lo largo del mundo, por un lado está la lucha geopolítica que hoy tiene uno de sus puntos culminantes con la rivalidad entre Estados Unidos y China sumándose el reto de Rusia de resquebrajar el orden unipolar, por el otro esta lo social donde los nacionalismos están más fuertes que nunca para derribar al sistema neoliberal, agarrando como banderas tanto a la derecha como a la izquierda en sus facetas más radicales en una verdadera guerra cultural, como también están surgiendo movimientos donde han intentado derribar los regímenes opresores para abrazar un nuevo estatus más liberal. En estos días ha surgido en Irán un movimiento en contra del régimen teocrático y su estricta interpretación del islam chiita como la suprema ley para regir sobre la sociedad, todo por el asesinato de la joven Mahsa Amini quien fue detenida por la policía religiosa por llevar mal el velo para cubrir su cabello y donde muere en circunstancias poco claras, desatando la ira de las mujeres quienes han encabezado protestas donde queman sus velos y se cortan su cabello, movimiento que ha tenido repercusión mundial. En estos momentos Irán atraviesa un punto nodal al verse afectada tanto por la crisis de la pandemia como por las sanciones económicas promovidas por EU con el gobierno de Donald Trump, además que ha logrado erigirse como una potencia militar en Medio Oriente disputándose el poder tanto con Arabia Saudita como con Turquía, por lo que este movimiento podría desestabilizarlo.

La antigua Persia siempre ha jugado un papel primordial en la región de Asia Central por su posición estratégica en el cruce de caminos entre Europa y Oriente, dando lugar a estados muy poderosos desde el Aqueménida, el Seleúcida, el Parto y el Sasánida, siendo este último el anterior a la llegada del islam quienes entran en el país por medio de las expediciones promovidas por los llamados “califas legítimos” quienes pertenecieron al círculo cercano del profeta Mahoma y se convirtieron en los herederos del nuevo movimiento religioso. A pesar del poderío que llego a tener los sasánidas, el siglo VII fue determinante por ser el periodo donde el conflicto con la otra potencia rival, Bizancio, llego a su punto de ebullición entre el 602 hasta el 628 con una guerra donde los persas controlaron en buena parte de la guerra el Medio Oriente y llegaron a sitiar Constantinopla, pero con la ascensión al trono del emperador Heraclio llego a estabilizar la situación en el frente y con la victoria en la batalla de Nínive logra tomar la capital sasánida Ctesifonte (Iraq). Este conflicto es fundamental porque a raíz de esto las dos potencias quedaron muy agotadas y esta situación fue aprovechada por los árabes dirigidos por los califas para arrebatarles buena parte de las provincias bizantinas de Medio Oriente y el norte de África y acabaron definitivamente con los sasánidas, empezando el proceso de islamización de Persia.

Hay que mencionar que la Persia preislámica era la heredera religiosa de las religiones mesopotámicas, las cuales dieron lugar al zoroastrismo o mazdeísmo, religión considerada base del monoteísmo y la cual establece el principio dual de la lucha entre el bien y el mal, razón por la que dentro del islam sea considerada como parte de los “pueblos del libro” junto con los cristianos y los judíos asegurándoles el respeto de su religión con el debido pago del zakat. Pero a su vez estas religiones eran consideradas desviadas del mensaje de Dios que caían en diferentes faltas como el adorar ídolos o deformar el sentido del mismo, por lo que si bien estaban obligados a respetar a las comunidades, podían fomentar la conversión lo hacían de manera pasiva con el cobro de mayores impuestos que los musulmanes, la restricción de derechos como la predica o el restaurar sus templos, el poder acceder a puestos de gobierno y a un mejor estatus, siendo muy efectivo en el caso de Persia. Esto afectaría a los mazdeistas quienes con el tiempo fueron abrazando el islam y se convirtieron en una minoría, aunque muchos de ellos huyeron a Bombay para instalar una gran comunidad parsi que mantendría viva su comunidad hasta nuestros días.

La siguiente clave para entender el conflicto es la división del islam en dos principales corrientes, la sunita la cual es la mayoritaria y la chiita, movimiento derivado a raíz del asesinato del cuarto y ultimo califa legitimo Alí, primo de Mahoma y esposo de su hija Fátima, dándole a su descendencia la misión de presidir a la comunidad islámica, pero tenia que competir contra otros liderazgos importantes como Abu Bakr y Úmar quienes negaron que Alí fuese designado por Mahoma como su sucesor. No le quedo de otra mas que aceptar el sistema compartido de los califas y hasta el 656 le tocaría ser designado a raíz del asesinato de Uthmán, pero la animadversión generada entre facciones rivales que aspiraban quedarse con la dirección, así como la afrenta de los Omeya descendientes de Uthmán hicieron que su breve reinado estuviese lleno de guerras intestinas, terminando en el 661 con su asesinato en Kufa. Con ello se produciría una división entre los que reconocían la autoridad del califa omeya de Damasco y posteriormente el abasí de Bagdad quienes eran los sunitas y por el otro los chiitas quienes seguían a los descendientes de Alí, línea que termina con el doceavo descendiente Muhammad al-Mahdi quien desaparece en el siglo IX y forma parte de la escatología chiita al señalar su reaparición en el Juicio Final.

De las diferencias entre el chiismo con el sunismo tenemos que los primeros creen en que el Corán tiene una interpretación esotérica la cual es estudiada y predicada por los imanes, los cuales ocupan el papel de clérigos y que no están presentes en el sunismo, obedeciendo a un liderazgo de la comunidad por parte de los mulá y ocupando la cima del liderazgo el ayatola como guía supremo, aunque en realidad la cabeza de la comunidad siempre estará destinada para el Mahdi. El chiismo a su vez se encuentra dividido en diferentes ramas con liderazgos independientes como los alauitas de Siria, los drusos de Palestina, los zaidíes de Yemen, los alevitas de Turquía y los duodecimanos de Irán e Iraq, siendo la comunidad mayoritaria y que todos juntos abarcan solamente el 15% de los musulmanes y manteniendo comunidades minoritarias en otros países de mayoría sunita.

Si bien los chiitas se mantuvieron vivos gracias a sus comunidades a lo largo de los territorios musulmanes, su empoderamiento en Persia vendría con la llegada de Ismail I por parte de la dinastía Safávida en el siglo XVI, quien pone al chiismo como la religión de estado y se encargaría de difundirlo por todo el imperio, convirtiéndose en la potencia antagónica islámica haciéndole frente a los turcos otomanos con quienes se enfrentarían por el dominio de Mesopotamia y llegando a entablar alianzas con pueblos enemigos como los georgianos y armenios, así como mantener relaciones diplomáticas con España. Fue así que desde el 1500 hasta el 1731 los safávidas mantuvieron el control del imperio, pero la llegada de gobernantes desinteresados e ineptos abocados a la vida del harem hicieron que entraran en decadencia y fuesen derrocados por Nader, quien entabla un expansionismo que fue capaz de enfrentarse a los mogoles de la India humillándolos con la toma de Delhi llevándose como botín de guerra el trono del pavorreal, pero fue asesinado hacia 1747 regresando los safávidas, pero estos no llegaron a estar a la altura de Nader y a partir de ahí Pesia entraría en decadencia. Desde mediados del siglo XVIII y en el siglo XIX Persia seria objeto de una constante división por la independencia de varios pueblos como los afganos y los uzbekos, los despojos territoriales como el perpetrado por los rusos en el Cáucaso y quitándoles buena parte del Azerbaiyán, por lo que las dinastías gobernantes como la Qayar se convertirían en títeres de las potencias globales como Gran Bretaña y Rusia.

Fue esta lucha de los intereses de las potencias europeas lo que provocaría la caída de los Qayar para imponer a la dinastía Pahlevi en 1925, cuyos dos sha Reza Khan y Mohammed Reza estuvieron al servicio de las petroleras inglesas, sin que hubiese posibilidad de ir en contra de ellos como le ocurrió a Reza Khan quien fue derrocado en 1941 por su simpatía por la Alemania Nazi imponiendo a su hijo, o el golpe perpetrado contra el primer ministro Mohammad Mosaddeq con la colaboración de la inteligencia británica y la estadounidense por impulsar la nacionalización del petróleo en 1951. Pero algo que caracterizo a la dinastía Pahlevi fue el inicio del proceso de secularización de la sociedad para occidentalizarse, el cual estuvo limitado a las grandes ciudades mientras el mundo rural mantuvo el viejo orden tradicional, siendo este el bastión del clero chiita quienes veían con desaprobación como la modernización iba minando el orden social. La secularización tiene un sentido inverso en cómo se dio en Occidente con respecto al mundo islámico, mientras en el primer caso se da este proceso a raíz del apoyo de la Iglesia hacia los poderes represores como la nobleza, en el segundo caso el laicismo llega de la mano de los intereses de las potencias colonialistas, por lo que el sector religioso se convertiría en apoyo popular muy fuerte contra los abusos de Occidente, que en el caso iraní eran más que evidentes.

Esto fue lo que desataría la constante animadversión social hacia monarquía y Occidente, contando con el apoyo de las clases medias-bajas urbanas representadas en la facción comunista apoyada por la URSS y los moderados, pero los que serían la gran mayoría de la disidencia fue el sector conservador abarcando el mundo rural liderados bajo el clero duodécimo quienes tenían la guía del Ayatola Jomeini, siendo ellos quienes impondrían las reglas del nuevo orden después de derrocar al sha en 1979. Con ello se impondría un orden religioso donde se acabarían con muchas manifestaciones consideradas “pecaminosas” traídas por la influencia occidental, esto desataría la diáspora de iranies pertenecientes a la clase media urbana y que se vieron amenazados por este retroceso conservador, esto lo vemos brillantemente manifestado en la afamada novela grafica “Persepolis” de Marjane Satrapi quien vivió de primera mano como los derechos de las mujeres fueron recortados con la llegada del régimen chiita. Pero vale la pena mencionar que hay mucha diferencia entre el conservadurismo chiita con el sunita como el salafismo y el wahabismo, como el respeto al patrimonio cultural donde incluyen al pasado preislámico, garantizándole la protección y cuidados hacia todo su legado cultural, así como la tolerancia a otras comunidades religiosas quienes mantienen grandes comunidades en el país como los armenios y los judíos pese al antagonismo con respecto a Israel manteniendo una de las mayores comunidades en el mundo islámico contemporáneo.

La Irán revolucionaria no ha logrado rebajar su antagonismo con respecto a Occidente, llevándola a convertirse en socio de la URSS y provocando con ello se le impusiese como enemigo a Iraq gobernado por Saddam Hussein, enfrascándose en una guerra que duraría toda la década de los 80. Para Irán sus principales enemigos serian EU, Israel considerado un puesto de avanzada de Occidente y Arabia Saudita al ser tanto socio de Occidente como su rival en el liderazgo islámico. La lucha con Occidente no la ha podido ganar debido a la presión económica, pero ha logrado sortear este bloqueo al venderles petróleo a potencias como China, India y otros países permitiéndoles mantener ingresos para tener el país a flote, además al ser la potencia chiita por su fuerza militar ha hecho que estrechase lazos con las demás ramas chiitas asociándose con la familia alauita Al-Assad en Siria, financiando a los libaneses de Hezbollah como grupo de choque contra Israel, a la comunidad iraquí la cual abarca la mitad de la población y fueron fundamentales para derrocar a Saddam Hussein en el 2002, así como con los zaidíes de Yemen quienes se han convertido en un dolor de cabeza para los sauditas al ser una fuerza capaz de controlar el país. Si bien el estallido de la guerra contra el DAESH le ha permitido reafirmar su influencia sobre Iraq y Siria, la crisis económica ha sido un problema imposible de sortear, así sucedió en el 2019 cuando a raíz de la guerra económica de Donald Trump se desataría una serie de protestas contra el gobierno de Hassan Rouhani, terminando con la represión por parte del gobierno.

Si bien desde 1979 el régimen ha intentado mantener el tradicionalismo como base del orden social, el aumento de la alfabetización y la interacción de medios de comunicación globales como el internet han hecho que las nuevas generaciones de iranies se mantengan enterados de lo que ocurre en el mundo, empezando a abrirse la brecha con el orden islamista y la generación de la revolución, cuestionando la restricción de derechos humanos fundamentales como la libertad de las mujeres, la libertad de expresión, el acoso hacia la comunidad LGBQ (aquí hay una particularidad con el caso de los transexuales quienes si gozan con la protección del estado e incluso se puede hacer la transición mediante el servicio de salud publico) y la intolerancia a la llegada de otras religiones como los bahaí o los misioneros protestantes quienes han sido ejecutados.  Si a esto le sumamos los problemas dejados por el COVID 19, donde quedaría como uno de los países más afectados por la pandemia con 7.5 millones de contagios y sus secuelas económicas han conformado las condiciones para el deterioro social. La posición del ayatola Alí Jamenei con respecto a las protestas de hoy se ha mantenido inflexible y respaldando las medidas represoras contra los manifestantes, si bien el estado tiene la capacidad de acabar con este brote, el cambio de conciencias que favorecen la modernización hace inevitable que en un lapso no menor a 10 años se produzca un cambio en Iran donde el poder de la religión deje de ser el eje de la sociedad, habría que esperar si la crisis geopolítica acelera o retrasa este cambio.

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Federico Flores Pérez.

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Editorial: La influencia soviética vs la influencia rusa.

Una de las claves para comprender mejor el actual conflicto tiene que ver con la forma en que Rusia ha armado su red de aliados para asegurar sus avances en su política expansionista, la cual difiere en buena parte con la hecha en su momento tanto por el Imperio Ruso como por la Unión Soviética, de momento se avizora un panorama poco alentador para que logren el reconocimiento a sus pretensiones tanto de reconocer a Crimea como su territorio y la independencia de las repúblicas títere que quiere crear en el Donbass. Una de las claves que ha tenido Rusia a lo largo de su historia es el aprovechamiento de las coyunturas internacionales para lograr su expansión, rl gobierno de Putin estaba jugando muy bien esta estrategia, pero por razones desconocidas decidió darle fin a este juego de poder que estaba realizando con sus rivales para descararse y entrar de lleno con el ejercito a invadir Ucrania, algo que a largo plazo le puede traer mayores problemas en lugar de consolidar sus pretensiones.

Como hemos visto, el Imperio ruso tenía una importante potencia para poder crear un poder mundial importante, pero tanto sus vecinos inmediatos como Suecia, Polonia (la cual termina deshaciendo), Alemania, el Imperio otomano, China y principalmente la Gran Bretaña supieron cercar a Rusia para evitar a toda costa que lograsen conseguir un puerto en aguas donde pudiesen conseguir el poder naval necesario para lograr una expansión fuera de sus fronteras. La lejanía que tiene tanto el Mar del Norte como el Báltico hacia que los ingleses pudiesen frenar cualquier pretensión de avance naval, en Europa Oriental les sirvió bastante el discurso irredentista eslavo para pretender ganarse a los Balcanes, logrando la independencia de Bulgaria, el impulso de la rebelión serbia y de la independencia griega, pero los británicos supieron mantener las cosas bajo control y alejaron a Rusia del Mediterráneo, aunque esto conllevara a mantener con respirador al “enfermo de Europa” que era el Imperio otomano y que no lograría revertir su decadencia.

En Asia, la temprana incursión inglesa en la India logro frenar cualquier intento de que se abriesen paso hacia el Océano Indico en el llamado “Gran Juego”, aunque esto les supuso duras derrotas en las guerras afganas, pero lograron hacerlos sus aliados, en Persia la dinastía Qayar si bien era débil al no lograr la modernización, comparativamente con los emiratos de Asia Central podían atenuar la entrada rusa para quedar solo como socios comerciales, pero bajo la vigilancia británica. En oriente tenían el gran problema de ser un territorio gigantesco con muy poca población, pero a la vez era demasiado lejano para poder ser invadido por sus rivales, una situación que supieron aprovechar con los chinos para ir minando su influencia en Siberia para colocarse ellos, aunque no lograron conservar la posesión de Alaska que por las presiones británicas se vieron obligados a malbaratar a los estadounidenses para no perderlo todo, ni que decir de la debilidad demostrada en su guerra con Japón donde les arrebataron su posible expansión sobre el noreste de China y la península de Corea.

La clave para colocarse como potencia mundial no se daría precisamente por la potencia militar, sino que aprovecharían las fallas del sistema capitalista del siglo XIX para pegar en el sector popular como la oportunidad de su futura expansión. Desde la Revolución Francesa, se pusieron en relieve los problemas que atravesaban las clases bajas ante el sometimiento de la nobleza, del clero y los burgueses, donde la revolución industrial implico la masificación de la producción y una mayor explotación de la mano de obra. Esto dio pie a que en la primera mitad del siglo XIX surgiese el socialismo como la ideología en la que pretendía liberar a los oprimidos de sus patrones para hacer el retorno a un sistema comunitario donde todos tuviesen las mismas oportunidades sin que uno tuviese más que otro, de esta idea se derivaron varias corrientes como el utópico cuyo ideal es la transición gradual y paulatina para asegurar la igualdad social, el marxismo donde se tenía que llegar a un alto desarrollo económico para desatar la lucha de clases y de ahí empezar el repartimiento igualitario de los recursos bajo el monopolio de un sistema político que vigile el paso hacia el comunismo, por ultimo está el anarquismo que implica la desaparición de toda figura de autoridad para que la sociedad misma se gobierne, esta ideología desato un clima de inestabilidad con ataques terroristas a los dirigentes políticos en Europa sin lograr su objetivo pero solo ganaron la estigmatización, solo pudieron asesinar a zar Alejandro II sin lograr derrumbar al estado ruso.   

Precisamente seria Rusia la que lograría establecer un estado proletario, aunque según el propio Karl Marx las únicas naciones que podrían garantizar con éxito su paso al socialismo seria Gran Bretaña y Alemania al estar más que consolidada la base burguesa, algo que la Rusia zarista no cumplía las condiciones al estar poco consolidada la clase trabajadora y ser una nación primordialmente rural, pero las duras condiciones que impusieron la nobleza rusa sobre el campesinado (además de la naciente clase obrera) fue campo fértil para que las ideas de Lenin provocasen la caída del zarato y crearan su propia versión del socialismo. Después de 5 años de guerra donde se impusieron ante los mencheviques, anarquistas, recuperaron el control sobre provincias que se habían independizado y se defendía de agresiones como la de Polonia, la URSS se consolida como una alternativa para el proletariado internacional y la defensa de sus derechos, logrando expandir células del Partido Comunista en todo el mundo para lograr la meta de llevar a las naciones hacia la siguiente etapa de desarrollo propuesta por Marx, pero las diferentes naciones lograron consolidar la defensa para preservar el orden político, generando un clima donde se perseguía a todo aquello que estuviera asociado a la URSS.

Este panorama adverso cambiaria en las pocas décadas, ya que una de las alternativas en las que se había confiado como contención, el fascismo, se había convertido en una amenaza mayor para el poder de las potencias y los fallos hechos al momento de hacer la paz en la Primera Guerra Mundial desencadenaron la segunda. Cabe decir que la estrategia seguida por Stalin en el contexto internacional de los años 30 fue impecable, ya que primero se aseguró de una alianza con el mismo Hitler para poder recuperar el control sobre territorios perdidos en Europa Oriental como Polonia, los estados del Báltico y Finlandia (donde fracaso en su intentona), pero al finalizar esta relación convenenciera haciendo que Alemania iniciase la invasión a la URSS hizo que para occidente se convirtiese en un aliado fundamental para librarse de la amenaza fascista, aunque al poco tiempo les saldría caro.

La oportunidad ofrecida por la Segunda Guerra Mundial le permitió a los partidos comunistas en el mundo avanzar en su agenda para alcanzar el poder, este fue el caso de los estados donde los soviéticos entraron directamente para echar a los nazis y de paso aprovecharon para imponer gobiernos afines a los intereses soviéticos, ese fue el caso de gran parte de Europa Oriental que entraron bajo su esfera de influencia (salvo por los estados nórdicos, Austria y Grecia, Yugoslavia y Albania si bien eran estados socialistas se mantuvieron fuera del control soviético), consolidando la  “Cortina de Hierro”. Pero donde el socialismo tendría un gran éxito seria con el proceso de descolonización, donde aprovechando las independencias de las naciones africanas y asiáticas lograron entrar en los movimientos autonomistas y ganarse tanto estados que le eran completamente leales como la África portuguesa, Benín, Etiopia, Yemen del Sur, Corea del Norte, la Indochina francesa, Afganistán, Cuba, Nicaragua y Mongolia, también lograron consolidar regímenes que en un inicio le eran leales y al poco tiempo se revelan al representar una amenaza como China, y otros que si bien no era el Partido Comunista eran importantes aliados como el panarabismo en el Norte de África y Medio Oriente o la Irán de Jomeini, quienes los acercaban debido al antagonismo que tenían con Occidente.  

Toda esta red de alianzas le permitió a la URSS crear un bloque económico donde podían hacerse de los recursos necesarios sin tener que depender del mercado capitalista para abastecerse, llevando cierto grado de bienestar a la sociedad soviética y avanzando en sus guerras indirectas que sostenía con los Estados Unidos. Pero esto no logra revertir los vicios que iban carcomiendo el bloque socialista como la mala planificación económica, la corrupción de las altas esferas políticas y el deterioro de las condiciones de vida de los socios hicieron que surgieran grupos subversivos que se enfrentaban a estos regímenes quienes los perseguían, acrecentando la insatisfacción social sin ofrecer una solución para solventarlos más que seguir defendiendo a sus aliados. Una de las primeras grietas se abriría en 1968 cuando en Checoslovaquia llega al poder Alexander Dubček e intenta ofrecer una alternativa con un modelo moderado en lo que se llamó “socialismo de rostro humano” donde se pretendía dar mayores libertades a sus ciudadanos, algo que la URSS de Brézhnev no permitió ninguna clase de revisionismo en las bases del socialismo e invade el país para imponer un gobierno que siguiera sus mandatos. Todo esto hizo que las condiciones de vida se deterioraran y en la década de los 80 se hace evidente la putrefacción del sistema, algo que China dirigida por Deng Xiaoping supo sortear la crisis al llegar al poder liberalizando la economía para convertirse en un socio importante para Occidente sin perder el monopolio político, pero la URSS no podría cargar con todos sus socios encima y la caída del muro de Berlín en 1989 supuso el colapso del bloque completo.

Una de las puertas que tendría la Rusia postsoviética para reconstruir su posición internacional fue la de convertirse en el principal proveedor de materias primas para Europa, una posición apropiada para ambas partes, pensaban los países occidentales que al hacerlo socio podían frenar todo intento de volver a su posición de potencia rival y a su vez podían integrarla a su sistema. Pero no contaron con la llegada de Vladimir Putin en 1999 quien iría aprovechando los huecos que iban quedando en el contexto geopolítico para abrirse paso como un nuevo socio, primero no les quedo mas que seguir el orden mundial cumpliendo con su agenda política liberal para ganarse la confianza de las potencias, pero una vez desatada la crisis del 2008 donde se evidencia el tope del sistema neoliberal y el desastre desatado en Medio Oriente con la intervención estadounidense dio pie para empezar a presentarse como un socio confiable ante las naciones afectadas por el nuevo orden, enfatizando el apoyo a los movimientos nacionalistas. De ahí que empezase a a introducirse a en bloques rivales como los regímenes de la izquierda latinoamericana encabezadas por Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Lula da Silva en Brasil y Néstor Kirchner en Argentina, y a su vez no tenga problema para prestar apoyo a los movimientos de ultraderecha como el Tea Party republicano en EU, Viktor Orban en Hungría, Erdogan en Turquía y el sector antieuropeísta como los partidarios del Brexit.

La influencia de Rusia sigue creciendo sin que despertase problema alguno para las naciones occidentales, de ahí que se le tuviera la confianza para otorgarle eventos de gran calado como las Olimpiadas de invierno en Sochi 2014 y el Mundial de Futbol en 2018, pero una de las primeras señales de peligro fue el apoyo prestado a los separatistas prorrusos en Georgia en las regiones de Osetia del Norte y Abjasia las cuales reconoció como republicas independientes, como castigo a su alejamiento de sus intereses para dar paso a una posible integración a la OTAN y a la UE. Después seria la entrada en Ucrania en 2014 como resultado del rompimiento del estatus quo favorable a Rusia y aprovecha a sus células prorrusas para hacerse el control de Crimea e iniciar el conflicto en el oriente, pero el golpe donde se avizora como una amenaza a la paz mundial es con el avance del sector nacionalista en las naciones occidentales en 2017, primero con el triunfo del Brexit y después con el de Donald Trump en EU, sumado al avance de la ultraderecha en la UE la cual su tendencia ha sido la de romper con el bloque para recuperar la soberanía de sus países.

Es así que Rusia se había convertido en el eje de todos los movimientos antisistema mundiales para desestabilizar a sus rivales sin la necesidad de quedar como el enemigo evidente, este papel lo estaba ocupando Trump con su política aislacionista y el rompimiento gradual de sus alianzas estratégicas, pero tuvo un duro revés con la crisis desatada por el COVID 19 y la respuesta torpe e irracional que tuvieron sus socios políticos al querer seguir manteniendo las cosas como si no sucediera nada supuso un retroceso en las elecciones y perdieron el poder (como sucedió con Trump al perder la reelección o de Marie Le Penn en Francia). Entendiendo esto no es posible entender la necesidad que tuvo Rusia de llevar a cabo la invasión, ya que al recuperar el poder la facción que siempre ha mantenido la desconfianza a Putin no le permite tener el campo abierto para seguir con el avance, sino todo lo contrario, se arriesga a perder todo el mercado que habían creado y se destapan como un estado enemigo, no sabemos si fue por la confianza que tuvo por las pocas repercusiones que tuvo la intervención en Georgia o la anexión de Crimea lo que lo llevo a elevar el tono al conflicto ucraniano, también se habla de un supuesto deterioro de su salud lo que lo llevo a ir por todo.

Considero que las condiciones en que se encuentra Rusia son similares al final de la Primera Guerra Mundial, con estados aun con fuerza para poder hacer frente a posibles rivales como los comunistas, al dejarse en evidencia a los sectores nacionalistas como prorrusos va a hacer que no tengan el margen de movimiento que tenían antes de la guerra y se les frene su entrada. A diferencia de China que le dio prioridad al poderío económico para lograr su expansión mundial, Rusia pensó que solo le bastaba con ser la fuente de materias primas de Europa para ponerla a sus pies, algo que vemos sus efectos en la crisis económica que atraviesan, pero a su vez Europa tiene la suficiente proyección internacional como para sustituir las importaciones rusas en un corto plazo, solo quedándole como alternativa a estar a expensas de China como su principal socio comercial, pero de momento no cuenta con las condiciones para cambiar el polo económico y esto podría acrecentar la crisis producida por el aislamiento.

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Federico Flores Pérez

Imagen: Desfile del 75 aniversario del Dia de la victoria, 2020. Fuente: https://elpais.com/internacional/2020-06-23/rusia-apuntala-el-patriotismo-con-su-desfile-militar-de-la-victoria-pese-a-la-pandemia.html

Editorial: ¿El norte de México fue mejor con la dominación española?

Las redes sociales nos han acercado a conocer puntos de vista diferentes que surgen en diferentes partes del mundo, una de ellas y que tiene que ver con nuestra historia es la versión nacionalista de los españoles sobre su presencia en América, la cual suele ser muy edulcorada al verse como si fueran los romanos resurgidos y que fueron víctimas de una compleja red conspirativa orquestada por los anglosajones para destruir a su eterno rival aprovechándose de los criollos “apátridas” que le dieron la espalda a la “madre patria”. Lo que suelen omitir es que el sistema implementado entre peninsulares, criollos e indígenas para cuando se entra a mediados de siglo XVIII empieza a resquebrajarse ante los nuevos retos geopolíticos que se estaban presentando y de la que la Nueva España se estaba anclando en un pasado que parecía muy lejano.

Uno de los puntos de ataque de los “fachos” es en cuanto a la forma en que México perdió más de la mitad de su territorio producto de la invasión estadounidense de 1846, argumentando con mucha arrogancia que de haber estado ellos habían logrado preservar las fronteras y no se hubiese dejado perder este importante pedazo de lo que fue el septentrión novohispano. Algo que no mencionan es que la forma en que fueron colonizando el norte dista de ser un ejemplo de estabilidad, al resultar un control muy escueto ante la falta de incentivos para seguir avanzando, pero la presencia de su tradicionales enemigos europeos por esos lados provocaron que decidieran poblar y resguardar aquellos limites, pero la poca sostenibilidad de su modelo de control y las pocas o nulas perspectivas para el establecimiento de los colonos hicieron que durante los 300 años y fuera del eje minero, el septentrión quedase en el abandono.

El rumbo hacia el norte desde el inicio de las campañas de los conquistadores del siglo XVI fue problemático y se vio muy limitada, la cual inicia rumbo al Occidente, región que tenía notables diferencias comparadas con los estados indígenas del resto de Mesoamérica, siendo el único fuerte el reino purépecha de Michoacán. Fuera de sus fronteras los españoles encontraron por una parte a estados muy fragmentados hacia el sur que lograron ser sometidos, el problema se presentaría en las riberas del rio Lerma-Santiago al ser habitados por pueblos seminómadas y nómadas, los cuales no podían ser sometidos con el sistema de alianzas o amedrentamiento que implementaron con los estados mesoamericanos y que resultaban rivales muy escurridizos capaces de desestabilizar los avances de los españoles y aliados indígenas, una muestra de ello la tenemos en el caso del establecimiento de Guadalajara que tuvo que ser fundada hasta cinco veces hasta poder encontrar en el Valle de Atemajac y la Barranca de Huentitán el lugar perfecto para poder defenderse de los ataques indígenas. Esto hizo que el sistema implementado por los españoles a los indígenas provocara su descontento y se destara lo que se conoce como la Guerra del Mixtón que dura cerca de once años, donde en una serie de campañas las cuales se llegaron a meter personajes como Pedro de Alvarado (resultando muerto) o incluso el primer virrey Antonio de Mendoza terminarían por pacificar la región, pero a un precio muy alto.

Esta situación se iba complicando conforme se iba avanzando rumbo al norte y donde vivían las tribus chichimecas, las cuales podían mantener el estado de guerra al conocer perfectamente el terreno y podrían mantener el acoso a los conquistadores hasta acabar con ellos, por lo que para los españoles a la falta de una estructura originaria que pudiese permitir la explotación de los indígenas, el desengaño por encontrar las “Siete ciudades de Cíbola” que según sus informes resultaba mas rica que el imperio mexica y la poca productividad de las tierras áridas del norte hizo que fuese disminuyendo el incentivo por poblar aquellas tierras, con excepción de las ordenes mendicantes que eran los encargados de hacer cumplir el compromiso de la monarquía hispánica de llevar el evangelio a los “gentiles”.  Sería para el año de 1548 cuando estaba finalizando la Guerra del Mixtón cuando unos exploradores encontraron en las tierras de los indios zacatecas el elemento que reactivaría las campañas de sometimiento hacia el norte, la plata, por lo que con esto los españoles buscarían financiar expediciones de exploración para encontrar nuevos yacimientos en los terrenos de la Sierra Madre. Como era previsible, esto ocasionaría la resistencia de los chichimecas que no dejarían que los invasores les arrebataran sus terrenos históricos, iniciando un nuevo periodo bélico que abarcaría la segunda mitad del siglo XVI y que termina con una campaña de sobornos por parte del virrey otorgadas a los chichimecas para poder controlarlos e iniciar el proceso de incorporación.

Gracias a la plata fue la que incentivo a los españoles a fundar ciudades desde Guanajuato, Zacatecas, Sombrerete, Fresnillo, San Luis Potosí, Durango, Álamos, Parral y Chihuahua, formando la red de caminos conocida como el Camino Real de Tierra Adentro y que aprovecharía los antiguos caminos prehispánicos, pudiendo llegar hasta el territorio de Nuevo México y que sería la última frontera fija del virreinato. Todos los recursos obtenidos de la plata hicieron que el estado pudiese patrocinar las campañas de evangelización, las cuales resultarían muy problemáticas a la falta de una jefatura que pudiese servir de ejemplo para incentivar la conversión, provocando que la relación con los nómadas resultase muy inestable ante los continuos desacuerdos entre misioneros con los indígenas, las cuales incluso provocaron insurrecciones tan importantes como el caso de la rebelión milenarista tepehuana en Durango y que sería el ejemplo para otros levantamientos como la Rebelión Pueblo de Nuevo México.

No serviría de mucho la falta de incentivos para querer poblar estar regiones áridas y guerreras, ya que por un lado ni los novohispanos querían ir a poblar esas tierras con excepción de los colonos tlaxcaltecas u otomíes que sirvieron como la columna vertebral para consolidar aquellas primeras comunidades para luchar contra los chichimecas, no por nada en las ciudades norteñas existen barrios nombrados como “Nueva Tlaxcala” o “Analco” donde vivían aquellos indígenas, siendo la base de las sociedades norteñas. Pero uno de los principales problemas era el limitado campo de visión de los españoles sobre la forma de poder sacar provecho de aquellas tierras, las cuales se limitaban en la explotación de la plata y la ganadería, la primera por lo altamente redituable que resultaba como para sostener a una plantilla de esclavos o trabajadores acasillados que la operasen y la última por requerir de muy poco personal para poder hacerla funcional, algo que el contexto norteño lo permitía. Los principales quejosos de aquella situación fueron los misioneros jesuitas, que por lo regular sus integrantes eran de diferentes nacionalidades y daban sus críticas al poco provecho que le daban aquellos territorios, incluso llegaban a comentar que si estuvieran en posesión de ingleses o alemanes hubiesen sacado más recursos de estos territorios.

En cuanto a la relación con los indígenas fue verdaderamente un reto, ya que por un lado estaban los evangelizadores que aspiraban a convertirlos al cristianismo, del otro lado estaban tanto los colonos como las autoridades virreinales que tenían otros intereses ajenos a las pretensiones de los religiosos o de la propia corona, ya que buscaban cualquier oportunidad para encontrar algo que pudiese redituarles algo más de lo que tenían a la mano. Esto hizo que los colonos muchas veces estropearan los esfuerzos de pacificación de los misioneros y se volviera a entrar en un estado de guerra donde no había otra solución más que la sobrevivencia de uno u otro bando, ya sea por parte de los indígenas asaltando las comunidades novohispanas o los colonos acabando con las tribus o llevarlas a la esclavitud justificada por el acto de guerra.  Hubo dos intentos serios por intentar pacificar la región, por un lado, fue la campaña del visitador Bernardo de Gálvez quien implementa el sistema de defensa de las comunidades del norte hacia la década de los 60 del siglo XVIII y fue seguido por el capitán Juan Bautista de Anza que terminaría por consolidar las posiciones virreinales y establece algunos tratados de paz con los apaches y los comanches.

La debilidad de la presencia novohispana se manifiesta con la llegada a los límites del virreinato de las potencias extranjeras, el primero en intentar internarse fue Francia quien lograría asentarse en la Luisiana y desde ahí ejercía presión en el noreste al incentivar la rebeldía de los indígenas al venderles armas y caballos, al noroeste se presentarían los rusos desde Alaska con la firme decisión para colonizar territorios con climas más cálidos, y por ultimo llegarían los estadounidenses a principios del siglo XIX reemplazando a los franceses y empiezan a sondear los límites con su exitosa expedición que llegaría a la costa noroeste de Lewis y Clark, reclamando para si una posición en el Pacifico. Con Francia tendría problemas en la primera mitad del siglo XVIII, ya que posteriormente ellos le ceden la colonia como compensación a la invasión británica a La Habana y Manila, tiempo en que la Luisiana seria mas una carga al erario español que una ventaja, para los rusos la respuesta fue la colonización de la Alta California desde la década de los 70 por parte de los frailes franciscanos encabezados por fray Junípero Serra y apoyado por el capitán Gaspar de Portolá, seguida por otra expedición que llegaría a establecer fuertes en la isla de Nutka en Alaska. Mientras la colonización de California resultaría exitosa por el trabajo de los misioneros, los colonos vivían en un estado de carestía ante los pocos recursos que podían enviarles desde el centro del virreinato, ni que decir del establecimiento de Nutka cuya ocupación solo se limito a unos cuantos años con la presencia de soldados para ser abandonada a merced de los ingleses y los rusos, no por nada estos últimos lograrían establecerse aun lado de San Francisco con la anuencia del gobierno local en los últimos años de la dominación española.

Muestra de lo complicado que resultaría el panorama seria con las disputas fronterizas con Estados Unidos, quienes compraron la colonia de la Luisiana a Napoleón (regresada por Carlos IV) y veían sus aspiración de expansión al oeste más plausibles que nunca, sobre todo que quisieron volver a las viejas reclamaciones francesas sobre Texas (razón por la que en los sitios históricos suelen colocar la bandera francesa, como legitimación de su anexión), asunto que se arreglaría en el Tratado Adams-Onís donde de paso aprovecharían para vender La Florida, territorio que fue un fracaso al ser débilmente controlado y que era hostilizado tanto por los indígenas como por lo ingleses. Cabe decir que sería en los últimos años del virreinato cuando se autoriza la entrada de los colonos estadounidenses en Texas, de los cuales estaban Moses Austin y su familia.

El problema heredado por México resultaba muy gordo para poder resolverlo en un territorio con una seria crisis económica y con un territorio mucho más grande como el que realmente controlaban, donde muchos de los estados actuales como Nevada, Colorado o Utah solo pertenecían de forma nominal y no de forma. Tan solo de los siete millones de mexicanos censados tanto en el virreinato como después de la independencia, el septentrión solo era poblado por el 10% de la población total, que por los pocos recursos que generaban resultaban más una carga que algo que aportase al joven país, razón por la que en la invasión muchos connotados políticos estuviesen dispuestos a ceder a las pretensiones estadounidenses ante un territorio que para ellos no valía la pena. Que si España le hubiese puesto freno a la intentona estadounidense lo dudo, si el gobierno de Fernando VII estuvo dispuesto a vender Florida y su padre accedió sin problema a ceder la Luisiana fue por el poco valor que tenían y que deriva de las razones antes expuestas, muestra del cambio radical de la forma de pensar de los estadounidenses fue que de lo poco que hicieron los españoles en 50 años de gobierno en la colonia, en 40 años los estadounidense lograron convertir a la cuenca del Mississippi en una región de alta productividad agrícola que sería la base de su política expansionista. Cambiando de rumbo, ni digamos el poco interés de la España de Fernando VII por mantener los territorios americanos, si dejo ir a Guatemala que para el momento de la consumación de la independencia de México se mostraba a favor de permanecer con España, por parte de la península no había ningún interés por conservarla y tuvo que aceptar con muchas reservas la integración a México.

Esta es una muestra más de como los discursos que suelen usar en la política carecen de toda clase de realidad histórica, la cual solo suelen deformar para provocar la aprobación de las masas a favor de sus intereses, por lo que, aunque parezca absurdo recordarlo, la única forma de aprender historia es solo con los académicos de confianza o con los divulgadores de los que se tiene certeza de su compromiso con el pasado y no con pasiones que nos nublan de los hechos.

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Federico Flores Pérez.

Imagen: Dragon de cuera y mapa del septentrion. Fuente: https://antroposfera396901656.wordpress.com/wp-content/uploads/2022/02/7bf97-revista_ejercito_articc81culo_presidiosydragonesdecuera.pdf

Editorial: ¿Qué es una revolución? Segunda parte: Estallido y guerra

Como vimos en la anterior editorial, cuando en un país se dan las condiciones de crisis multifactorial como el político, económico y social es cuando diferentes sectores de la sociedad, desde las clases privilegiadas, clases medias urbanas y las zonas rurales tienen como objetivo en común derribar al régimen para constituir uno nuevo. Los diferentes intereses que movieron la rebelión por lo regular son contrarios entre sí, ocasionando problemas al momento de construir el nuevo modelo de nación, desatándose una guerra civil entre facciones para ver quien impone sus condiciones sobre todos los demás, recrudeciéndose las condiciones del país.

La Francia de 1789 atravesaba por la crisis ocasionada por la deuda externa que estaba por los cielos gracias a los múltiples conflictos internacionales en los que se vio inmiscuida y perdió ante su eterna rival Inglaterra (salvo la guerra de independencia estadounidense), complicado por la crisis agraria la cual genero una hambruna para buena parte de la población y que provocó el temor por parte de la nobleza de perder sus privilegios ante el clima de inestabilidad social. El sector parlamentario constituido en los Estados Generales trata de paliar la situación con el otorgamiento de participación política a la población en general, pero Luis XVI y la corte se niegan a dar el paso, provocando la efervescencia social que exigió su lugar en los Estados Generales, provocando una serie de cambios dentro de la corte que detonaron el estallido social con la Toma de la Bastilla. Esto provoca una rebelión generalizada tanto de la población urbana como de los campesinos exigiendo la abolición de los privilegios tanto del clero como de la nobleza, por lo que el rey se vio obligado a aceptar estos términos y dejar que conformasen la nueva constitución, desatándose la disputa con la nobleza y el clero que no estaban dispuestos a perder sus fueros, aunque se encontraban en una abrumadora minoría en comparación con el pueblo. Durante dos años parecía que las cosas iban por buen rumbo, pero el temor de Luis XVI por las decisiones tomadas por la Asamblea Legislativa hizo que decidiera huir al extranjero donde es capturado, radicalizándose las posiciones en contra de la monarquía provocando la proclamación de la Primera República Francesa en 1792, siendo ejecutado el rey y la reina a principios del año siguiente y desatándose la lucha de facciones entre los moderados girondinos contra los radicales jacobinos, conocido este periodo de 1792 a 1794 como el “Terror” donde se hicieron ejecuciones sumarias de partidarios y cabecillas de ambos lados acusándose de “contrarrevolucionarios”.

Rusia se encontraba en plena debacle para la primera década del siglo XX ante la creciente desigualdad entre gran parte del país con respecto a la muy disminuida nobleza que lo tenía todo, sumado a la inestabilidad internacional en que se veía inmersa la influencia rusa con la pérdida del conflicto contra Japón y a esto se le adicionó la desastrosa participación que estaban teniendo en la Primera Guerra Mundial al enfrentarse contra Alemania lo que provoca la crisis económica y una hambruna generalizada. El poder legislativo representado en la Duma le advierte a Nicolas II sobre la necesidad de implementar reformas políticas para disminuir la presión social y salir de la guerra, pero no fueron atendidos y para el 8 de marzo de 1917 (23 de febrero en el calendario juliano que seguían) se desata una serie de huelgas en la capital Petrogrado exigiendo pan para los pobres y sumándose las reclamaciones obreras, a la cual el zar ordena sofocar provocando varios muertos y disolviendo la Duma. Esto provoca un descontento generalizado uniéndose el propio ejército que ya no estaba dispuesto a seguir ordenes de un gobierno despótico, por lo que el zar se vio obligado a renunciar a la corona y se conforman dos facciones políticas para constituir el nuevo estado, primero se forman los mencheviques quienes estaban conformados por el ejército y los terratenientes los cuales pretendían conformar una monarquía constitucional que les asegurara hacer los cambios necesarios de manera gradual, del otro lado estaban los bolcheviques liderados por Vladimir Lenin quienes se respaldaban tanto en los sectores campesinos y obreros con la meta de establecer el primer estado socialista, un tercer partido aunque muy marginal estaban los anarquistas quienes se oponían a ambos proyectos y apostaban por la disolución de estado. El poder provisional es tomado por el moderado Aleksandr Kerenski quien dirige una ofensiva contra los alemanes que es derrotada, aumentando el malestar de los bolcheviques que es respondida con su represión y desatando la guerra en lo que se conoce como la “Revolución de Octubre”, la cual le da a Lenin el gobierno constituyendo la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, la salida de la Primera Guerra Mundial y la lucha contra los mencheviques.

El creciente malestar político en México hizo que diferentes sectores de las clases altas apostaran por otras figuras como Bernardo Reyes o Francisco I. Madero para provocar una transición al poder ante la eventual salida de Porfirio Diaz del poder ante su avanzada edad, pidiendo originalmente la vicepresidencia para ir produciendo los cambios, pero Diaz no entendió las señales y se encierra en sus partidarios los “científicos” para perpetuar el poder. En lo social la nula defensa de las clases medias y campesinas ante los abusos de los terratenientes y propietarios hizo que estos sectores se empezaran a involucrar en política viendo en el movimiento de los hermanos Flores Magón la oportunidad de darle un giro social al gobierno, pero todos sus intentos son reprimidos. El ambiente para las elecciones de 1910 se vio enrarecido por la entrevista que le da Diaz al periodista James Creelman donde llega a decir que no se presentaría, alentando a la oposición sobre la posibilidad de un cambio político, pero lo dicho no fue respetado y Diaz vuelve a presentarse, primero sacando a Reyes del país y gana la reelección con grandes dudas de sus resultados, por lo que manda a arrestar a Madero quien al poco tiempo huye a los Estados Unidos. El 20 de noviembre de 1910 Madero da a conocer el Plan de San Luis donde desconoce a Diaz como presidente y llama a la insurrección, el cual es respondido por los terratenientes del norte como José María Maytorena y Abraham Gonzales quienes empiezan a movilizar a diferentes facciones y por los jefes agraristas como Pascual Orozco y Emiliano Zapata quienes vieron la oportunidad de reivindicar sus reclamos, desatando una serie de insurrecciones locales que se fueron haciendo mayores y que con la toma de Ciudad Juárez el 17 de mayo de 1911 hace que a los pocos días el presidente renunciase a su cargo para partir al exilio. En lo que se celebraban nuevas elecciones se conforma un gobierno interino conformado por porfiristas que se encarga de complicar las cosas en lo que llegaba la nueva administración, por lo que a la llegada de Madero al poder quien tenía un pensamiento moderado no pudo contener los reclamos de los agraristas que exigían la solución a sus problemas, desatando la rebelión de estos a lo que Madero responde con él envió del ejército federal para reprimirlo, pero al no correr a los mandos porfiristas provoca que estos conformasen una conspiración para derrocarlo, la cual se lleva a cabo en la llamada “Decena Trágica” de febrero de 1912 donde Victoriano Huerta toma el poder y manda a asesinar a Madero. Esto hace que caudillos moderados como Venustiano Carranza encabece la lucha contra el gobierno espurio y se congregasen en su lucha caudillos populares como Pancho Villa, que junto al movimiento zapatista que va separado luchan contra los huertistas derrotándolos de forma definitiva en la toma de Zacatecas de junio de 1914 por parte de Villa. El sector popular encabezado por Villa y Zapata estaban de acuerdo con la jefatura de Carranza, por lo que respaldándose en la Convención de Aguascalientes tratan de formar un gobierno revolucionario que lo enfrentase, provocando la guerra civil durante 1915.

Durante más de cinco décadas Cuba era dirigida por una serie de gobiernos títere al servicio de los intereses de EU, convirtiéndola en un verdadero burdel donde los grandes potentados y mafiosos estadounidenses hacían sus negocios en la isla. La Gran Depresión de 1929 deja muy golpeada la economía cubana, provocando malestar en torno al gobierno de Gerardo Machado quien además llevaba a cabo medidas represivas contra las facciones socialistas, siendo derrocado por el ejército quien toma el control del ejecutivo turnándose entre ellos el poder y agudizando la persecución de los comunistas, todo en contubernio con el gobierno estadounidense. Es en este contexto que asciende a la política el general Fulgencio Batista quien funge como presidente de 1940 a 1944, convirtiéndose en una figura de gran influencia que lo lleva en 1952 a dar un golpe de estado donde se impone como mandatario y se dedica a desarticular los poderes para que el ejército se ocupase de todas las decisiones, ostentando el poder absoluto y gobernando a base de la corrupción y la represión con la bendición estadounidense. Diferentes facciones políticas contrarias a la dictadura empiezan a perpetrar una serie de manifestaciones que van aumentando en cuanto a intensidad como lo fue el asalto del Cuartel Moncada  en 1953 o el ataque al Palacio Presidencial de 1957, pero sería el movimiento guerrillero encabezado por Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos desde la Sierra Maestra los que representaron la resistencia y se convirtieron en un foco que era capaz de tener el favor de buena parte del pueblo cubano, haciendo insostenible el gobierno de Batista en 1958.

La muerte de la regente Cixi en 1908 hizo que ascendiera al trono su sobrino Puyi, quien era un niño, por lo que se instituyo un gobierno regente que hizo imposible poder hacer frente a los numerosos problemas que surgían por todo el imperio. El periodo revolucionario lo podemos dividir en diferentes conflictos que van desde 1911 hasta 1945, empezando con la revolución de Xinhai donde el sector modernizador derroca al imperio para instituir la primera república, tomando el poder Sun Yat-sen quien funda el movimiento nacionalista Kuomitang. Pero este movimiento democratizador tuvo la resistencia monarquista encabezada por Yuan Shikai quien encabezaba al ejercito imperial y que toma el poder, lo que es aprovechado por los movimientos independentistas de Mongolia y el Tíbet para separarse de China y provocando la caída de su gobierno. La alta inestabilidad del país provoca que fuese dividido en territorios gobernados por militares que ostentaban poderes feudales, siendo aprovechado por el caudillo del Kuomitang Chiang Kai-shek para tomar el poder para 1927 quien asume un gobierno de corte nacionalista que enfrenta con particular saña al naciente movimiento comunista encabezado por Mao Zedong quien gana el favor de los campesinos. Sin embargo, el gobierno de Chiang Kai-shek además de enfrentar el creciente descontento de los comunistas tenia en su contra la intromisión japonesa que aspiraba a convertir al país en una colonia con la creación del estado títere de Manchukuo al norte, lo que desata la guerra con entre ambos países en 1937, obligando a nacionalistas y comunistas a pactar una tregua en lo que enfrentaban la invasión japonesa que se vio aumentada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El derrocamiento de Mohammad Mossadeq como primer ministro de Iran provoca un malestar social en contra de la monarquía encabezada por Mohammad Reza Pahlavi, por lo que empieza a ejercer un poder despótico hacia cualquier clase de oposición a su régimen o al de los intereses de las potencias capitalistas. El creciente malestar social hace que nazcan tres facciones opositoras, siendo los primeros los moderados constituidos por las medias urbanas modernizadas que buscaban encausar al sha en una monarquía constitucional, los comunistas concentrados en el partido Tudeh que formaron los Muyahidines del Pueblo y buscaban la instauración de un estado comunista, la tercera y con un mayor alcance social era el encabezado por el clero chiita, con un profundo arraigo popular que estaba en contra del creciente proceso de secularización de la sociedad, viendo atacada a la religión y sin encontrar beneficio alguno en las zonas rurales de esta modernización, viendo en la lucha del Ayatola Jomeini en el exilio como una figura carismática en contra del sha. Durante la década de los 70 la creciente corrupción y malos manejos hacen que crezca la inconformidad social, produciéndose una serie de manifestaciones que es reprimida por las fuerzas policiales conocidas como el SAVAK, encargándose de la desaparición de luchadores sociales. Todo esto llega a su clímax el 8 de septiembre de 1978 cuando una manifestación en Teherán es sofocada por el ejército provocando cientos de muertos, hecho conocido como el Viernes Negro. Esto despierta la indignación generalizada provocando una serie de manifestaciones al nivel nacional, por lo que las fuerzas del sha se vieron cada vez mas disminuidas y hace que renuncie para febrero de 1979 partiendo al exilio, haciendo posible el regreso del Ayatola quien se ve como el ganador de la revolución.

Es aquí donde una vez alcanzada la meta empiezan las luchas internas dentro de los rebeldes para ver quien queda al mando, periodo donde se incrementa la violencia y se desatan los abusos y masacres de unos y otros. La victoria de una de estas solo es asegurada por la derrota de quienes fuesen sus aliados y con la imposición de un gobierno único con la nula participación de otras fuerzas políticas para constituir una nueva etapa en sus respectivos países.

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Federico Flores Pérez.

Editorial: 11 años, 2 bicentenarios

Acaba septiembre y con el termina un ciclo de 11 años en el que los gobiernos mexicanos se dedicaron a conmemorar los inicios de cuatro eventos fundamentales en la historia patria: 500 años de la conquista de México-Tenochtitlan, 200 años del inicio de la independencia, 200 años del inicio de la revolución y 200 años de la consumación de la independencia. Los tres han sido organizados por gobiernos de diferentes ideologías y han basado sus políticas culturales para rememorar estos hechos históricos, cada uno con sus aciertos y desaciertos, luces y sombras, alcances y limitantes que han dejado una huella variable según el campo en que se le vea, pero que dudo que hayan dejado una huella perdurable en la sociedad que dé lugar a que se hablen de estos por décadas, sino que quedaran en el anecdotario de unos cuantos.

Algo que hay que criticar es que ambos están muy por debajo de la celebración por el centenario del inicio de la independencia  protagonizada por el gobierno de Porfirio Diaz, la cual estuvo acompañado por una gigantesca campaña que involucro obra pública, celebraciones, simposios del naciente circulo intelectual que dejaron una huella profunda que ha sido imposible de superar, aunque hay que tomar en cuenta que esto fue posible por un régimen que llevaba décadas en el poder y que por años se dedicó a cumplir los sueños del presidente sin que lo aquejase obstáculo alguno, por lo que sería el símbolo de como Porfirio Diaz había salvado al país. En cambio, los festejos del centenario de la consumación se caracterizó por ser una manifestación de la creciente polarización de un país que salía de diez años de guerra, la visión de los ganadores que emanaba tanto del liberalismo mexicano como las vanguardias políticas que llegaban del extranjero contra la de la iglesia católica que quedó relegada de la lucha revolucionaria y que intentaba mostrar que todavía conservaba el musculo social que tuvo por siglos, pero que termino en una victoria gubernamental que condena a Agustín de Iturbide a la ignominia histórica y hace que la consumación se quedara fuera del santoral patrio.

Comenzamos nuestro recordatorio con el gobierno de Felipe Calderón, quien estuvo en el cargo desde el 2006 hasta el 2012, una gestión muy gestionada desde el inicio por el ajustado resultado con el que gana las elecciones y que su rival Andrés Manuel López Obrador junto con sus bases han puesto en duda acusándolo de espurio y de haber triunfado a través del fraude. El gobierno de Calderón se caracterizó por seguir los lineamientos que se han seguido desde la presidencia de Miguel de la Madrid, el cual parte del inicio de la implementación de las políticas neoliberales en contra del estatismo y que en el plano cultural también planteo una ruptura en el discurso histórico que tenían os gobiernos de la posrevolución, se rompía con una parte del nacionalismo revolucionario empezando por ir retirando una de sus bases, el indigenismo. Por décadas la política cultural estuvo enfocada en la revalorización del legado indígena para impregnarle tintes románticos que llegaron a tener tintes xenófobos para arraigar el sentimiento nacionalista entorno a “lo nuestro”, implicando un rompimiento con toda aquella influencia extranjera que pudiera amenazar la integridad del país como lo era el enemigo del régimen la iglesia, por lo que se empieza a mantener una cruzada en contra del legado hispano para fabricar un pasado idílico y fantasioso en el que supuestamente vivíamos antes de la llegada de los “invasores”.

Este cambio permitió que las instituciones académicas fueran ganando lugar en las políticas culturales y se empezaran a dejar de lado los discursos patrioteros, aunque cabe decir que nunca se alejaron de su parafernalia para ganarse el favor de las masas, ni que decir sobre las políticas educativos que siguieron perpetuando los mitos de la historia oficial, haciendo que el discurso del nacionalismo revolucionario siguiera muy vivo en lo popular. Hay que recordar que el gobierno de Felipe Calderón pertenecía ideológicamente la derecha, ligada con el sector conservador y que fue el segundo periodo que mantenían desde la llegada de Vicente Fox en el 2000, por lo que se rompía con 70 años del régimen de la revolución y que tenía en el PRI como partido de estado. El cambio político que se dio había encendido las alarmas en cuanto a un posible cambio ideológico sobre la identidad nacional para acomodarlo a uno de base hispanista, la cual no se dio y siguió persistiendo las viejas formulas identitarias, aunque si se dio un cambio en lo educativo cuando se quitan de historia el estudio de las culturas prehispánicas para empezar a partir de la conquista en la educación básica.

Ante una sociedad divida por unas elecciones muy cuestionada, Calderón tratara de tomar medidas para intentar repuntar su popularidad, unas muy desastrosas como la “guerra contra el narco” la cual todavía sufrimos sus consecuencias, y la otra vía la tenemos en las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución en el 2010. En un intento de limar asperezas con la izquierda, nombra a su jefe histórico Cuauhtémoc Cárdenas como coordinador de los festejos, pero este renuncia ante los cuestionamientos de los partidos izquierdistas que mantenían el pulso con el obradorismo y su “gobierno legítimo” por lo que renuncia al ver que su presencia no contribuía a la concordia y unidad que se pretendía dar, a lo que tuvo que cambiar en favor del director del Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) José Manuel Villalpando. Dentro de la retórica gubernamental y en un burdo intento de emular a Porfirio Diaz, se empieza a nombrar a las obras publicas en honor al bicentenario, por lo que empieza a convertirse en una marca distintiva de su gestión.

De lo positivo que podría decir de esos tiempos es el amplio alcance que se le quiso dar al conocimiento histórico a través de una amplia campaña en medios, la cual iba desde los círculos académicos con la proliferación de conferencias y la publicación de libros, la apertura al público de zonas arqueológicas, la restauración de monumentos históricos, la apertura de museos y sobre todo el apoyo a la producción de contenido para un amplio público que van desde programas culturales, películas y hasta telenovelas de temática histórica. La historia se volvió protagónica en esos años con su presencia tanto en la publicidad oficial como en estos medios de consumo masivo, la cual tendría un nuevo aliado con la creciente influencia del mundo de la internet, pero también dio a lugar a que cobrara fuerza la “historia conservadora”, que si bien no fue apoyada directamente por el gobierno si se sospecha que haya sido respaldada por debajo del agua. Es así que nacen los llamados “desmitificadores” que ponían en tela de juicio a la “historia oficial”, pero que a cambio ponían un discurso igual de mitificado, pero de la ideología contraria, por lo que empieza a cobrar fuerza personajes que ponían en cuestión a los héroes del liberalismo como Miguel Hidalgo, Benito Juárez y que ponderaban a Agustín de Iturbide, Maximiliano o Porfirio Diaz.

Llega el 15 de septiembre de 2010 y el gobierno pone el empeño de hacer una celebración notable con la elaboración de un desfile que pretendía relatar los doscientos años de historia del país (con algunas ideas sin sentido como una marioneta gigante que representaba a un campesino). Pero todos estos esfuerzos se fueron a la basura debido a un proyecto polémico por el gigantesco despilfarro de recursos en un monumento que no representaba nada, la Estela de Luz emplazada en la entrada a la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, una construcción que pretendía ser el símbolo del Bicentenario pero que su anodino y simplón diseño no cumple con su función, por lo que fue rebautizado con el nombre de la “Suavicrema” por el pueblo y que en cambio puede esconder un profundo pozo de desvío de recursos del estado.

El gobierno de Calderón no logra su objetivo de ganar puntos ante la opinión pública por los festejos del bicentenario, que se le sumó los del centenario de la Revolución que no tuvieron la espectacularidad de la anterior al ser más bien una ceremonia de corte militar. Los funestos efectos de la campaña contra el narcotráfico fueron más grandes que cualquier recuerdo de la conmemoración del bicentenario y centenario y su gobierno fue cuestionado por sus resultados, teniendo como consecuencia que su partido perdiese las siguientes elecciones y regresara el PRI de la mano de Enrique Peña Nieto. A pesar de que se cumplieron los 200 y 100 años de importantes acontecimientos de la independencia y la revolución, a este gobierno no le intereso integrar a la historia como parte de su retorica y deja sus conmemoraciones en un plano institucional como conferencias del INEHRM y algunos documentales en los canales del estado.

Llega el 2018 y por fin accede al poder Andrés Manuel López Obrador, un personaje de la vieja guardia de la política mexicana que trajo consigo los viejos valores del nacionalismo revolucionario como política cultural. Los avances que se habían dado institucionalmente dentro de la academia sufrieron un duro golpe con el recorte del presupuesto junto con otras organizaciones culturales en aras de su “política de austeridad”, la cual tiene como fin el de financiar tanto su sistema de apoyos para los que menos tienen, la recuperación de la industria energética y la construcción de grandes proyectos de obra publica ahorrando presupuesto al quitar “excesos y privilegios” para no recurrir a deuda y al aumento de impuestos. El retroceso que se vive consiste en el regreso a este discurso estridente que raya en la xenofobia y que vuelve a poner en la diana al legado hispano como parte del discurso para atacar a las empresas españolas que han invertido en el sector eléctrico y a las que acusa de haber “saqueado” el país.

Es asi que al siguiente año inaugura la “política exterior” del presidente con una nada delicada solicitud de perdón a España por los “excesos de la conquista”, la cual provoco un enfriamiento con las relaciones de un gobierno de su mismo espectro político, teniendo una respuesta mesurada por parte de la corona la cual pedía rebajar el tono a tal petición y dejar ese campo a los académicos. A pesar de que excusa que la petición la hizo sin dolo, tanto el tono de las conmemoraciones sobre eventos que iniciaron la conquista está fuera de todo matiz y fomentando la idea del victimismo indígena, aprovechando la moda mundial en la que se ataca sin mayor análisis la etapa del colonialismo europeo en el mundo. Además de que le tocaba una conmemoración poco agraciada dentro del nacionalismo revolucionario, que como hemos visto condeno a Agustín de Iturbide al infierno de la historia oficial en consecuencia a los tiempos de turbulencia política y que a partir de ahí se convirtió en un personaje no grato del pasado.

La austeridad tuvo un buen aliado para excusar la falta de fastuosidad de los festejos y la encontró en la pandemia, debido a que no se podían hacer grandes aglomeraciones tampoco se podía hacer grandes eventos públicos. Ni hablamos de que hayan promovido la producción de series o películas que haya acercado al publico en general con la historia, en la austeridad esto no tenia cabida, pero si la de fijar postura en diferentes actos, ya sea en comentarios del presidente asociando lo español o a Iturbide con los corruptos, el cambio de nombres de calles o lugares históricos o el retiro de monumentos que son “políticamente incorrectos” pero con un profundo arraigo como el de Colón en el Paseo de la Reforma para querer poner una “cabeza olmeca de mujer” que resulto desechado el proyecto. Estas acciones han sido criticadas por los especialistas que remarcan la serie de inexactitudes y falacias en las que caen este discurso del pasado como lo de la “fundación lunar” de Tenochtitlan y que no existe constancia histórica, o el burdo cambio en un anuncio del ejército en que se cambia la palabra imperio por la de republica en el acta de independencia, por lo que han sido descartados como parte de los festejos por grupos de tintes nacionalistas pero que van con el discurso del presidente.

Es así que llega tanto el 13 de agosto como el 21 de septiembre, el primero conto con una polémica maqueta en el Zócalo que pretendía dar una idea a escala de lo que fue el Templo Mayor mientras sus ruinas permanecían sin atención después de que su techumbre, dando un show de luz y sonido que se alejaba de la esencia que merecía su celebración. La consumación tuvo una celebración decente que consistió en una ceremonia donde se hizo la representación del “abrazo de Acatempan”, la entrada a la Ciudad de México y acompañada de bailables regionales, aunque conto con la presencia de Iturbide, pero algo reducida.

Algo que han compartido ambas administraciones es en persistir en festejos que ante el contexto contemporáneo ya resultan monótonos y hasta cursis, ambas han persistido en un discurso nacionalista que perpetúan los mismos mitos fundacionales tanto en el ceremonial como en lo educativo, por lo que se priva al pueblo en general de llegar a una verdadera conciencia histórica que sirva para sortear los problemas del presente y no para pasar un examen. Si bien los dos les han otorgado espacios a los investigadores, lo cierto es que el material que dejan como sus conferencias, documentales, programas y libros están dirigidos a un publico especializado y amante de la historia, no se han hecho producciones de buena calidad que sean atrayentes para todos y que hagan digerible el conocimiento histórico, lo poco que se hace en ese ramo suele ser de mala calidad y restringido a la radio y televisión del gobierno que suelen tener muy bajos niveles de audiencia y que resulta incomodo para los aficionados a la historia. Veo un panorama poco alentador para que por fin se vea a la historia como una materia seria, ninguna facción política la ve en el lugar que merece y vamos a tardar en hacer de su conocimiento algo que tenga un fuerte arraigo social y que se logren desterrar los mitos patrioteros que tanto persisten.

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Federico Flores Pérez

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Editorial: ¿Qué hay con la arquitectura mexicana? Un breve repaso por su historia.

El mundo del arte mexicano al nivel popular tenemos nuestras principales figuras, siendo los que más se conocen los pintores como Frida Kahlo, Diego Rivera, José Clemente Orozco o David Alfaro Siqueiros son los más nombrados, de los escritores tenemos a Juan Rulfo, Octavio Paz, José Revueltas o Carlos Fuentes, en la música se limita más en cuanto a los grandes profesionales como Silvestre Revueltas, Carlos Chávez o Candelario Huizar ¿Y la arquitectura? A pesar de que continuamente tenemos contacto con ella, ya sea en la vida diaria, en la visita de los principales patrimonios culturales del país o como actores principales de las ciudades lo cierto es que buena parte de los mexicanos desconocen quienes fueron los que construyeron los edificios que utilizan o que sirven como lugares identitarios para nuestra cultura.

Así como buena parte de la cultura mexicana se comparten dos raíces principales para el desarrollo de la arquitectura, la mesoamericana y la española, aunque lo cierto es que gran parte de la herencia arquitectónica que sigue viva es la española. La arquitectura mesoamericana tiene una serie de valores los cuales buena parte no pudieron sobrevivir, un ejemplo de esto lo tenemos en la arquitectura monumental y la construcción de las pirámides, las cuales son una parte del conjunto ceremonial al que los indígenas les rendían culto, ya que por así decirlo el total del centro ceremonial vendrían siendo lo que para nosotros es el templo y las pirámides vendrían siendo las capillas o altares para el culto de los dioses, por lo que las personas del común solo tenían acceso a las plazas sobre las que se distribuyen las pirámides y desde ahí veían las ceremonias religiosas que se realizaban en las cúspides de las pirámides, lugares exclusivos tanto para los sacerdotes como por los gobernantes que tenían un papel ritual fundamental.

La magnitud de estos centros ceremoniales eran una manifestación del poder de los gobernantes de los estados, ya que con esto construían una representación del cosmos mesoamericano, siendo las pirámides los cerros que eran los hogares de los dioses y de dónde venían los dones que brindaban para el mantenimiento del mundo. Esto provocaría que con la llegada de los españoles el modelo mesoamericano resultara obsoleto ante las necesidades del nuevo orden, ya que no se requerían de la presencia de estos conjuntos monumentales que tenían una actividad principalmente de exteriores a la del modelo occidental, que tanto el culto religioso como las labores administrativas se podían realizar en interiores, por lo que ya no se necesitaban estas gigantescas moles de piedra si se podían realizar los actos religiosos y civiles en espacios mas compactos.

Sin embargo, donde si pudo sobrevivir la arquitectura mesoamericana fue en el campo de las casas habitación, persistiendo en los múltiples modelos de arquitectura vernácula que hay en el país, aunque aquí hay que tener cuidado, ya que comparte muchas características con la española como la predilección por el modelo del patio central, en la que las habitaciones de la casa se distribuyen alrededor de un patio que articula con todos los espacios, siendo las únicas fuentes de luz natural las puertas, ya que las ventanas fueron traídas por los europeos y solos se usaban en las grandes edificaciones o en las casas de las familias adineradas (en Mesoamérica no había ventanas, aunque hay indicios en las casas de los gobernantes de que algunos pudieron usar tragaluces para iluminar sus habitaciones en el día. Si bien las casas indígenas podrían parecernos incomodas, tenemos que pensar en que gran parte de las actividades se realizaban en los patios, por lo que el interior de las casas solo servía para descansar, siendo innecesario toda clase de hacer más llevadera la vida del interior si el corazón del hogar familiar era el patio.

Los que se encargan de adaptar el modelo español entre las poblaciones mesoamericanas fueron los frailes, ya que vieron que como la vida ritual de los indígenas era en el exterior, tenían que tomar en cuenta este factor para facilitar la toma de los evangelios. Es así que los conjuntos conventuales del siglo XVI tendrán grandes patios junto con una capilla desde donde el predicador daba misa que estaba abocinado conocida como capilla abierta, permitiendo que los indígenas tomasen el catecismo en el atrio que tendrían como aditamento cuatro capillas que se construían en cada esquina conocidas como “capillas posas”, donde los indígenas podían realizar procesiones con los santos y depositarlos ahí. Este tipo de arquitectura religiosa de espacios abiertos iría desapareciendo conforme el cristianismo se iba arraigando en la población, por lo que desaparecía la costumbre de realizar los rituales en el exterior y se adoptaba el modelo occidental. Cabe decir que buena parte de la arquitectura virreinal se realiza sin la presencia de arquitectos e ingenieros, sino que eran construidos y diseñados por los propios frailes que tenían en su formación la base fundamental de la obra del ingeniero romano Marco Vitruvio, cuyos libros les enseñaban los principios básicos de construcción, diseño, proyección de espacios e incluso urbanismo, donde se adopta el modelo de damero que consiste en dividirla población en terrenos cuadrados y teniendo como ejes dos avenidas principales: el cardo máximo y el decumano máximo, las cuales confluían en la plaza principal de donde se distribuía el palacio de gobierno, la iglesia y el mercado.

Es asi que los religiosos tienen la batuta del desarrollo de lo que sería la arquitectura mexicana, por lo que los misioneros eran capaces de planificar y edificar las poblaciones indígenas según el modelo romano. También permitieron que participasen los indígenas cuya imaginación permitiría interpretar a su manera los principales estilos arquitectónicos, primero el plateresco que combinaba la tradición gótica y renacentista con la morisca, dando su lugar al barroco al finales del siglo XVI donde el arte novohispano entra en su época de esplendor. Es hasta el siglo XVIII cuando encontramos la presencia de profesionistas que dejaron su sello en la arquitectura novohispana, siendo de los primeros Pedro Castera quien construye el Santuario de Guadalupe, el convento de Corpus Christi, el Templo de Santo Domingo y el Palacio de la Inquisición. Le seguiría su alumno Francisco Guerrero y Torres a quien se debe la construcción de diferentes palacios como el de los Condes de San Mateo de Valparaíso, el de los marqueses de Jaral de Berrio (el famoso Palacio de Iturbide) y una de sus obras mas notables por su originalidad seria la Capilla del Pocito en el Tepeyac, la única que sigue a plenitud el modelo arquitectónico barroco en la Nueva España.

Como ya sabemos, el siglo XVIII cambiaria las nociones sobre todos los aspectos de la vida occidental cambiando el eje del modelo a seguir de la iglesia a la razón, por lo que los valores del mundo barroco serian desechados para ser sustituidos por los del pensamiento grecorromano al que idolatraban. Esta obsesión por los valores clásicos pega en la arquitectura con la conformación del estilo conocido como neoclásico, el cual adapta la arquitectura grecorromana a las necesidades de la época, dando lugar a una arquitectura más sobria y racional en contraposición a los excesos del barroco, trayendo como consecuencia la destrucción de muchos altares barrocos para cambiarlos por los neoclásicos. La implantación del modelo neoclásico fue de la mano con la fundación de la Academia de San Carlos en 1781, donde se enseñarían todas las artes plásticas incluyendo la arquitectura y por primera vez se formaban arquitectos profesionales saliendo la educación de los gremios. En esta etapa vendrían muchos arquitectos españoles para fungir como maestros de los estudiantes novohispanos como el caso de Miguel Constanzó al que se debe la modernización del sistema de fortificaciones y defensa, pero el más destacado seria el valenciano Manuel Tolsá a quien debemos el Palacio de Minería, el diseño exterior de la Catedral Metropolitana y el proyecto del Hospicio Cabañas de Guadalajara.

El inestable siglo XIX que represento la dura formación del nuevo país fue de decadencia para la arquitectura, ya que la falta de dinero hacia imposible que se desarrollasen obras de gran envergadura, por lo que persistirá el modelo neoclásico durante buena parte de este siglo. De esta etapa destacaran algunos arquitectos como el autodidacta Francisco Tresguerras, quien embellecería buena parte de las ciudades del Bajío con su talento innato, o el desafortunado Lorenzo de la Hidalga, arquitecto español quien tuvo una importante actividad constructiva como el Teatro Santa Anna, pero cuya obra lamentablemente no sobrevive mucho. No sería con la llegada del Porfiriato que representaría la bonanza del “orden y progreso” que la arquitectura mexicana se pone a la par de las tendencias mundiales y adoptan el eclecticismo, un estilo caracterizado por la combinación de números estilos arquitectónicos para ofrecer una mezcla equilibrada, lo que fue retomada con fuerza por la pujante clase acomodada quienes construían sus casonas según la moda, legándonos barrios espectaculares como la Colonia Juárez, la Roma o el Paseo Montejo en Mérida. De esta época destaca la obra del arquitecto italiano Adamo Boari quien dejaría como legado el Palacio de Correos, el Palacio de Bellas Artes y el inconcluso Palacio Legislativo del cual solo quedo la estructura y cuyo trabajo fue interrumpido por la revolución.

El cambio de régimen represento también definir el rumbo de la vida cultural del país, del cual la arquitectura no escaparía. Ante la búsqueda de un nuevo discurso artístico se apostaría primero por construcciones neobarrocas, revalorando las raíces hispanas de la sociedad mexicana, pero con el cambio de tendencia hacia el indigenismo daría lugar a que se adoptase el Art Decó que permitía la integración de elementos indígenas y españoles para dar lugar a una arquitectura mexicana, siendo de sus principales exponentes el arquitecto Carlos Obregón Santacilia quien deja entre sus obras el Banco de México, el Monumento a Álvaro Obregón y sobre todo el afamado Monumento de la Revolución. Pero pronto este estilo cae en gracia entre las inquietudes de los jóvenes arquitectos que se veían cada vez más influidos por las ideas socialistas, haciendo que fueran a ver el trabajo de una escuela alemana que buscaba el purismo de la arquitectura para ponerla al servicio de la gente despojándola de todo adorno superfluo, la Escuela de Diseño Bauhauss. Sería el arquitecto Juan O’Gorman quien introduce el funcionalismo alemán con la construcción de un conjunto de tres casas de las que destacaría la Casa-Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, ofreciendo una opción de otorgarle a las clases trabajadoras espacios dignos para vivir y trabajar.

Es así que el funcionalismo gana el lugar como el nuevo rumbo de la arquitectura mexicana, que con la inclusión de proyectos murales daba lugar a que se pudiera integrar el discurso cultural del nacionalismo revolucionario, del cual se desarrollarían grandes proyectos sociales como múltiples conjuntos habitacionales para la clase trabajadora en la Ciudad de México o en la construcción de la nueva Ciudad Universitaria, todos estos desarrollados por el arquitecto Mario Pani. Pero el funcionalismo hacía que se perdiesen los valores de la arquitectura mexicana ante un “estilo internacional” carente de alma, por lo que hubo múltiples respuestas como la del mismo Juan O’Gorman que se vio decepcionado por el rumbo que tomaba la arquitectura y cuya participación en la construcción de la Biblioteca de CU hizo que viera hacia la arquitectura orgánica de Gaudí y Frank Lloyd Wrigth dejando como propuesta su casa-estudio de San Jerónimo (lamentablemente destruida). Pero sería en Jalisco donde combinando la arquitectura tradicional junto con el funcionalismo lograría llevar a la arquitectura mexicana a la modernidad, siendo el ingeniero Luis Barragán cuyo estilo sobrio, el uso de los colores y su juego de luces y sombras lograría ganarse un lugar importante en la arquitectura mundial con sus casas residenciales y que lo haría el único mexicano ganador del Premio Pritzker hasta el momento (el máximo reconocimiento en el mundo de la arquitectura). Cabe mencionar el trabajo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez quien sería el principal constructor del régimen proyectando una imagen ecléctica de modernismo con la tradición, dejando ejemplos notables como el Museo Nacional de Antropología e Historia, la Nueva Basílica de Guadalupe y el Estadio Azteca.

Lamentablemente el panorama actual de la arquitectura mexicana en mi opinión es malo, ya que desde el funcionalismo lleva un duro proceso de asimilación con las vanguardias internacionales que hace muy difícil distinguir lo que construye un arquitecto de Singapur o de Nueva York a un mexicano. Progresivamente se está perdiendo la integridad gracias a la preminencia del mercado inmobiliario que busca mayores ganancias con la menor inversión, lo que conlleva a una peligrosa pérdida de valores culturales y de imaginación. A esto hay que sumarle la degradación que se tiene de la arquitectura vernácula ante el lento veneno de la autoconstrucción de edificios de concreto, por lo que se van desapareciendo ejemplos notables de arquitectura tradicional con años de evolución y adaptación a su medio en favor de construcciones sin alma que van disolviendo la identidad de las comunidades. Los arquitectos e ingenieros tienen un reto importante para lograr encausar la arquitectura mexicana, que no sea la misma que la que se hace en los Estados Unidos o Europa, por lo que más vale volver a los orígenes para poder ofrecer una respuesta correcta a los retos de hoy y que contribuye a nuestra salud cultural como sociedad.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

Federico Flores Pérez

Imagen: De inquierda a derecha: Templo de Quetzalcoatl en Teotihuacan. Francisco Guerrero y Torres, Capilla del Pocito en el Tepeyac. Adamo Boari, Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de Mexico. Luis Barragan, Casa Gilardi en la Ciudad de Mexico.