Las condiciones del colapso teotihuacano.

Una de las incógnitas de la arqueología mexicana ha sido el rastrear las causas de la caída de la metrópoli del periodo Clásico, Teotihuacan, ya que a pesar de contar con evidencias donde nos indican el estallido de una revuelta popular contra las elites gobernantes como la causa principal de la caída de la ciudad, el problema ahora es rastrear los orígenes de la revuelta o del periodo de decadencia que la desencadeno. Las condiciones de los primeros años del milenio hicieron que Teotihuacan fuera la alternativa más fuerte para una población que hasta el momento habitaba el sur de la Cuenca de México y el valle Puebla-Tlaxcala, quienes sufrieron un aumento de la actividad volcánica de la región y esto hizo que muchos de ellos pasaran a engrosar la población de la naciente ciudad, esto sumado con el control de yacimientos de obsidiana como la Sierra de Navajas dio pie para transformarla en un núcleo tanto político como religioso tanto al nivel regional como el mesoamericano.

Los primeros investigadores de Teotihuacan llegaron a proponer basados en las evidencias de incendios en la ciudad el haber sido causados por la llegada de los toltecas, colocándolos como los conquistadores quienes habrían de ocupar el puesto de su subordinado, esto fue respaldado con la presencia de la cerámica Coyotlatelco, la cual tiene vínculos de origen con el Bajío, permitiendo formular con ello la teoría de la conquista e incluso el origen de la presencia de los grupos otomíes en la cuenca. Pero había bastantes argumentos en contra para poder sostener esta teoría, como el hecho de que se hubiese requerido de una invasión en gran escala para poder conquistar una metrópoli de gran magnitud, siendo prácticamente imposible tal hazaña, a esto hay que sumar que los grupos posteriores a Teotihuacan no retomaron los elementos simbólicos que le dieron estatus a sus gobernantes. Fue así que surge otra teoría, la del cambio climático a gran escala provocaría que los modelos de producción de alimentos sobreexplotaran la capacidad de regeneración del ambiente y con ello disminuiría la capacidad para poder sostener a su población en boyante crecimiento. Esto provocaría que las elites gobernantes empezasen a quedar desprestigiadas al fallar con la misión de ser los intercesores con los dioses y con ello empezarían a ser desplazados por un grupo de claros tintes militaristas, pero ello no frenaría la constante pérdida de influencia de la metrópoli sobre sus zonas subordinadas hasta ser desplazado por los estados vecinos, provocando con ello la crisis social y la caída de la misma.

De momento, todo indica que la caída de Teotihuacan se puede explicar con la existencia de las tres crisis, donde el cambio climático provocaría la llegada de migrantes, el exceso de la demanda ya no hizo posible dar la calidad de vida al resto del pueblo y eso acarrearía la pérdida de confianza hacia los gobernantes, provocando la disputa entre los grupos hegemónicos. El inicio de la decadencia teotihuacana iniciaría a partir del periodo llamado Xolalpan, el cual abarca según el autor de los años 450 al 650 o del 350 al 550, seguido por el periodo de decadencia que es el Metepec que va del 650 al 750 o el 550 al 650, fue en esos años cuando se ve la presencia de los grupos asociados a la tradición Coyotlatelco, la cual tiene una ruta que inicia desde el Valle de Toluca y se va hacia el sur de la Cuenca de México, esto no debería de ser vista como una muestra de debilidad por parte del estado teotihuacano, pero resulta una evidencia que estos grupos del Occidente fueron aceptados dentro de la sociedad metropolitana. Las evidencias de la decadencia la tenemos en las continuas clausuras realizadas de sectores de la ciudad, las cuales fueron abandonadas por un proceso ritual donde se les dejo ofrendas y pasaron a ser abandonadas, esto también se muestra en un continuo deterioro cultural que va desde la falta de mantenimiento en la infraestructura y la falta de calidad en la elaboración de elementos, siendo remplazados por las del grupo Coyotlatelco de una menor calidad.

Sabemos que estos grupos migrantes empiezan a reocupar algunos sectores de la ciudad para empezar a marcar presencia, como es el caso de los alrededores de las Pirámides del Sol y de la Luna al ser los ocupantes de las estructuras que conforman la plaza a su alrededor conforme se fue degradando la elite original. Hay algunos investigadores que sugieren que el origen de estos teotihuacanos originarios pudieran ser los enigmáticos olmecas-xicalancas, quienes pudieron ser el núcleo de la sociedad cosmopolita de migrantes que albergaba la ciudad y esa podría ser una explicación de su relación con diferentes etnias como los nahuas, mixtecos o popolucas, también se han llegado a mencionar a los otomíes como uno de los posibles actores en la caída teotihuacana, pero esa propuesta no cuenta con grandes bases al encontrarse evidencia de su relación tanto con los teotihuacanos, los del grupo Coyotlatelco y como con la caída desarrollaron su propio estilo.

De los movimientos registrados por las evidencias arqueológicas tenemos la transformación de diferentes espacios de la ciudad a lo largo del tiempo, esto va desde la clausura de callejones o la reocupación de edificios antes ocupados para el uso administrativo para ser de uso habitacional o artesanal, así como el continuo uso de la infraestructura anterior y su falta de mantenimiento, ya que el grupo Coyotlatelco no se caracterizó por emprender grandes obras constructivas. También es de notar un cambio de las relaciones con el exterior para enfocarse más en el interior de su territorio, siendo el aumento de malacates para producir telas la muestra de cómo fue disminuyendo el nivel de importaciones hechas por la ciudad para hacerlas ellos mismos, así como la adopción de otras ceremonias que no estaban presentes como la sacralización del pulque o la aparición de sacrificados por decapitación. Todo nos indica que el proceso de la decadencia teotihuacana fue lento y no se debió a la irrupción de un grupo extranjero, sino que fue la llegada de pobladores del Bajío cuya presencia era solicitada y poco a poco fueron integrándose a la sociedad, faltan todavía saber cuál fue la velocidad en que se dio el degradamiento político-social de la estructura de Teotihuacan, pero eso lo dirán las futuras investigaciones.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Natalia Moragas Segura. Sociedades en colapso: la transición del Clásico al Epiclásico en Teotihuacan, de la revista Dialogo Andino no. 41.

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Imagen: 

  • Izquierda: Cajete trípode, cerámica Coyotlatelco, Clasico Tardío.
  • Derecha: Escultura destruida del palacio de Xala, Teotihuacan, Clasico Tardío.

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