La nación a lo largo de 500 años se ha conformado su identidad basados en el estado mexica, el cual fue la organización política más importante del Posclásico al momento de llegada de los españoles, razón por la cual desde Hernán Cortes y posteriormente las autoridades virreinales convirtieron a México-Tenochtitlan en el centro del nuevo orden hispano y de ahí se continua su importancia con la independencia, ya que las elites criollas se sintieron identificados con los mexicas para legitimar su papel en la sociedad en perjuicio a los peninsulares. Con el influjo del nacionalismo, la concepción sobre lo mexica o lo azteca iba evolucionando según el nivel de conocimiento, desde atribuir su génesis como parte de las migraciones semíticas, la predica de Santo Tomas, contactos asiáticos, hasta concluir con el origen autóctono de este y del resto de pueblos mesoamericanos, buena parte de fue de la mano con la expansión del conocimiento y avance de los trabajos de investigación, pero esta siempre estuvo matizada por las concepciones populares que fueron deformando su sentido, saliéndose completamente del sentido origina. En esta publicación veremos algunas de estas leyendas que persisten hasta el día de hoy.
Uno de los principales mitos tiene que ver con su origen, ya que las fuentes del siglo XVI donde se incluyen códices coloniales como la Tira de Peregrinación relatan que los entonces aztecas salieron de un lugar llamado Aztlán “el lugar de las garzas”, el cual vemos se trata de una población localizada en una isla en medio de un lago, también contamos con otro relato donde salen de otro lugar llamado Chicomóztoc “el lugar de las siete cuevas” donde compartieron origen con otros pueblos como los xochimilcas, tlaxcaltecas, tlahuicas, chalcas, tepanecas y acolhuas, los cuales salieron en diferentes años para ocupar sus nuevos hogares y los últimos serían los aztecas. Sobre la idea generalizada que contamos es en lo referente a su ubicación, todas las fuentes nos indican que se encontraba al norte, por lo que han surgido varias propuestas donde han puesto como candidatos a EU, de esta idea en el siglo XIX se llegó a plantear la posibilidad de vincularlo con los yacimientos de las civilizaciones del Mississippi, incluso uno de estos sitios en Wisconsin fue bautizado como Aztalan siguiendo esta idea, pero los pocos vínculos que se han existido entre la región de las riberas del Mississippi con Mesoamérica como la ausencia de pueblos con una raíz étnica han desechado esta posibilidad.
La región que tiene más vínculos con este origen norteño es el suroestes estadounidense, ya que los nahuas forman parte de la gigantes familia lingüística de los yutoaztecas, los cuales abarcan diferentes grupos indígenas como los mono, comanches y paiute que están fuera de toda relación con la civilización mesoamericana, los hopis, pápagos, pimas, tepehuanes, yaquis, mayos, tarahumaras que tuvieron relación con la civilización mesoamericana y que tienen diferentes modos de vida como el agrícola con el caso de los hopis, de rancherías como los mayos, yaquis y tarahumaras o nómadas como los pimas y pápagos, así como grupos de tradición mesoamericana como los huicholes y las diferentes su variantes nahuas como los pipiles. A favor de este propuesta encontramos la afinidad lingüística de estos pueblos y a que del 1000 al 1300 la región de Oasisamérica tuvo un periodo de decadencia donde grandes poblaciones como los de la cuenca del rio Gila, el Cañón del Chaco o Paquimé fueron abandonados, pero en contra de esta propuesta contamos con la arqueología, ya que gracias a los vestigios encontrados todo indica que se aglutinaron en la cuenca del rio Grande en Nuevo México y en Arizona para ser los ancestros de los actuales indios-pueblo, por lo que no hay una relación entre estos grupos con los mesoamericanos del Posclásico.
Arqueológicamente, la propuesta más probable tiene que ver con el proceso de decadencia de la llamada región Norte de la zona mesoamericana, la cual abarca una franja donde entra el oeste-centro de Durango, buena parte de Zacatecas, Aguascalientes, el norte de Jalisco, Guanajuato, Querétaro, el suroeste de San Luis Potosí y el centro de Tamaulipas. De momento sabemos que a partir del siglo IX hubo un periodo de inestabilidad climática que desestabiliza los periodos de siembra de esta región, pero el aumento de las sequias también provoca el aumento de las incursiones de las tribus nómadas que lucharon por adquirir los pocos recursos disponibles, provocando con ello que la región fuese abandonada gradualmente y dejaron su lugar a los llamados “chichimecas”. A raíz de esto, algunos sitios arqueológicos del norte han querido ser vinculados como el origen de estos pueblos nahuas, siendo uno de los más probables el caso de La Quemada en Zacatecas, perteneciente a la cultura Chalchihuites establecida en Durango, Zacatecas y Aguascalientes, pero en contra de esta propuesta contamos con la nula afinidad de los vestigios con los atribuidos a los grupos nahuas del Posclásico Temprano, en cambio los que si parecen ser sus herederos son los purépechas, ya que tanto su cerámica y su estilo artístico están relacionados, por lo que es posible que los chalchihuiteños hayan sido los ancestros de los purépechas y que mantenían una red de contacto entre el centro Michoacán hasta el norte.
El Occidente también es una de las regiones candidatas para poder albergar Aztlán, hubo dos candidatos que fueron considerados en su momento, el caso del reino de Aztatlán que abarco el sur de Sinaloa, Nayarit, buena parte de Jalisco y Colima, donde gracias a los trabajos de las últimas décadas nos indican que fue entre Nayarit y Jalisco donde se originó el estilo artístico que estaba de moda en el Posclásico, el Mixteca-Puebla, ya que se han encontrado vestigios de mayor antigüedad que los del Centro de México, pero de nuevo los vestigios cerámicos no logran concretar estos vínculos. Pero una de las que si ha sido descartada tiene que ver con el caso de la isla de Mexcatitlan en Nayarit, localizado en un sistema lacustre en Ixcuintla daba todas las señales para ser considerada la cuna de los mexicas, esta iniciativa fue propuesta por varios historiadores jaliscienses como José López Portillo y Rojas desde finales de siglo XIX y para mediados del XX empezó a tener un mayor apoyo por los arqueólogos, pero al momento de realizar los sondeos arqueológicos, no se han encontrado ninguna relación con las primeras etapas de los mexicas. Actualmente, algunos investigadores han señalado que un candidato probable puede ser Cerro Culiacán, localizado al sur de Guanajuato y que según las fuentes españolas del siglo XVI ha sido vinculada con el mítico cerro Colhuacan y con Chicomoztoc, además que se han encontrado algunas evidencias de actividad ritual, pero falta que se concrete con el avance de las investigaciones arqueológicas en el sitio.
El principal obstáculo para rastrear el origen de los mexicas tiene que ver con la cerámica, donde los arqueólogos han localizado como el origen de su presencia en la Cuenca de México con el estilo llamado Azteca I, datado del 1250 al 1299, el cual estuvo en convivencia con el estilo Mazapa y Coyotlatelco que están vinculados con grupos asociados a Teotihuacan y a Tula, de momento se considera una cerámica intrusiva y que se puede inferir un posible origen poblano, lo cual contradice la versión norteña de las fuentes españolas. Una de las tendencias teóricas para desenredar el origen de los mexicas ha propuesto el negar la historicidad del origen norteño y plantear que se trate de un concepto metafórico, con ello se propone que tanto Chicomoztoc como Aztlán no existieron en la vida real, sino que se tratan de lugares míticos el cual tiene el fin de darle un origen divino a los mexicas, una concepción muy generalizada en la literatura mesoamericana y en los testimonios recabados tanto por los cronistas del siglo XVI como en los códices escritos por los caciques de los pueblos.
Sobre esta teoría metafórica, encontramos que tanto Aztlán como Chicomoztoc tienen grandes evocaciones con el inframundo y podría describir su instancia como un periodo donde todavía no estaban identificados como pueblo, por lo que cuando adquieren el conocimiento civilizatorio es cuando adquieren esta conciencia e inician su viaje providencialista en búsqueda de su hogar prometido. Otra posibilidad plantea que estos grupos nahuas pudieron haber tenido su lugar de origen en la misma Cuenca de México, quienes pudieron haber partido como consecuencia de la actividad volcánica del siglo I que provoca el abandono de Cuicuilco (también se les ha vinculado como grupos que huyeron de Teotihuacan y su tiempo de decadencia), por lo que el origen norteño puede interpretarse por el tiempo en que estuvieron como grupos de choque establecidos en la frontera mesoamericana y que cuando las condiciones de vida se hicieron difíciles emprenden el viaje de regreso, esto podría explicar el vínculo de Cuicuilco con los pueblos agricultores del Bajío y con el Occidente, lo que posteriormente derivo en la cultura Chalchihuites, pero solamente el avance de las investigaciones arqueológicas podrían darnos una respuesta definitiva sobre el origen.
Asociado a esta polémica, tiene que ver con la idea generalizada de su identidad “chichimeca”, por lo que se ha popularizado la versión de que se trató de un grupo de nómadas que llegaron a la cuenca y en pocos años lograron desarrollar una gran ciudad capaz de convertirse en uno de los poderosos imperios mesoamericanos. Tengo varias ideas en contra de esta versión, en primera al nivel histórico hemos encontrado que las tribus nómadas no se adaptan fácilmente a una vida sedentaria, el ejemplo que demuestra esto lo tenemos en la conquista del Norte de México, donde los misioneros se quejaban como los indígenas no se adaptaban a la vida agrícola y era común que solo estuvieran en las misiones una temporada para proseguir con su ciclo errante, esto solo pudo acabar después de largos periodos en que se fueron convirtiendo al cristianismo, la influencia con las poblaciones hispanas y ni que decir las guerras y epidemias que los fueron diezmando. La segunda tenemos con respecto al pasado mesoamericano de la región Norte, además cabe mencionar que estos mesoamericanos norteños tuvieron que adaptarse a la cultura de los nómadas para poder defenderse de sus ataques y además incorporaron la parafernalia guerrera a su modo de vida, por lo que estos “chichimecas” ya tenían los conocimientos civilizatorios, pero habían adoptado la identidad norteña como forma de ganar prestigio como guerreros.
En estos tiempos, los sectores «descolonizadores» se han negado en catalogar al estado mexica como imperio, ya que dicen el regimen del tlatoani poco tiene que ver con los estados creados en Europa y el rechazo de este termino tiene un intento por «desterrar» el eurocentrismo del conocimiento argumentando que no existía una estructura equiparable, cambiando la terminología dependiendo de quien lo dice, por un lado están los académicos que siguen esta línea y proponen que se trato de un estado nacido por asociación de otros, mientras en el otro se encuentran los sectores nacionalistas radicales como los mexicanistas proponen que era una democracia idílica en manos de un consejo constituido por los mas ancianos del pueblo. El que el estado mexica sea considerado un imperio no tiene que ver con un intento de emular a lo surgido en Europa, sino por la convención sobre el termino imperialismo para designar a un pueblo que llega a tener en su desarrollo histórico una etapa expansionista donde someten a sus vecinos para obtener diferentes beneficios, esto sin importar que se trate de una monarquía o no, que en el caso de los mexicas era una monarquía donde se elegían los miembros de una misma familia sin un orden de primogenitura, similar a lo que hacen los árabes. Y creo que resulta irónica este intento de corrección «descolonizadora» tomando en cuenta el sector que lo impulsa ¿No son ellos los que llaman a Estados Unidos un imperio? Segun su puritanismo moral, el imperialismo yankee no existiría, a menos que como muchos otros usen los temimos según les convenga.
Por último, una polémica tiene que ver sobre si es correcto decirles aztecas a los mexicas, esta denominación surge por parte de los ingleses, ya que como los españoles en los 300 años de dominio identificaban a los novohispanos como “mexicanos” al formar parte del Reino de México, los intelectuales anglosajones para evitar confusiones era importante marcar esta diferencia entre los mexicanos contemporáneos y los precolombinos, encontrando en la denominación “azteca” adecuada para estos fines. Este término no conlleva ninguna carga peyorativa, pero si nos atenemos a las fuentes encontramos que el gentilicio azteca debía de ser usado desde su “partida” de Aztlán hasta la fundación de México-Tenochtitlan, por lo que no conlleva ningún problema real si se les conoce como mexicas o aztecas, aunque ateniéndome a este orden cronológico los llamo mexicas. Espero que les haya servido para ir aclarando muchas dudas sobre su origen, como siempre hay que estar atentos a los resultados que nos brindan las investigaciones en curso y sobre todo no casarnos con una idea, ya que continuamente se va actualizando el conocimiento.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
Imagen: Maqueta de Mexico-Tenochtitlan del Museo Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de Mexico. Fuente: https://twitter.com/Cuauhtemoc_1521/status/742352553409544192