CUÉNTAME A VENEZUELA Capitulo 1. Parte 1.


EL PRIMER PERSONAJE

Hace 20.000 años, el territorio de lo que es hoy Venezuela tenía más
bosques, más selvas, más ríos, más animales salvajes de los que hay hoy en día, pero no había hombres. El hombre aparece en América tardíamente, hace no más de 20.000 años, cuando en
África, en Asia y en Europa se señala su presencia hace centenares de millares de años, y aun millones. Llegó muy posiblemente de Asia por lo que era entonces el istmo de Behring, y fue bajando y poblando el territorio americano en un proceso lento y continuo de miles de años. Tal vez algunos vinieron navegando por el Pacífico, pero de esto no sabemos mucho.

A Venezuela debió llegar apenas entre hace 8.000 y 15.000 años, y por tres vías, una parte viene
del Este, otra por el Sur, por lo que hoy es el Brasil, y otra por las Antillas. Esta población indígena es dispersa, poco numerosa, va ocupando el territorio en un proceso muy largo; tienen distintas lenguas, distintas religiones distintas culturas; algunos son meros recolectores y cazadores, apenas y elementalmente pescadores, otros comienzan a tener una agricultura que a veces llega a ser avanzada, como en la región de los Andes, y hay otro tercer grupo muy guerrero, navegante, agresivo, que es el de los Caribes. Esto es lo que constituye la base de esa población indígena venezolana para fines del siglo XV. s entonces cuando va a aparecer el segundo personaje de nuestra Historia. Cuando la Historia
comienza.

Pero en esta etapa de Prehistoria, lo que tenemos es la población indígena con distintas culturas, dispersa en lo que hoy es el territorio del país, con distintas creencias, diferentes lenguajes y niveles culturales, con poco contacto entre sí, viviendo aisladamente en sus tribus, en sus rancherías. De ellos nos ha quedado una herencia varia que está viva en palabras, muchos de
los nombres que hoy empleamos vienen de los indios. También están presentes en nuestra alimentación el casabe, la arepa, el ají, y en la vida social el conuco, el rancho nos viene como legado de la población indígena. Los indígenas nos legaron culturalmente muchas cosas y fueron, sin duda, el primer personaje que aparece en el territorio de lo que llegó más tarde, a través del proceso histórico, a ser Venezuela. Es, por lo tanto, el indio americano ese personaje
que se mantiene con una evolución muy lenta, con sus cerámicas, sus creencias, su estilo de vida, hasta el momento en que amanece la Historia, que para Venezuela comienza tardíamente, ya en el siglo XVI.

EL SEGUNDO PERSONAJE

A mediados de 1498, tres veleros se acercan a la Isla de Trinidad. Aquí comienza nuestra Historia, y termina la Prehistoria. En esos tres veleros vienen Cristóbal Colón y un grupo de españoles que le acompañan en su tercer viaje a América. Estos hombres representan la mentalidad caracterizada y distinta del segundo personaje de nuestra Historia. Durante miles de años no tuvimos sino el indio americano, ahora aparece el europeo en la figura de Colón y de sus compañeros. ¿Quiénes eran ellos? Unos españoles del siglo XV, unos hombres imbuidos de una idea religiosa profunda, que venían de una herencia de lucha contra los infieles, con un gran
propósito de unidad y de predominio de la fe católica como la misión fundamental del hombre. Traían una herencia grecolatina, una herencia cristiana, una militancia de afirmación de la fe, y acababan de encontrar un mundo desconocido. Nunca habían visto un indio, nunca habían estado en contacto con una tierra semejante a América, de modo que fue un encuentro total y nuevo que abrió unas perspectivas extraordinarias de ajuste, de choque, de encontronazo
violento que es el comienzo de nuestra Historia.

¿Qué venía buscando Colón?
Descendiendo un poco más debajo de la ruta que le había llevado a las Antillas,
venia buscando topar con una masa continental. No sabía que se trataba de un
Continente nuevo, él seguía pensando en ese momento que había llegado a las
costas de Asia. Al llegar frente a Trinidad, entra en lo que llamamos hoy el
Golfo de Paria, y en este acto hace el descubrimiento de lo que hoy es el territorio de Venezuela. Penetra en el Golfo, recorre sus costas, hace un reconocimiento muy superficial y rápido, pero advierte ciertas cosas muy importantes. La primera que advierte es la presencia de una gran cantidad de agua dulce. Piensa que debe provenir de un gran río, y si hay un gran río es prueba de que hay una masa de territorio muy grande que lo produce y, por lo tanto, sospecha que está
frente a una masa continental. Pero como tiene la cabeza llena de ideas místicas y proféticas, cree que ha llegado no solamente a Asia, sino a las cercanías de donde se encuentra el Paraíso Terrenal. Hasta entonces había encontrado islas, y lo primero que piensa es que ésta es una isla, y la llama Isla de Gracia. Pero luego sospecha que está frente a una masa continental, y
que aquella agua dulce proviene de uno de los ríos que salen del Paraíso.

Esta es la primera visión de un europeo de lo que es hoy Venezuela, el primer contacto con los
indios que poblaban ese territorio en la parte oriental.

Colón tarda muy poco. De allí pasa rápidamente a través del Golfo de Paria, sale frente a Margarita y regresa hacia Santo Domingo. Ese es el primer contacto en que aparecen estos dos
personajes que van a ser tan fundamentales en el desarrollo de nuestro proceso histórico.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

FUENTE: USLAR PIETRI Arturo. “Cuéntame a Venezuela”. Editorial Lisbona, S.
A. Caracas,
Venezuela, 1981.
REVISIÓN Y RECOPILACIÓN: Rubén Alvarado. 2023.

Imagen:

  • Izquierda: S/D. Cristobal Colon llegando a America, siglo XIX.
  • Derecha: Figura sentada en un taburete. 1000 al 1500 d.C.

Los graniceros y tiemperos, el vínculo entre Mesoamérica y la era contemporánea.

Todas las culturas en el mundo tienen lo que conocemos como el “núcleo duro”, el cual preserva la identidad de un pueblo en específico conservando sus características, pero como medio de sobrevivencia ante los azares del tiempo tiene la capacidad de cambiar sus rasgos superficiales sin perder la esencia, de ahí que diferentes pueblos les den a las influencias extranjeras un uso propio que atiende a las necesidades de esta idiosincrasia. Esto sucedió con el caso de las religiones mesoamericanas al entrar en contacto con el orden colonial, el cual tuvo que despojarse de elementos superficiales como el culto a los dioses o las practicas sacrificiales para adoptar las que tenían una equivalencia en la cultura católica para no ser molestados por las autoridades civiles y religiosas, logrando con ello su sobrevivencia hasta el día de hoy. Una de estas tradiciones que llegaron a nuestros tiempos tiene que ver con las personas que tienen la capacidad de “controlar” los meteoros para poder asegurar la cosecha de las comunidades del Centro de México, siendo conocidos como los graniceros o tiemperos y quienes llegan a tener comunicación con espíritus que los ayudan en su misión como el caso de los volcanes.

De las fuentes llegadas de los tiempos de la conquista, nos relatan la existencia de estas personas que fueron marcadas por una señal divina como el ser alcanzados por un rayo o a través de sueños y con ello obtuvieron la capacidad de controlar los vientos, las nubes, el granizo y las lluvias para ir dosificándola a las necesidades de su pueblo, estas condicionantes de la transferencia de este conocimiento son alusiones directas a su asociación con los dioses del agua Tlaloc y Chalchiuhtlicue como los principales depositarios de estas habilidades. No queda claro por las crónicas si estos “magos” pertenecían a los sacerdotes dedicados al culto al agua o si se trataban de especialistas auxiliares fuera del clero mesoamericano, lo cierto es que con la conquista española sus actividades pasaron a ser clandestinas al quedar desligados del antiguo aparato religioso, en cambio, adoptarían las practicas devocionales católicas emulando las acciones de los frailes (como fray Martin de Valencia) para ir construyendo la nueva forma de pedir las lluvias invocando a Jesus, los ángeles, la virgen y los santos para que intercedan por ellos.

Dadas sus habilidades tanto para controlar las lluvias como para la realización de rituales para el beneficio individual, siempre contaron con la protección de los pueblos ante cualquier amenaza de persecución por parte de las autoridades, las cuales con el tiempo se sumaron a la protección sin hacer mucho caso a las órdenes, dejándonos un amplio número de testimonios donde los mandaban a llamar para que realizasen sus ceremonias de petición en diferentes pueblos a cambio de una paga. Actualmente, sabemos de su presencia en diferentes comunidades de estados como Puebla, Morelos, Estado de México, Tlaxcala, Veracruz o la zona rural de la Ciudad de México, todos ellos se dedican a procurar las necesidades espirituales de los cerros para poder seguir dando las lluvias, siendo sujetos de culto montañas como el Ajusco, el Tecuhtli, el Nevado de Toluca, el Iztaccíhuatl, el Malinche, el Pico de Orizaba, entre otros, pero el que reúne una mayor atención por estos especialistas del tiempo es sin duda el Popocatépetl al irle a rendir culto los tiemperos de diferentes comunidades al reconocerlo como el más poderoso.

La relación de los tiemperos pertenece a la tradición chamánica, donde a través de los sueños o por señales en su entorno los espíritus de las montañas se comunican para hacerles saber sus necesidades, ya sea alguna ofrenda en específico como comida o algún objeto que les interese, alguna cruz o elemento devocional caído en algún paraje, determinados rezos, entre otros más. A lo largo de las diferentes comunidades, a estos especialistas se les conoce con diferentes nombres, desde denominaciones nahuas como tlamacasque (aludiendo a los antiguos sacerdotes prehispánicos), claclasquis, ahuaquete, trabajadores del tiempo, señores del tiempo, tiemperos o graniceros, esta última si bien encontramos referencias a su uso en obras como Sahagun, en algunos pueblos se les hace un término ofensivo porque evoca a que hacen el mal al “llevar el granizo”. Fuera de la zona Izta-Popo vamos a encontrar la existencia de este oficio asociado a los volcanes de la región, en el Cofre Perote y el Pico de Orizaba encontramos a los “hermanos”, quienes defienden a los campesinos de los ataques de los espíritus llamados tlamatines quienes usan el poder del rayo para cometer fechorías, así como en el pueblo de Tilapa en Santiago Tianguistengo encontramos entre los otomíes la tradición de los graniceros, el Valle de Toluca tiene su cuerpo de quicazcles quienes dirigen sus rezos al Cerro de Olotepec y en Xalatlaco se les llama ahuizotes y su culto gira en torno al señor de Chalma.

Además de prestar como servicio social su poder para comunicarse con los espíritus de la montaña, también son personas con profundos conocimientos de la medicina tradicional, ya sea con la curación por medio de plantas medicinales de la región o con métodos basados en el pensamiento mágico como la realización de limpias en el caso de que detectasen un mal proveniente de algún espíritu. Todos ellos se deslindan del uso de sus habilidades para realizar el mal a diferencia de los brujos, ya que consideran que sus poderes fueron dados por Dios, teniendo como misión la de realizar el bien a su comunidad, por lo que van a hacer todo lo posible por ser de utilidad para su pueblo al convertirse en intercesores entre lo divino con lo terrenal, un punto de vista en vías de extinción ante el avance del secularismo y la urbanización frente al mundo rural, pero siguen teniendo vigencia al convertirse en representantes de la espiritualidad indígena tan poco valorada en los tiempos modernos.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: David Lorente Fernández. Graniceros, los ritualistas del rayo en México: historia y etnografía, de la revista Cuicuilco no. 47.

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Imagen: Andres Lobato. Tiemperos realizándole ofrendas al Popocatepetl, marzo del 2023. Fuente: https://www.milenio.com/estados/tiempero-festeja-volcan-popocatepetl-mision-cumplida-goyito

La sociedad colonial venezolana I.

El siglo XVI español fue un período de grandes cambios en su sociedad, habían vencido a los musulmanes en 1492, mismo año en que llegan al continente americano donde se asentarán, dando origen a nuevas sociedades, en las que se mezclarán racialmente con nativos y foráneos (como los negros del África), además de explotar el territorio, no solo a través de la agricultura – ganadería, sino en las minas de metales preciosos.

Durante este siglo XVI los españoles aun poseían una mentalidad que podríamos denominar “medieval”, la cual transportaron al territorio venezolano, ¿en qué sentido?, en el sentido de su concepción de clase o castas sociales (blancos criollos “mantuanos”, el papel jugado por la religión, aunado a un ideal caballeresco, que también era palpable en España, siendo uno de varios ejemplos, Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús en 1540, quien toma el ideal caballeresco pero enfocado en la lucha por la evangelización del cristianismo.

En Venezuela desde aquel siglo XVI se desarrollan estructuras sociales que marcarían la vida en la sociedad venezolana, diferenciándose por el color de piel y la clase social, aunque siempre el factor racial era predominante. En este sentido, podemos hablar de cuatro razas distintas que poseían sus propias separaciones: los blancos, los indios, los negros y los pardos. Conozcamos cada uno de estos grupos.

Blancos

Los blancos españoles que fueron los primeros en llegar al territorio, dieron origen a la estirpe de los blancos criollos, quienes tenían en sus manos el poder de los cabildos o el comercio de las grandes plantaciones, como el cacao o café.

Los blancos españoles eran conocidos como peninsulares, este grupo era el único que podía ejercer el gobierno en nombre de la Corona.

Por ejemplo, en Venezuela luego de 1777 por orden de Carlos III, el territorio venezolano se conformaba como una Capitanía General, en este sentido, los capitanes generales eran traídos directamente de España al igual que los Gobernadores; teniendo en numerosas ocasiones, diferentes pugnas con los blancos criollos.

Por su parte, los blancos criollos (conocidos como mantuanos, únicamente en Caracas) fueron los hijos de los primeros conquistadores del territorio, se hicieron dueños de las mejores tierras para la agricultura, poseían negocios acaudalados, y gracias al poder que les confería su dinero junto a la consciencia de pertenecer a un grupo limitado de familias, se hicieron con títulos nobiliarios comprados a la Corona, tal como sucedió con el Marqués del Toro o el Conde de la Granja, quienes fueron personajes importantes durante los últimos tiempos coloniales e inicios de la era independiente.

Existía además una última clase de blancos en Venezuela, nos referimos a los blancos “de orilla”, quienes provenían de las Islas Canarias y en nuestro país, realizaban actividades relacionadas al comercio, como por ejemplo los dueños de pulperías, o trabajaban de manera particular en la agricultura.

Eran un estrato social inferior a los otros grupos de blancos, y era casi imposible que ostentaran alguna dignidad política superior, siendo el caso del padre del prócer Francisco de Miranda, uno de los casos más llamativos de cómo la élite de blancos criollos, cerraba el paso a quienes no pertenecían a su estatus social.

Indios

Los indios eran los pobladores originarios de Venezuela y de todo nuestro continente americano, sin embargo, poco a poco fueron despojados de sus tierras por los españoles con su concepción de urbanismo europeo, que chocaba plenamente con las formas de vida de los habitantes originarios.

En Venezuela existían un gran número de diferentes grupos indígenas, siendo destacables dos grupos lingüísticos, los arawak y caribes, aunque existieron (y todavía hoy) otros grupos lingüísticos que se salen de estas dos familias predominantes.

Al principio de la conquista los indígenas se intentaron utilizar como esclavos, tal como sucedió en la isla de Cubagua durante el sacado de las perlas, aunque la reina Isabel la Católica, los había nombrado vasallos de la Corona, por lo que eventualmente, los negros africanos tomarían el lugar de trabajo que tomarían los indígenas en Venezuela.

Con el tiempo, los indígenas luego de guerrear y ser vencidos en los puntos principales donde se establecieron los españoles, se quedaron al margen de estos sitios urbanos, viviendo en las selvas del sur o en montañas, en las que continúan viviendo hoy, como el caso de los Yanomamis en Amazonas o los Pemones del Estado Bolívar, ambos al sur del país.

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Leopoldo Agreda Lovera

Bibliografía:

SISO MARTÍNEZ, J. M. “Historia de Venezuela”.

STRAUSS, Rafael, “Tiempo Prehispánico de Venezuela”.

Diccionario de la Fundación Polar.

Imagen: Cesar Rengifo, Mural titulado «El mito de Amalivaca»1955

Las consecuencias de las epidemias en los primeros años de la conquista.

Un actor completamente inesperado en los procesos de conquista española fueron sin duda las nuevas patologías surgidas por el contacto entre ambas poblaciones, además de la evidente mortandad provocada por su lenta dispersión, los pueblos indígenas interpretaron estos hechos como parte del castigo divino propinado por sus dioses tanto por el fin de los ritos o de plano su completo abandono por razones que ellos mismo no comprendían. Si a esto le sumamos las campañas militares de sometimiento, el cambio que representaba la administración española con la supresión cultural realizado por la evangelización, los abusos propinados por los conquistadores valiéndose de sus privilegios de la encomienda y la compulsiva búsqueda por el oro, vamos a encontrar un ambiente de desazón donde los indígenas no podían adaptarse ante el desorden de los nuevos tiempos. Uno de los primeros problemas surgidos tenemos el desabastecimiento de alimentos ante la perdida de los campesinos, ya que sumados a los muertos por las epidemias tenemos que los sobrevivientes eran repartidos entre los trabajos de las minas o el llevarlos a las campañas de expansión, por lo que el hambre fue muy común en estos años de adaptación.

Los problema psicológicos también fueron muy generales en este periodo, ya que ante las constantes exigencias por parte de los españoles donde se llegaban a los despojos de sus propiedades o incluso la desintegración de las familias poligámicas por parte de la Iglesia provocaría que muchos indígenas decidiesen acabar con sus propias vidas con suicidios individuales o colectivos, también recurrieron a frenar la reproducción tomando varias tácticas, desde la abstinencia sexual y la práctica de abortos. El alcoholismo fue otro de los problemas recurrentes entre los indígenas, ya que ofrecía una ventana para escapar de la caótica realidad del mundo que se les estaba deshaciendo, lo que a su vez también provocaría el fin de la vida comunitaria y con tal de escapar de los nuevos deberes para con los conquistadores, algunos optaron por huir de sus comunidades y caer en la mendicidad.

El patrón de colonización española era un problema, ya que como la gran parte de los recién llegados estaba constituido por la baja nobleza castellana y los religiosos, no tenían gente que trabajase la tierra y por lo tanto tenían que recurrir a las cuotas de trabajos de los indígenas para poder sostenerse en el poder, esto sería reforzado con la invención de la figura de la encomienda donde se forma un régimen de semiesclavitud amparada en el patrocinio de la evangelización por parte de los conquistadores. De 1521 a 1564 fue el periodo donde las epidemias tuvieron su máxima devastación entre los indígenas, esto tuvo como consecuencia una mayor visibilización de los abusos por parte de los españoles quienes se veían más comprometidos ante la perdida de gente para cobrar los tributos, esto tuvo como consecuencia una serie de reformas decretadas por la corona para arreglar estos problemas, primero con el fin del repartimiento de encomiendas en 1542, después el fin de la esclavitud indígena en y la perpetuidad familiar la encomienda en 1548, finalizando con asegurar la libre contratación remunerada a los indígenas en 1549. Uno de los pasos que rebajaron la presión sobre los indígenas fue la flexibilización del cobro de tributos que podía ser en moneda o en su equivalente en trabajo o en especie, por lo que regiones donde no había metales podían diferir en su forma de paga, así como el respeto a los pactos alcanzados con los indígenas aliados dándoles trato preferencial.

Ya en la década de los 50, la corona da por finalizada la facultad de los encomenderos de movilizar a pueblos para realizar determinadas labores para su beneficio personal, ese fue el caso de los tamemes o cargadores cuyas labores se regularon para a viajes cercanos a sus pueblos. Muchas veces, la conformación del espacio poblacional mesoamericano en los territorios resultaba poco conveniente a los españoles como lugares de difícil acceso en los que estaban, por lo que muchas veces recurrieron a reasentar a las pequeñas comunidades para armar un solo pueblo y con ello facilitar su administración, por lo que supuso el abandono de muchas comunidades que muchas veces se vio incentivada como consecuencia de las epidemias y el traslado de los sobrevivientes para conformar poblaciones más grandes. Si bien el tener una menor población al de épocas precolombinas daba la oportunidad de disponer de más alimento, esto no se lograba porque no había gente que sembrase los campos, por lo que las décadas siguientes del siglo XVI se van a caracterizar por periodos de hambrunas que no podían esquivar la introducción de ganado o de otros alimentos europeos por el corto tiempo de adaptación.

Los cálculos estimados por los investigadores nos señalan que en el siglo XVI pudo desaparecer cerca del 90% de la población indígena en América como consecuencia de las enfermedades, de las cuales se reportan que la mortalidad tanto de la viruela, el sarampión y la peste sobre una población virgen va del 80 al 90%, si a esto le sumamos el clima de tensión social existente por la implementación del nuevo orden español y los problemas provocados por ambas causas vamos a encontrar un periodo muy complicado para los sobrevivientes y favorable para los conquistadores. Ya para el siglo XVII, la población indígena se fue inmunizando y la mortalidad fue bajando, pero ya encontramos que estos ya estaban adaptados al sistema virreinal, dando la oportunidad para que persistiese en los dos siglos siguientes con determinados altibajos provocados por la violación puntual de ciertas autoridades de los pactos alcanzados para garantizar el status quo.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Elsa Malvido. La población, siglos XVI al XX.

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Imagen: Recaudación de tributo de oro por los españoles, Códice Tepetlaoztoc, 1554.

Los españoles y la repoblación de la Nueva España.

Las implicaciones del descubrimiento de América hicieron que replanteen la posición de los españoles con respecto a las nuevas tierras y sus habitantes, ya que la adjudicación hecha por parte de Roma hacia la monarquía hispana les daría el compromiso de cristianizar a los nativos para expandir la “palabra de Dios”. Es sabida la concepción que tenían los europeos del Renacimiento con respecto a los pobladores de otras naciones fuera de su zona cultural, donde a los africanos les desconocen su condición de humanos y por lo tanto se justificaba que fuesen esclavizados y sean considerados como objetos, para evitar este caso, los religiosos españoles interceden ante la corona para defender su condición de seres humanos como lo demostraron con las civilizaciones encontradas como la mexica o la inca, pero esto no evito que fuesen vistos en una calidad inferior a los españoles al ser considerados como “gente sin razón”, eternos menores de edad que siempre habría de estarlos supervisando, mientras los indígenas que se mantenían en una posición poco receptiva a la evangelización como las tribus nómadas no había de otra más que el exterminio.

Esta concepción racista que traían los europeos hicieron que las autoridades coloniales estableciesen dos modelos divisiones políticas, la “republica de españoles” donde podían asentarse los peninsulares y su descendencia donde recreaban la forma de vida europea, mientras en la “republica de indios” los indígenas podían mantener sus formas de gobierno tradicional, pero siempre bajo una estricta vigilancia de los religiosos quienes se aseguraban de que siguiesen viviendo bajo los mandatos cristianos y a su vez se aseguraban de mantenerlos alejados de las “perversiones” de los europeos. Fuera de estas realidades y sin ninguna clase de protección estaban tanto los esclavos africanos como los mestizos y los indios no “civilizados”, manteniendo una posición al margen de ambos mundos y sin gozar de ninguna clase de prerrogativa que los ampare, el único elemento que les podía ofrecer cierta protección era la Iglesia que podía interceder por ellos por su calidad de “cristianos”. A su vez, el poder de la corona y el de la Iglesia estaban debidamente delimitados en el nuevo orden, mientras el rey se encargaba de ver por la población y de los cobros de los tributos para mantener el gobierno, la Iglesia se encargaba de velar por su bienestar espiritual, así como estar al pendiente de los censos al tener los registros de los bautizos, casamientos y defunciones de la gente.

Desde los primeros años después de la caída de México-Tenochtitlan, los nuevos territorios fueron un punto de interés para los españoles al ofrecer una nueva oportunidad que ya no podía ofrecer Europa para su crecimiento, se sabe que de 1533 a 1539 debieron de haber llegado 8,000 migrantes españoles de los que se tienen registros más los que entraron de forma ilegal y que eran considerados como indeseables como los judíos y musulmanes conversos. De esta ola llegada en el siglo XVI, la mayoría fue de origen andaluz al representar el 29% de los migrantes, estos fueron seguidos por los procedentes de Castilla la Vieja con un 19%, de Extremadura con un 18%, de Castilla la Nueva con 8% y el resto se repartió de migrantes de otros lugares de la península o incluso de otras naciones europeas. El principal atractor para los españoles de cruzar el Atlántico fue sin duda la promesa de adquirir riquezas rápidas gracias a los yacimientos de plata, primero fue Perú quien tenía una avanzada industria orfebre por el uso intensivo de metales preciosos por parte de las civilizaciones andinas, posteriormente hacia la década de los 50 en la Nueva España se encontraran los yacimientos de Taxco, Guanajuato y Zacatecas que redirigieron la migración española, pero provocaron serios problemas poblacionales en la península.

La gran parte de los migrantes europeos era de población masculina, quienes estaban más dispuestos a lanzarse a la aventura que significaban las exploraciones o los trabajos en las minas, siendo buena parte solteros los que llegaron y que no tuvieron problema con entablar relaciones con mujeres indígenas (ni que decir de las relaciones fuera de matrimonio), siendo uno de los principales factores para el nacimiento del mestizaje, quienes debido a su situación donde no eran considerados ni españoles ni indios, dependía de sus rasgos para que pudiesen integrarlos en alguna de estas dos sociedades. Llegaron a existir problemas con los casos de los hijos repudiados, quienes al ser negados por parte del padre o de la madre quedaban en una situación de completa indefensión debido a esta indefinición racial o a que eran mal vistos por los pueblos, por lo que la corona dicta una cedula real para que el gobierno virreinal se encargase de la crianza de estos huérfanos hacia 1533, pero en cuanto crecían era cuando tenían las dificultades al no poder acceder a las mismas oportunidades de cualquiera de las dos potestades.

Debido a la posición de indefensión que tenían las mujeres en las sociedades europeas, existieron barreras sociales que impedían a que se decidiesen a establecerse al otro lado del océano, ya sea con el eterno estigma del “sexo débil”, por lo que estaba muy vigente la idea de que si realizaban el viaje podrían morir con facilidad en manos de los nativos. Una vez pasados los años de conquista y violencia, había más incentivos por parte de las mujeres para migrar, buena parte de ellas en búsqueda de sus maridos, aunque fue muy común que se encontrasen con la sorpresa de las familias fuera de matrimonio de su pareja con indígenas o esclavas africanas, llegando a entablar conflictos judiciales para asegurarse su parte del patrimonio para sus hijos. Con el caso de las mujeres, las autoridades siempre se mostraron celosas en cuanto a que relacionasen con las demás castas, provocando que muchas de ellas en situación de pobreza quedasen solteras y encontraran en las cofradías una institución que las protegían, esto hizo que el estado les diese una dote de cerca de 300 pesos para que en el día del santo patrono de la cofradía pudiesen salir en procesiones para conseguir marido o poder entrar al convento, y en caso de no optar por esas opciones quedaba entrar en las Casas de Recogidas junto a viudas y madres solteras pobres.

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Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Elsa Malvido. La población, siglos XVI al XX.

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Imagen: Anónimo. De Español y Mestiza, Castiza. Cuadro de Castas, siglo XVIII.

Los pueblos indígenas de Oaxaca ante la desamortización de 1857.

El panorama de la primera mitad del siglo XIX mexicano era completamente desalentador, victima tanto de invasiones extranjeras, asonadas políticas y un constante clima de rebelión hizo que el país no pudiese superar la crisis provocada por la guerra de independencia, a esto hay que sumarle el inconcluso proceso de desamortización que estaba llevando a cabo la monarquía borbónica contra las corporaciones para tratar de salir avante ante el contexto económico global. Este compromiso fue asumido por el sector liberal que vieron como primordial la imposición de un sistema de libre competencia económica para alentar consolidación del país y con ello poder sumarse al concierto internacional, donde como el resto de países hispanos estaban atrasados.

Con el triunfo de la revolución de Ayutla en 1854, los liberales moderados y radicales asumieron el poder y pronto se pusieron a trabajar para dotar al país de una constitución donde se impulsen los cambios necesarios para poder solventar los males que aquejaban a la sociedad, reemplazando la constitución de 1824 que había resultado inoperante ante el nulo respeto de las facciones políticas como los conservadores. El argumento de los liberales para combatir este sistema era que cada grupo o corporación tenían derechos propios que los diferenciaban del resto de la sociedad, como el caso de la Iglesia, los decadentes gremios y las comunidades, por lo que era necesario equiparar a toda la sociedad a un mismo campo normativo donde todos estuviesen en igualdad ante la ley brindada por el propio estado, con ello esperaban sentar las bases para iniciar el desarrollo nacional. Con esta idea fue planteada la Ley Lerdo en 1856, donde se pretendía disolver las propiedades corporativas tanto de las organizaciones eclesiásticas como de las comunidades para incentivar la participación privada en la economía, por lo que se propuso que los arrendatarios de estas tuviesen preferencia en adquirirlos por el 6% valor de la renta pagada anual, en dado caso de no poder adquirirla los ayuntamientos podían ponerla en subasta.

Este movimiento tenía como motor tanto el convertir a los campesinos en propietarios de sus tierras y la revitalización de la economía mediante la puesta en circulación de los recursos aportados por los procesos de compra, por lo que en cuanto se promulga esta ley diferentes estados empezaron a trabajar para aplicar las nuevas disposiciones. Este fue el caso de Oaxaca, donde las primeras comunidades donde se hicieron los procesos de desamortización corresponden a los de mayor actividad agrícola y ganadera, como fueron los casos de Teposcolula, Etla, Jamiltepec, Quiechapa, Tlacolula, Villa Alta, Tehuantepec, Choapan, Teutila y Tuxtepec, donde se expropiaron haciendas, ranchos, trapiches, molinos, huertas, bosques y pastos que estaban al servicio de los ayuntamientos. Con la promulgación de la ley en el estado hacia septiembre de 1857, empieza una campaña en prensa donde informaban continuamente de las propiedades adjudicadas en las diferentes comunidades, así como dar a conocer las que estaban siendo consideradas para la desamortización y el posible valor que le daban, o incluso se dedicaban a publicitar la venta de estas, pero también dieron a conocer cómo iba creciendo la tendencia de que unos cuantos individuos estaban empezando a acaparar propiedades.

Pero durante todo este proceso, la clase política decide hacer caso omiso con el caso de las propiedades comunales las cuales dejan que sigan en sus manos, dejando a los ayuntamientos como los responsables de su administración, produciéndose un desfase entre las leyes nacionales y las estatales. Para este momento, el estado estaba gobernado por la llamada “generación liberal” conformada por políticos salidos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca y estaba conformado en buena parte por familias de grandes potentados de la época virreinal, con excepción de Benito Juárez quien era de extracción indígena y que gracias a su talento se había vuelto la cabeza de la facción al ocupar la gobernatura en 1847 y regresa en 1855 con la llegada a la presidencia de Ignacio Comonfort. Si bien los políticos liberales eran mayoría en el gobierno oaxaqueño, los conservadores que eran representantes del clero todavía tenían una fuerza considerable para desestabilizar las cosas, por lo que durante el último gobierno de Juárez fueron muy comunes las revueltas para desestabilizar su administración, como la rebelión de Jamiltepec que abarcó buena parte de la Costa Chica, así como diferentes motines en la Mixteca.

Hay que remarcar los conflictos en la Mixteca como los que tuvieron una repercusión más profunda por tener como fondo los problemas agrarios y las disputas por las tierras con otras comunidades, siendo estas las que provocaron un mayor gasto para el gobierno de Juárez para reprimirlos y evitar que escalase su nivel, pero esto sirvió a los conservadores para iniciar una campaña de desprestigio, obligando a retrasar u omitir la desamortización de las tierras comunales. Para mediados de siglo XIX, Oaxaca rondaba entre 441,689 a 531,502 habitantes, de los cuales el 88% eran indígenas y estaba dispersa por todas las comunidades del estado (los pueblos no indígenas no llegaron a albergar más que el 13%), a esto le sumamos que cumplían con sus deberes ante el estado al pagar el impuesto conocido como de capitación para los hombres de 16 a 60 años, siendo el principal ingreso estatal. Este último factor fue determinante para forzar a las autoridades del ayuntamiento a pactar con las autoridades tradicionales el mantenimiento de buena parte de los derechos a la tierra que ya poseían para salvaguardar la paz, por lo que la constitución estatal de 1857 se va a diferenciar de a nacional por el descarte de la Ley Lerdo, siendo el proceso de desamortización mucho más tardío que en el resto del país.

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Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Luis Alberto Rioja Diaz Virruel. Pueblos, reformas y desfases en el sur de México: Oaxaca, 1856-1867, de la revista Historia Mexicana no. 64.

Imagen: Jose Maria Velasco. Vista del Valle de Oaxaca, 1887.

Los conflictos de los colonos ingleses en la Costa Este.

Pese a que no se encontraron las grandes riquezas de las colonias españolas, los migrantes británicos mantuvieron una ávida necesidad de conseguir más tierras para trabajarlas, si bien esto llevaría el interés para sostener altos números de migrantes, tuvo como desventaja el no lograr congregarlos en una ciudad para irse a las regiones fronterizas, provocando que puertos como Baltimore o Filadelfia solo fuesen lugares de paso en lugar de asentarse en ellas. En las sociedades hispanas, se lograron contener a los colonos en las ciudades tanto por la predilección por la vida urbana y sobre todo por el peso del poder real, además de servir como incentivo las encomiendas donde recibían su respectiva dotación de trabajo indígena, aunque al poco tiempo este sistema fracasaría por el monopolio de unos cuantos de este “beneficio”. El perfil de los migrantes españoles era de una gran mayoría población masculina soltera o que dejaron sus familias en la península, pero estos tenían problemas al momento de conseguir trabajo al tener que competir tanto con los indígenas como con los mestizos y africanos, además de representar una amenaza para la integridad de los pueblos indígenas.

Como el poder de la corona inglesa era muy débil y los establecimientos coloniales dependían de las concesiones a las compañías colonizadoras, dio pie a que los colonos tuviesen un mayor margen para desplazarse, situación que fue fomentada por el patrón de asentamientos de los indígenas con su modo de vida seminómada y les daba pie a los colonos para reclamar esas tierras bajo la figura de terra nullius. Inicialmente, los colonos tenían las intenciones de establecerse junto con los indígenas para entablar relaciones comerciales de beneficio mutuo, algo que sirvió en los primeros años por la ayuda indígena que recibieron los primeros establecimientos, pero la incomprensión ante las redes de conflictos tribales de la región fomentadas por diferentes rivalidades hicieron que los ingleses se viesen involucrados en conflictos que no entendían y que las mismas tribus también malinterpretaran las acciones de los colonos, provocando un mayor número de conflictos que terminaron en masacres, inoculándose en los colonos la idea de la “traición india” y como no se debía confiar en ellos.

Como al principio se trataron de pequeños asentamientos colonos, los indígenas no tuvieron problema con su llegada e incluso aceptaban venderles terrenos, pero con el aumento del número de colonos y la reducción de las poblaciones indígenas debido a las enfermedades hizo que creciese la presión para tomar más terrenos, llegándose a justificar las invasiones de las tierras indígenas. Esto llevaría a intervenir tanto a los gobiernos de Nueva Inglaterra como el de Virginia para legislar la forma de cómo se debían adquirir nuevas tierras para asentarse, culminando en la aprobación de la ley de 1662 donde se le otorgaba protección a los asentamientos indígenas con respecto a las acciones de los colonos, pero como su población estaba en decadencia por las epidemias de 1616-1617 y 1633-1634, las tribus estaban dispuestas a vender sus tierras con la condición de conservar sus derechos a la caza, la pesca y la recolección en las temporadas. Si bien se había logrado un periodo de paz entre indígenas y colonos después de la Guerra Pequot de 1636 a 1638, al no haber freno a la llegada de migrantes se desataría una nueva crisis en 1675 con el estallido de la Guerra del rey Felipe o Metacomet, donde los wampanoag, Penobscot, narragansett y otras tribus atacan a los colonos, pero terminando en una victoria de los colonos y acabando en un verdadero exterminio hacia 1678.

Las consecuencias de la guerra terminarían por enraizar la completa animadversión hacia los indígenas, transformándose el concepto de terra nullius por el de wilderness para referirse a aquellos terrenos que los rodeaban y estaban llenos tanto de animales como de hombres “salvajes” donde gobernaba Satán, por lo que el deber de los colonos para con Dios era el “domesticar” aquellos terrenos yermos. Como el patrón de colonización hispano no tendía a asentarse en territorios solitarios, el conflicto con los indígenas estaba focalizado en las acciones de los misioneros, por lo que los colonos españoles solo llegaban una vez se había consolidado un núcleo urbano para poder asentarse y con la evangelización se intentaba incorporar a los indígenas en los nuevos asentamientos, pero esto no evito que surgieran incursiones tanto de misioneros como de exploradores que se adentraron hacia el norte de México y en el territorio mapuche en Chile.

La colonización tampoco era una empresa fácil debido a los altos índices de mortalidad entre los europeos y a la falta de personas dispuestas a cruzar el océano, esto era un problema en el caso español donde los únicos interesados en irse era la población joven masculina dispuesta a hacer riquezas fáciles para regresar a su lugar de origen, pero a los pocos años la corona ve la necesidad tanto de consolidar su presencia en ultramar y a su vez de regular el flujo migratorio, por lo que crea la Casa de Contratación de Sevilla en 1503 para vigilar quienes eran los que se asentaban en las Indias y descartando la ida de indeseables como los gitanos, judíos, moros y extranjeros que pudiesen llevar la herejía entre los gentiles. La corona inglesa no le importaba quienes llegasen a instalarse en sus asentamientos, aunque en 1630 Carlos I trataría de hacer un registro de los migrantes, pero no se llega a consolidar un control del movimiento migratorio y daría lugar a una mayor diversidad religiosa al establecer numerosas comunidades cristianas.  

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: John Elliot. Imperios del Mundo Atlántico. España y Gran Bretaña en América (1492-1830).  

Imagen: 

  • Izquierda: Paul Revere. Philip, rey de Mound Hope, 1772.
  • Derecha: Darley. Ataque nativo a los colonos de Nueva Inglaterra, 1886.

Editorial: ¿Tiene solución el conflicto colonizado-colonizador?

Es octubre y como ya se hizo tradición desde hace 30 años en el día 12 empiezan los reclamos y afrentas hacia la injusticia del sistema con respecto al trato recibido hacia los indígenas desde hace 500 años que los ha discriminado y puesto en una situación de sometimiento, ya son muy pocos los países que le dan una connotación de conciliación con la denominación de “Dia de la raza” o “Dia de las culturas”, así como considero completamente inadecuado que en España sea considerado como el “Dia de la Hispanidad”. La conmemoración de la llegada de Colon a América ha pasado a lo largo del tiempo de toda clase de manoseo por parte de los intereses de las clases gobernantes sin llegar en ningún momento a generar una reflexión real sobre las implicaciones de la fecha y solo se usan para reivindicar sus intereses de forma popular, manejando una historia simplista e irreflexiva que llega a los excesos del maniqueísmo.

Desde el nacimiento de los primeros establecimientos europeos en América se ha dado un proceso de apropiación de la historia del lugar, esto fomentado por la actitud de las potencias europeas de poner en una situación de inferioridad a los colonos con respecto a los “metropolitanos” fomentando la idea de que no son capaces de gobernarse solos para así justificar el dominio de grandes territorios sin la necesidad de grandes fuerzas de ocupación. Dado este desprecio de las autoridades coloniales o como forma de resistencia a condiciones que les parecían injustas (como las limitaciones de los tratos con los indígenas para evitar abusos por parte de los colonos), fue que las sociedades criollas empiezan a conformar una extraña amalgama donde se combinan tanto el orgullo por el legado europeo con el indígena antes de la conquista, que en el caso mexicano agarrarían a los mexicas como el componente básico de la identidad, quedando las demás civilizaciones mesoamericanas en un segundo plano, pero sin desdeñar en ningún momento de la fe católica y empoderando cultos nacionales como el de la virgen de Guadalupe como símbolo de la alienación entre lo español y lo americano con el mensaje mesiánico de que Dios eligió a América para que se manifestase la madre de Jesús.

Para el siglo XX y con el surgimiento de ideologías antirreligiosas que las ponía como fuente de atraso y fanatismo como el anarquismo y el socialismo hizo que proliferase a lo largo del mundo estos pensadores quienes cuestionaban los sistemas de dominio colonialistas resistiéndose al legado de Occidente, en México desde la revolución empieza a hacerse presentes grupos jacobinos provenientes del norte (quienes históricamente han mostrado una religiosidad débil) quienes por la actitud de la Iglesia con respecto a su apoyo a los gobiernos de Porfirio Diaz o el dado al golpe de Victoriano Huerta, justificarían que en el nuevo proyecto de nación debía de desterrarse la religión al ser un símbolo de subordinación, dándole un cariz más radical a los reclamos de los liberales del siglo XIX. Es así que usando las viejas reivindicaciones del pasado prehispánico le añaden los reclamos de las clases populares representados en las sociedades campesinas sumándolos al discurso cultural las numerosas manifestaciones de cultura popular, siendo a partir de entonces donde el discurso nacionalista inicia un proceso de transformación donde estas tradiciones con un trasfondo hispano empiezan a ser reinventadas para vender el discurso de que se tratan de manifestaciones sincréticas de raíz indígena, vendiendo la idea de que es posible “rescatar” una supuesta cultura mexicana autóctona libre del legado occidental.

La realidad es que estos movimientos reivindicadores muchas veces no tienen ni pies ni cabeza, esto debido a que actualmente no hay una cabeza intelectual que los dirija hacia una dirección y esto hace que cada grupo interprete las cosas como se les dé en gana. Una muestra la tenemos en la actitud del gobierno mexicano al respecto, sabemos que el partido político tiene una base ultranacionalista donde retoma los viejos postulados de la revolución sobre el legado indígena, por lo que extienden como parte de su lucha por los derechos de las clases populares al ámbito histórico haciendo suyo los reclamos anticoloniales contra la España de hoy. Pero la realidad es que este intento por llevar la lucha contra el “neoliberalismo académico” es más inconsistente que ni ellos mismos siguen ¿Alguien se acuerda que se festeja el 13 de agosto? ¿No se supone que a partir del 2021 iba a quedar como parte del calendario cívico como el “Dia de la Resistencia”? ¿Por qué ahora los grupos de supuesta filiación indigenista quieren llamar al 12 de octubre con la misma denominación si oficialmente ya lo tenemos? ¿Hizo el gobierno algún acto cívico este año comparable con el realizado en el 2021?

Con el concepto del “Dia de la Resistencia” vemos la poca seriedad que se le da desde la política para usarla mediáticamente para favorecer sus intereses, y quedan muy mal los pocos académicos que se han prestado al juego del gobierno quienes los usan aprovechando sus ideologías. Soy muy crítico sobre las afirmaciones de muchas de estos profesionistas quienes aseguran que la llegada de los españoles a América representa el “inicio del racismo”, más que nada por la extensa bibliografía que nos ha llegado del siglo XVI donde se documenta la forma de vida de las sociedades mesoamericanas ¿Y que creen? También había discriminación la cual se extendía hacia otras etnias o incluso podía extenderse a pueblos diferentes pertenecientes a la misma etnia, era tal la preminencia de la vida comunal del altépetl que consideraban a todo aquel extraño como alguien indeseable que no tenía forma de integración, arguyendo incluso que sus pueblos fueron creados por dioses diferentes. Creo que no es justo atribuir el origen de la discriminación a la llegada de los europeos cuando dentro de las sociedades indígenas estaba más que extendida esta idea del “nosotros” contra “ellos” sin un mayor discernimiento y análisis de nuestra historia.

Si ustedes leen las fuentes o análisis sobre la nación mexica, verán como ellos se referían a pueblos como el otomí, los purépechas, los popolucas, los cuitlatecos, los chichimecas y demás etnias ajenas a Tenochtitlan con términos degradantes como salvajes, tontos, barbaros, “mujeriles”, extranjeros y demás términos degradantes donde los ponían en una situación de inferioridad (la traducción del gentilicio de la extinta cultura cuitlateca podía ser la “gente del oro” o la “gente de mierda”). Si nos ponemos muy estrictos con respecto a las interpretaciones modernas sobre la tolerancia y la lucha contra la indiscriminación ¿Tiene sentido que sigamos vanagloriándonos con la identidad mexica si a lo largo de su expansión se valió de la discriminación, las matanzas, la imposición de tributos abusivos donde los más afectados fueron los pueblos mientras sus reyes vivían en la opulencia que les garantizaba el sistema mexica¡? Si parte del activismo posmoderno implica vandalizar y destruir las estatuas de los personajes históricos de la conquista ¿No tendrían que hacer lo mismo con los tlatoque mexicas quienes llevaron la muerte y destrucción a otros pueblos en una típica actitud imperialista? ¿O sus acciones si pueden ser toleradas porque son indígenas y no europeas?

Como he tratado en otras ocasiones, el problema de este indigenismo militante es que implícitamente les otorgan a los europeos un aura de superioridad donde sus “todos poderosos” soldados lograron acabar y someter a todos los indígenas, casi casi los ponen en una categoría de “tontos” que en 300 años no pudieron librarse de un constante ambiente represivo. Siempre se les olvida o esconden a propósito como las autoridades españolas llegaron a pactos con los gobernantes de los pueblos y con ello se hizo aceptable el pagar un tributo tanto al corregidor o al alcalde mayor como su diezmo a la iglesia, el cual iba desde darles una parte de la producción o el mandar a una cuadrilla de trabajadores para hacer labores en las ciudades novohispanas y en las minas. Esto no evitaba que los españoles estuviesen contentos con esta protección otorgada por la corona, por lo que siempre estuvieron a la expectativa tanto de apropiarse de sus tierras como de cobrarles mayores impuestos, esto producirían numerosas rebeliones a lo largo del tiempo las cuales lograron ser sofocadas, aunque tanto las autoridades de las “republicas de indios” como los de las provincias buscasen aminorar los perjuicios para evitar acabar con la rebelión.

Últimamente, el discurso historiográfico ha tratado de buscar un equilibrio entre las reclamaciones de este indigenismo vociferante con el principio de neutralidad que supuestamente prima en esta disciplina, por lo que una de las nuevas interpretaciones que buscan alcanzar este balance están las que señalan la importancia de las alianzas indígenas para hacer posible tanto la conquista como la implementación del orden virreinal. Estas relaciones sin duda existieron y por supuesto que fueron fundamentales para hacer posible la dominación española en América, los añejos pleitos mesoamericanos fueron usador por los españoles para tomar partido y con ello aliarse con uno de los combatientes garantizándoles ciertas concesiones y lograr una sumisión por medio del vasallaje sin gastar tantos recursos poniéndolos a pelear. El problema con el discurso del “indio conquistador” es la responsabilidad directa tanto de los caciques como de estos “reinos aliados” por mantener al indígena en una condición eterna minoría de edad y miseria, mientras las casas caciquiles seguían detentando riquezas y poder con la posibilidad de mandar a su descendencia a estudiar en las universidades o se casaban con españoles, sus pueblos no tenían la más mínima posibilidad de mejorar su condición más que el de abandonar sus comunidades para irse a trabajar a las haciendas o irse a las ciudades para ganar un poco más de dinero, una señal de este atraso la tenemos en el mantenimiento en algunas comunidades de la arquitectura del siglo XVI que al no tener los recursos de aquellos tiempos tenían que conformarse con mantener aquellos edificios sin meterles las innovaciones barrocas o neoclásicas.

El caso de los hispanófilos no es mejor que el del radicalismo americano, son iguales de románticos e idealistas que ellos manteniendo la idea de que los españoles vinieron a rescatar a los indígenas de ellos mismos para llevarles los beneficios de la civilización europea, según ellos las veintitantas universidades que fundaron  le otorgaron a todos los habitantes de los reinos de Indias el derecho a la educación donde México era el “centro del mundo” al convertirse en el “primer centro comercial mundial”. Así como los indigenistas omiten como hubo consenso entre las comunidades con los españoles, los hispanófilos ignoran como en su sistema de primera había dejado para el siglo XIX una población altamente analfabeta abarcando más del 90% de la población donde las universidades solo dejaban estudiar a los españoles, criollos y familias caciquiles aportando fuertes sumas de “propinas” para los maestros, mientras el resto tenia que conformarse con aprenderse el credo por parte de los religiosos y los muy afortunados pudiesen aprender a leer, escribir o ya de plano a hablar español (para la independencia solo lo hablaba el 40% y estaba restringido a los núcleos urbanos). Ya no digamos como los reinos de Indias vivían en un limbo político donde por un lado estaban a la disposición del rey, mientras en la realidad eran gobernados mediante un delicado sistema de privilegios y de derechos adquiridos que cuando se quiso reformar a la monarquía darían pie a los procesos independentistas, sin llegarse a conformar instituciones básicas como las cortes para darles representatividad a los diferentes sectores.

Es imperativo despojar a los discursos históricos de esta aura sentimentalista usada para mantener la unidad de las diferentes naciones, si en verdad aspiramos a usar los conocimientos del pasado para solucionar los problemas del presente es necesario sumergirse en todas las versiones para conocer a todos los actores de los hechos históricos, siempre con la regla de evitar involucrarse con cualquiera de ellos para evitar en lo posible los sesgos. Tenemos que entender que las sociedades americanas no se pueden entender sin el componente europeo, la fusión generada tanto de 300 años de dominio español más 200 años de globalización han generado culturas nuevas que no son ni indígenas ni europeas. No estamos en el contexto de las naciones asiáticas y africanas donde la colonización ha sido más superficial y han conservado buena parte de sus culturas autóctonas, una buena parte del legado cultural y cosmogónico de los indígenas se ha perdido para ser remplazada por conceptos occidentales, por lo que al no existir un referente de donde reconstruir a una “América precolombina” solo se crean expresiones sin valor real.

No podemos dejar de lado la importancia que tuvo la llegada de Colón a América, ya que la dinámica mundial cambiaria radicalmente con la aparición de este “nuevo mundo”, a pesar de lo que digan los negacionistas quienes siempre infravaloran este hecho al señalar la llegada de vikingos, chinos y cualquier otro pueblo (quienes ni divulgaron su llegada y menos sacaron alguna clase de provecho), pero tampoco podemos darle este toque festivo como el dado por España como el “día de la Hispanidad” dejando de lado todas las implicaciones negativas que represento la presencia española entre los indígenas. Algo muy común dentro de los grupos de izquierda tanto de España como de América es el de decir que valoran el legado cultural e intelectual español para separarlo de los conquistadores, pero ellos tampoco han dado opciones para homenajear a esta cultura alejada de las atrocidades colonialistas y que unen a todos los pueblos americanos. Creo que es necesario tanto crear una fecha conmemorativa para reconocer este legado, otro dedicado para nuestros pueblos indígenas y dejar por la paz a Colón cuya figura es incomprendida por ambos bandos ofreciéndonos una figura simplista que sirve para reivindicar los intereses de los grupos de poder de los diferentes países.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Imagen: Derribo de la estatua de Cristobal Colón en Barranquilla, Colombia, 12 de octubre del 2022. Fuente: https://www.dw.com/es/la-ca%C3%ADda-de-col%C3%B3n-de-los-pedestales/a-58254766

Editorial:  El movimiento descolonizador ¿Colonizado?

El activismo social de estos tiempos se ha caracterizado por tener como uno de sus principios la reivindicación de las culturas autóctonas del mundo y desdeñando los valores y aportes de la civilización occidental por su estela de violencia, discriminación y sometimiento que tuvieron que sufrir los ancestros de buena parte del mundo, por lo que uno de los alcances de algunos grupos radicales es la completa “descolonización” desterrando por completo todo rastro que represente al invasor. Pero muchas veces estas buenas intenciones carecen de una base documentada para poder solidificar esta postura y se cae en una especie de movimiento internacional donde se pretende generalizar todos aquellos acontecimientos en uno solo, sin un mayor análisis o diferencias que se dan debido a que cada uno tiene sus características propias, teniendo como consecuencia muchas de las deficiencias que ha tenido el movimiento “progre” o “woke” donde lejos de lograr este objetivo se toma una actitud similar a lo que acusan.

De entrada tengo que decir que estudiando la historia no solo de México sino de diferentes partes del mundo vamos a encontrar los mismos patrones conductuales, lo que llamamos la “condición humana” donde dependiendo de las circunstancias vamos a encontrar en diferentes pueblos tanto lo que consideramos virtudes como el arte, la fraternidad y sistemas para una convivencia armoniosa, pero al igual vamos a encontrar algunas otras que podemos considerar negativas como la violencia, la discriminación y fobias adquiridas a lo largo de su historia, de ahí podemos encontrar una infinidad de conflictos provocados a lo largo de la historia entre ellos con el afán del fuerte contra el mas débil. Occidente se ha conformado a base de estos conflictos entre sus pueblos y civilizaciones, ya sea entre las numerosas tribus celtas y germanas, la llegada de los griegos y fenicios por el mar Mediterráneo quienes establecieron colonias y con ellos serviría de incubadora para su primera potencia, Roma, la cual esparce los valores de la culturo grecorromana a lo largo de sus territorios conquistados que abarca buena parte de Europa, el Norte de África y el Levante.  Después de la caída del imperio romano en el siglo V, Europa atraviesa un proceso de conformación en diferentes reinos que se enfrentaron en diferentes guerras a lo largo de la Edad Media, todas ellas tuvieron como ideal el volver a recrear el imperio romano en ellos tanto en lo cultural como en su alcance del poder, seria hasta el siglo XV cuando Portugal alcanza la innovación náutica e inicia el imperialismo moderno con el establecimiento de factorías en África y en la India, seguido por España que tuvo la suerte de encontrarse un continente nuevo.

A partir de ahí los países del occidente europeo se convertirán en agentes activos en la historia mundial, iniciando desde comerciantes en lugares donde no era posible entablar un dominio directo como África y Asia, y por otro lado como en el contexto americano donde su aislamiento haría victimas a sus habitantes originarios  de las enfermedades que diezmaron a una gran parte de su población, propiciando una mayor entrada de la cultura occidental ante estos vacíos poblacionales, ya sea como los grandes movimientos migratorios propiciados por Inglaterra en la Costa Este o con el lento proceso de mestizaje cultural de los dominios españoles. El siglo XIX marco un nuevo preámbulo en el proceso del imperialismo europeo, los avances tecnológicos como producto de la revolución industrial dio lugar a una serie de innovaciones que fueron desde lo naval hasta el campo armamentístico, con ello potencias como Francia y la Gran Bretaña tendrían la forma de iniciar con fuerza procesos de colonización en África donde el clima y las enfermedades habían servido de barreras para la entrada de los europeos y en Asia, donde sus naciones como la India y China atravesaban por un proceso de decadencia. Todas las potencias europeas (y posteriormente EU y Japón) impondrían su cultura como la superior mientras a sus subordinados serian tratados como inferiores, por lo que de forma sínica justificaban la explotación como un pago por el favor realizado por “civilizarlos”.

Con la proliferación de estos valores occidentales por este proceso de globalización que fue el imperialismo hizo que cada vez surgieran más movimientos autonómicos donde intentaron obtener un trato digno por parte de las metrópolis, pero ante la negativa cegada por su soberbia provocaría que en sus momentos de debilidad aprovecharan para declarar su independencia, como las Trece Colonias con Inglaterra en el siglo XVIII, la América Española en la segunda década del siglo XIX y el contexto de la posguerra a mediados del siglo XX donde acabaron los imperios europeos. Una parte de este bagaje occidental es el fenómeno del nacionalismo surgido en el siglo XVIII donde se buscaba crear una identidad basada en un bagaje cultural en común compartido por determinados pueblos y un relato histórico que los une, esto mismo surgiría en las sociedades coloniales como los “americanos” de las Trece Colonias que se vieron diferenciados de los ingleses, los habitantes de los reinos de Indias que crearon el llamado “nacionalismo criollo” donde incluso llegaron a identificarse tanto con los conquistadores y los conquistados, ni que decir de los diferentes nacionalismos que vemos en los pueblos africanos y asiáticos en el siglo XX acompañado por una lucha contra el racismo sistémico.

Todos estos movimientos vamos a encontrar tanto puntos en común y otros donde no hay manera de empalmar, sin duda una de ellas es la apreciación hacia las diferentes culturas originarias donde se quieren equiparar en contraposición de los valores occidentales, proceso iniciado por el propio occidente por parte de los académicos quienes introdujeron los estudios antropológicos al nivel profesional, si bien empezaron desde un enfoque supremacista, conforme fueron avanzando en sus conclusiones han logrado sustentar teóricamente la importancia que tienen todas las culturas en el mundo. De forma independiente, los artistas quienes se vieron desplazados por la fotografía se vieron interesados por las diferentes expresiones autóctonas a lo largo del mundo, notaron como sus diferentes niveles de abstracción lograban transmitir diferentes mensajes y valores propios de sus culturas, por lo que a partir de finales del siglo XIX empiezan a transmitir sus percepciones de la realidad y con ello se cambia para siempre la idea del arte para dar paso a las expresiones propias y a la libre interpretación.

Donde surgen las diferencias es con un proceso que tratan de realizar y es la decantación de elementos occidentales con respecto a las culturas originarias, esto tiene que ver por ejemplo con el caso de Latinoamérica con respecto al resto del mundo. Como mencione anteriormente, la gran mortandad provocada por las enfermedades hizo posible que los elementos europeos pudiesen ocupar los lugares dejados por lo perdido, produciéndose la amalgama de la cultura occidental con la indígena más la influencia africana y asiática dio lugar a las actuales culturas americanas. En el caso de la América anglosajona, el proceso de mestizaje y reemplazo fue menor ya sea porque hubo mucho menos población indígena la cual termino diezmada por las enfermedades y los conflictos con los colonos, una mayor afluencia de migrantes con respecto a los españoles y por el resquemor de mezclarse con los nativos (aunque si hubo un mestizaje poco generalizado), lo que permitió que las tribus lograsen preservar un mayor bagaje original, aunque también pasaron por un proceso de asimilación durante el siglo XIX por parte del gobierno y las iglesias.

Con los casos de Asia y África, al formar parte de las redes de intercambio desde los inicios de los tiempos hicieron que con su encuentro con los europeos no supusiese la catástrofe demográfica de América (en el caso de Oceanía por su característica insular hizo que fuese similar), por lo que los europeos no podían llevar grandes contingente colonos a poblar aquellos territorios, sino que implementaron un sistema de control indirecto valiéndose de las autoridades locales con quienes entablaron una relación de complicidad (mismo proceso que el llevado por los españoles con sus aliados indígenas). También en estos continentes las potencias europeas intentaron llevar a cabo labores misioneras con tal de justificar su presencia con un falso humanitarismo para disfrazar la explotación, teniendo rechazo en el caso de los pueblos con religiones más estructuradas como las naciones musulmanas, los reinos hindúes o de influencia confuciana, pero con las religiones animistas hubo una mayor facilidad debido a su dispersión en cuanto a su dispersión y menor número de fieles, facilitando el arraigo del cristianismo en muchos pueblos africanos y en las islas de Oceanía. Estas características han permitido que se hayan preservado muchos más elementos originarios y que la influencia occidental sea en parte más superficial que en el caso americano, por lo que podrían reconstruir un renacimiento idílico lejos de la influencia occidental al querer reconstruir un proyecto nacionalista ideal, como lo han manifestado algunas naciones africanas o en el caso de las nuevas potencias como la India y China. 

El grado de alienación de las culturas indígenas americanas con la occidental varia en diferentes niveles, no se puede comparar las tribus del Amazonas quienes se han mantenido aislados hasta estos últimos tiempos a los pueblos indígenas de México y Perú que llevan 500 años de constante mezcla con la cultura europea, perdiéndose muchos patrones culturales propios para adoptar los de los recién llegados. Es ahí donde entra lo que Alfredo López Austin llamo el “núcleo duro” de las tradiciones, donde en los diferentes pueblos permanecen una serie de valores únicos que les dan su propia identidad, mientras se preserven da lo mismo que mantengan expresiones propias o adopten la de sus conquistadores, mientras se preserve y se mantenga esta estructura la cultura se mantiene sana y vigente dando manifestaciones sincréticas. Ejemplos a lo largo del mundo hay infinidad, como en el caso de los indígenas en México quienes usan elementos del catolicismo para ejecutar sus propias ceremonias, en muchos países de Europa y Medio Oriente sobreviven algunos cultos locales que rememoran la religiosidad del paganismo grecorromano, incluso el sufismo que es el lado místico del islam ha permitido la mezcolanza de diferentes tradiciones preislámicas creando diferentes maneras de interpretación del islam.

La superficialidad del activismo “descolonizador” lejos de acercarse a conocer las tradiciones o la historia de estos pueblos, se limitan a ofrecer un discurso victimista de reivindicación donde seleccionan lo que consideran “original” y tratan de desdeñar lo “impuesto”, provocando un efecto contrario al quitarle tanto la historicidad de las tradiciones y su función dentro de las sociedades originarias para apostar con una propuesta meramente estética y vacía, o incluso pretender agregar valores posmodernos como el ecologismo, el feminismo o la defensa de las minorías sexuales en una forma darle una base histórica. Por ejemplo podría mencionar al indigenismo americano el cual pretende crear un nuevo orden autóctono en sus respectivos países, una tradición que han adoptado los diferentes gobiernos americanos ha sido dentro de la parafernalia política el recibimiento del mandatario por parte de los pueblos del llamado ”bastón de mando” como un símbolo del otorgamiento de su confianza para gobernar y tratado como una costumbre prehispánica, cuando en realidad es una tradición virreinal y que deriva de las tradiciones medievales europeas. Ni que decir del ya muy manoseado Dia de Muertos donde ha quedado atrás el trasfondo católico con las referencias al culto a las almas del purgatorio para cambiarse por una propuesta folclórica, donde se dice solo tiene un origen indígena y se ha creado una imagen festiva muy estética, pero sin ninguna base y que solo sirve para entretener como es el caso de disfrazarse de esqueleto o el crear la imagen de un hipotético Mictlán que no tiene nada que ver ni con las descripciones históricas o la cosmogonía indígena.

Estoy de acuerdo con las intenciones de este activismo reivindicativo de los pueblos originarios, buena parte de la cultura occidental se ha impuesto por un proceso de globalización caracterizado por un desprecio hacia todo lo no europeo y tiene un trasfondo que recuerda este supremacismo, pero tampoco vale caer en este maniqueísmo donde califiquemos a todo lo europeo como negativo y exista la necesidad de desterrarlo, prácticamente estamos repitiendo los mismos patrones que sus antepasados practicaron con los nuestros. Considero necesario replantear esta relación para revertir la polarización que está ganando en todo el mundo, ganamos más teniendo de todo un poco de todos los pueblos del mundo que tener solamente “lo nuestro” para afrontar los nuevos retos del futuro, y donde ya es imposible revertir este proceso de globalización gracias a los avances de los medios de comunicación que nos permiten enterarnos de lo que ocurre en otros lugares, esto no implica vanagloriar el colonialismo y negar las atrocidades cometidas por este. Tenemos que aceptar tanto lo positivo como lo negativo de nuestras respectivas historias para aprender de ello y poder seguir avanzando, mientras represente una ayuda para nuestra vida cotidiana es mejor que rechazarlo por un orgullo patriotero irónicamente occidental.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Imagen: Jorge Gonzales Camarena. Presencia de America Latina, 1964-1965, Concepción, Chile.

Editorial: Las históricas disculpas a los indígenas canadienses.

Durante estas últimas décadas, en Canadá ha surgido un importante activismo por la reivindicación de los derechos de los grupos indígenas para poder tener las mismas oportunidades que los habitantes de origen anglosajón, francés y los demás grupos migrantes, pero sobre todo han revelado las escalofriantes acciones cometidas por el gobierno apoyado por la iglesia católica para asimilar a los indígenas en la sociedad canadiense mediante un verdadero genocidio cultural de su identidad, encerrando a los niños en internados para educarlos en el modo de vida occidental. Estas medidas resultaron un verdadero fracaso, sobre todo porque lejos de integrarlos provocaron que la gran mayoría de las personas egresadas de los internados salieran con serios problemas de identidad que los hicieron caer en adicciones que los sumergieron en la miseria, además se ha revelado la serie de abusos tanto psicológicos como sexuales a los que eran sometidos por parte de los sacerdotes y maestros de los internados que les dejaron serias secuelas en su personalidad, incluso se han llegado a encontrar en los terrenos de los internados entierros clandestinos de niños muertos por las duras condiciones en que vivían. Estas revelaciones tendrían como resultado una mayor indignación por parte de los activistas y ha provocado que los manifestantes se fueran a atacar a las iglesias quemándolas en forma de venganza, siendo necesario que el papa Francisco realizase una visita pastoral para ofrecer disculpas en nombre de la iglesia por las acciones de sus miembros y comprometerse a reparar el daño a las víctimas ¿Pero cómo inicio esto?

Norteamérica se caracteriza por tener climas fríos debido a sus cercanías con el Polo Norte, siendo sus principales ecosistemas tanto las tundras, los bosques templados y las praderas, estas condiciones hicieron que los primeros pobladores adoptasen como medio de vida la organización en sociedades nómadas, seminómadas o aldeanas en lugares que ofrecían oportunidad para desarrollar una agricultura limitada o una caza abundante, haciendo con ello que los territorios de Canadá, Alaska y una parte importante de Estados Unidos se mantuviese muy poco poblado. Los principales grupos indígenas que residen en Canadá tenemos a los inuit en el Círculo Polar Ártico, los atapascanos en el noroeste (los apaches y navajos pertenecen a esta familia), la Costa Noroeste del Pacifico sería un área cultural importante habitado por los haida y los tlingit principalmente, la familia salish en la Meseta de Columbia y la familia principal que se asienta en el resto del territorio oriental y baja hasta la costa este estadounidense serian los algonquinos. Todas estas familias lingüísticas se dividen entre diferentes grupos indígenas que tenían una relación muy compleja entre si de disputas e intercambios a lo largo de su historia, lamentablemente el conocimiento de este pasado se limita a las evidencias arqueológicas y a lo que queda de la tradición oral de las tribus que sobreviven al día de hoy.

Sería la isla de Terranova uno de los primeros lugares americanos a donde llegaron por primera vez los exploradores europeos, siendo los pioneros los vikingos quienes en sus rutas marítimas subieron por Islandia para de ahí llegan a Groenlandia y de ahí bajaron al territorio que nombraron como Vinland por el año 1000 y conducidos por Leif Eriksson, fundando unos cuantos asentamientos de los cuales se ha encontrado el conocido como L’ Anse aux Medaws. Como básicamente solo se trató de asentamientos de campesinos sin la presencia de ejércitos vikingos, los cuales estaban peleando a lo largo de Europa, la presencia vikinga solo se limitó a unos pocos años terminándose con el deterioro de las relaciones con los algonquinos y con el asesinato de los colonos, por lo que la única referencia existente sobre la llegada vikinga eran las sagas islandesas que tenían un acceso muy limitado. El recuerdo sobre Vinland quedaría en el olvido ya que nadie tuvo el interés por regresar a colonizar, pero seria hasta el siglo XIV cuando la industria ballenera empieza a ver la importancia de los mares del norte y los vascos serian los principales cazadores que llevarían la batuta de las rutas marinas, llegando tanto a Terranova como a la península de Labrador a inicios del siglo XVI, siendo oficialmente su descubridor el genovés Juan Caboto por parte de Inglaterra hacia 1497, hay especulaciones sobre si Cristóbal Colon pudiera haberse informado por parte de los balleneros vascos sobre la posibilidad de encontrar tierras al otro lado del Atlántico, pero de momento no hay ninguna prueba en concreto.

Durante las noticias del descubrimiento de América y posterior repartición de mundo entre España y Portugal con el Tratado de Tordesillas, la línea divisoria paso muy cerca de Terranova y con ello los portugueses hubieran tenido derecho de colonizar el norte, pero no fue así y la costa seria visitada constantemente por los marinos vascos, aunque nunca se asentaron o pretendieron colonizar aquellos territorios (aunque si surgió una lengua mestiza de vasco y algonquino que se extinguió por el siglo XVIII). Dado el fracaso español por someter a los pueblos de las riveras del Mississippi y la precaria situación de los asentamientos de La Florida, la costa este quedaría como un territorio relegado del interés español, pero los que si se interesaron a pesar de la falta de oro o de pueblos indígenas a los que se les pudiese cobrar tributo fueron los ingleses y franceses, siendo los últimos quienes tendrían una mayor presencia en el actual territorio canadiense gracias a la exploración de Jacques Cartier en 1534 en la búsqueda de la ruta norte hacia China y del mítico reino de gente rubia de Saguenay (posible recuerdo indígena de los asentamientos vikingos) y con ello dio lugar al establecimiento de relaciones con los indígenas de la zona, esto serviría de base para el establecimiento definitivo de los francés con Samuel de Champlain quien funda Quebec décadas después y explora de los Grandes Lagos, posteriormente la exploración de La Salle que baja de los Grandes Lagos por todo el rio Mississippi y la fundación en las orillas de la ciudad de Nueva Orleans termina por conformar el territorio de Nueva Francia, colonia que siempre tuvo el problema de no contar con el interés de los franceses para migrar allá.

A pesar de que el dominio francés era precario por su mínima presencia reducida a los puestos fundados, tendrían a su favor el trato cordial y la red de alianzas que tejió sobre diferentes tribus indígenas, lo que también le trajo la animadversión de otros por haber establecido relaciones con sus enemigos como fue el caso de los iroqueses quienes eran enemigos de los hurones, por lo que se formaría además una cadena de comercio donde el principal activo eran las pieles donde surge una clase de colonos dedicados a la caza y a las relaciones con los indígenas para comerciar conocidos como los coreaur de bois. Otra de las herramientas usadas por Francia para controlar aquellos territorios fue con el impulso de las misiones jesuitas, quienes durante los siglos XVI y el XVII tuvieron el apoyo de la corona para evangelizar y establecer reducciones, iniciativa que tendría éxito y logra mantener la coerción de las alianzas de los indígenas.

No solo los franceses se establecen en Canadá, sino que los ingleses también entran en el territorio pero de forma diferente, irónicamente fue gracias a dos coureaur de bois ignorados quienes le ofrecen un proyecto para establecer una compañía comercial al gobernador de Boston como inicia la presencia británica en la zona, fundándose la Hudson Bay Company en 1669 donde los ingleses pudieron acceder a las pieles canadienses a través del trueque con los indígenas en los territorios mas al noroeste de los franceses conocido como la Tierra de Rupert. La presencia inglesa fue visto como una amenaza por los franceses y empiezan a estallar una serie de conflictos donde las respectivas naciones indígenas aliadas peleaban sus batallas para ganar sus zonas de influencia, empezando por la llamada Guerra de los Castores en 1650 entre los hurones y los iroqueses, la expulsión de los comerciantes de la HBC por los franceses en  1686, la Guerra del Rey Guillermo a finales de siglo XVII, la Guerra de la Reina Ana en los primeros años del siglo XVIII donde los ingleses conquistan Acadia, la Guerra del rey Jorge en la década de los 40 donde Francia recupera algunos territorios y finalmente la Guerra franco-india de 1754 a 1763 la cual supuso el final de la presencia francesa en Norteamérica.

Este panorama se vería ensombrecido rápidamente con la independencia de las Trece Colonias para conformar los Estados Unidos, obligándose a dar hogar en territorio canadiense a los lealistas expulsados por los estadounidenses y a resolver a finales del siglo XVIII y principios del XIX la definición de la frontera, pero también trajo un cambio en la forma de hacer las cosas para evitar el mismo destino como la reforma de John George Lambton, duque de Durham, quien sentó las bases de la democracia y la autonomía canadiense. Es en el siglo XIX donde vamos a ver un punto y aparte en la forma de dominación británica, mientras en los siglos XVII y XVIII el control mantenido en ultramar era precario y dependiente de la iniciativa privada, con su ascenso como la potencia de ultramar gracias a la decadencia de España, la invasión napoleónica a Europa y el ascenso de la influencia en India como se logró sobreponer del descalabro de la independencia de EU, conjuntándose todo ello con el ascenso de la reina Victoria para conformar la época dorada del imperialismo británico en la llamada era victoriana. Esto traería consigo un discurso supremacista donde se hacía hincapié en la superioridad de la cultura occidental sobre el resto de los pueblos, por lo que el imperio se vio con el derecho de llevar la “luz de la civilización” sobre el resto de los pueblos que Vivian en el atraso, empezando una campaña evangelizadora por todos sus dominios y en territorios a conquistar como la África subsahariana, si bien las regiones musulmanas y en la India esta iniciativa cayo en el fracaso y tuvieron que aceptar gran parte de sus tradiciones, en lugares donde no había grandes estados como en Canadá, Australia y África serían las ideales para llevar acabo su proyecto redentor.

A partir de la década de los 40 del siglo XIX es cuando el gobierno canadiense empieza a ver como opción la asimilación de los pueblos indígenas al orden victoriano mediante la creación de escuelas donde se les enseñaría los conocimientos básico, pero seria hasta 1876 cuando se legisla la “Ley india” para definir la posición de los indígenas dentro de la nación, pero en los años posteriores el gobierno vería con buenos ojos el sistema de los orfanatos industriales implementados en EU bajo el sistema de la Carlisle Indian Industrial School donde se forzaba a las tribus a llevar a todos sus hijos para educarse. La filosofía de aquello colegios era “matar al indio para salvar al hombre”, implicando la desaparición de cualquier rastro que representase a las culturas nativas desde el idioma hasta sus tradiciones, siendo fundamental que los orfanatos se localizasen lo mas lejos de las comunidades para que los padres no los contaminasen y en colaboración con el gobierno trabajaron las iglesias, participando tanto la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Unida de Canadá (protestante) y los presbiterianos.

Se hizo obligatorio el llevar a los niños aquellos internados, haciendo que los agentes del gobierno llegasen a las comunidades a arrebatarlos de sus padres (algunas familias lograban esconderlos) para que residiesen de los 8 a los 15 años, la visita de las familias de los hijos estaba muy controlada y se les obligaba a hablar solamente en inglés, pero por lo regular los institutos ponían todas las trabas posibles por impedir un mayor contacto entre los niños con sus padres. Un grave problema fue el del financiamiento, provocando con ellos deficiencias tanto en lo educativo y sobre todo en la manutención de los niños, siendo común que estuvieran mal vestidos y mal alimentados, provocando que fueran muy susceptibles a las enfermedades y causando una gran mortandad que en estos años ha sido descubierta con las fosas comunes ocultas en las instalaciones. Según los testimonios de muchos de los sobrevivientes, indican que los métodos para educar a los niños eran brutales, recurriendo a la violencia para hacer que dejen de hablar sus respectivas lenguas e incurriendo a castigos humillantes, ni que decir los diferentes testimonios de abusos sexuales cometidos por los maestros y sacerdotes con los niños.

Este sistema seguiría en pie sin mucha resistencia hacia sus acciones, seria en las décadas de los 40 y 50 del siglo XX cuando se empiezan a conformar las organizaciones indígenas apoyados por académicos quienes señalaban las deficiencias de este sistema y las consecuencias de los egresados, por lo que el activismo indígena se fue haciendo cada vez mas virulento para obligar al gobierno a cerrar los internados. Conforme se iban dando a conocer los testimonios de los indígenas educados en ellas la presión sobre el gobierno se fue incrementando y a partir de la década de los 60 se empiezan a cerrarse poco a poco los 130 internados por donde pasaron cerca de 150,000 niños, llegándose a cerrar el ultimo hasta 1998. Los efectos son palpables en la imposibilidad por parte de los indígenas asimilados de reestablecer sus lazos con sus familias, sumado a la deplorable educación provocaron que buena parte de ellos tuviesen un futuro incierto condenándolos a la miseria, sumado a los traumas psicológicos por los abusos infringidos han hecho que muchos sean proclives a los vicios. Con el paso de las décadas, tanto las instituciones religiosas como el gobierno han ofrecido sus disculpas a las naciones originarias, de donde todavía quedan muchos sobrevivientes que sufren las consecuencias de aquella política, de ahí que el papa Francisco decidiese poner a la venta numerosas propiedades como la catedral de San Juan de Terranova y otras iglesias para pagarles sus indemnizaciones, si bien es imposible que con ello puedan reparar el daño propinado, ha tenido como resultado una mayor toma de conciencia hacia una relación más sana con los indígenas y con cualquier pueblo del mundo.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Imagen: Anónimo. Alumnos de la St. Paul Indian Industrial School, en Manitoba, 1901.