La confederación tlaxcalteca.

El pueblo tlaxcalteca comparte características con los mexicas, ya que además de pertenecer a la etnia náhuatl proceden del mismo lugar mitológico de Chicomoztoc, por lo que también presumirán como parte de su identidad cultural el ser descendientes de los chichimecas y a la par se asientan originalmente junto a los mexicas en la Cuenca de México, solo que ellos llegan por los rumbos de Texcoco a quienes les piden permiso de asentarse a sus gobernantes. Según las crónicas no eran vecinos cómodos por tener una actitud bravucona, por lo que los culhuas-mexicas entablaron batalla contra ellos en Poyauhtlan lo que hizo que su dios Camaxtli diera la orden de que siguiera la migración hacia el oriente, dividiéndose en tres grupos que se asientan respectivamente en Tulancingo, la Sierra de Puebla y Tepetlaoztóc, siendo esta última facción la que decidiera irse y que fundarían Tlaxcallan, asentándose definitivamente en una región con abundancia de barrancas al norte del valle Puebla-Tlaxcala donde se establecen en Tepetícpac Texcallan entre los años 1260 y 1280

Para el momento de la llegada de los tlaxcaltecas la región que conformaría el actual territorio estatal se encontraba en decadencia, la que fuese su capital regional, la ciudad-estado de Cacaxtla-Xochitécatl habitada por los olmecas-xicalancas  tenía al menos 300 años de haber sido abandonada al sucumbir a un alza de la actividad volcánica de Popocatépetl en los años 950, no ayudo en nada que fuese una de las principales ciudades rivales del valle Puebla-Tlaxcala que luchaba por el dominio regional de las rutas comerciales contra Cholula y Cantona. El primer gobernante tlaxcalteca seria Culhuatecuhtli Quanex, a quien le toca iniciar una serie de campañas que terminaron por desterrar a los olmecas-xicalancas y zacateuhcas de los terrenos de la actual Nativitas (donde se localiza Cacaxtla), siguiendo el conflicto por el predominio regional entablando la guerra contra Huejotzingo, pero a partir del siglo XV aparecerían en la escena los mexicas que irían rodeándolos haciendo que tanto otomíes, pinomes y xaltocanos se refugiaran en territorio tlaxcalteca conformando su defensa de primera línea.

A pesar de que se cuenta con una rica información de su historia escrita por los cronistas tlaxcaltecas del siglo XVI, no ha llegado a nosotros el nombre original con que se refería a su sistema de gobierno, lo que sabemos es que el territorio estaba dividido en cuatro señoríos: Tizatlán, Ocotelulco, Quiyahuiztlán y Tepetícpac, los cuales estaban regidos por un señor principal que era el tlatoani y que a su vez gobernaban sobre 140 a 220 comunidades llamadas teteuhctin cuyos líderes conocidos como tecuhtli conformaban un cuerpo similar a un senado que tomaba las principales decisiones del estado. Hay muchas contradicciones en las fuentes históricas tanto de españoles y de los tlaxcaltecas sobre su forma de gobierno, por lo que se tiene que tener cuidado al momento de dar una interpretación sobre si sistema político, esto no ha impedido que haya recibido la denominación de confederación o republica ya que no había un poder centralizado y para poder gobernar se tenía que llegar a un consenso tanto con los tlaxcaltecas dominantes junto con los otomíes y pinomes, que según las excavaciones arqueológicas las comunidades que llegaron a la categoría de señoríos debieron de haber sido entre 17 y 21.

A diferencia del sistema mexica, en el tlaxcalteca es el único en el que encontramos referencias de un sistema meritocrático en la que cualquier ciudadano podía acceder al cargo de tecuhtli y participar en las principales tomas de decisiones de la confederación, ya que en la Cuenca de México si bien los calpultin tomaban sus decisiones entre los miembros del barrio, estaban regidos por una clase gobernante con su respectiva casa dinástica, por lo que en el caso tlaxcalteca para conservar el título de tecuhtli tenía que dar constantemente resultados sobre sus gestiones para tener el derecho de fundar una casa noble con teccalli que estaba bajo el escrutinio público. A la muerte del tecuhtli, los líderes políticos se reunían para decidir quién ocuparía su lugar eligiendo entre los familiares de este el que tuviera más méritos para acceder al puesto, partiendo de la familia directa hasta irse con los parientes lejanos, sistema de los que fueron testigos los españoles con la elección del gobernante de Quiyahuiztlan que fueron contra la decisión del corregidor que tenía preferencias por el hijo menor del anterior tlatoani.

Una de las explicaciones para la existencia de este sistema “democrático” se encuentran en las mismas condiciones físicas del territorio, que si bien se caracteriza por tener terrenos fértiles su productividad estaba condicionada por los vaivenes climatológicos, problema que habían enfrentado las comunidades del Preclásico que eran continuamente abandonadas. El clima templado fue otra de las condicionantes al no poder recurrir al sistema de roza, tumba y quema al no regenerarse las con la misma velocidad que en lugares cálidos, por lo que tuvieron que hacer uso del sistema de terrazas para poder explotar al máximo la fertilidad de la tierra. Ecológicamente al momento de la conquista, la totalidad del territorio tlaxcalteca estaba modificado para la explotación agrícola, quedándose con los terrenos más fértiles la población náhuatl y dejando los más agrestes al norte para los otomíes, también animales como el venado cola blanca prácticamente estaba desaparecidos de la región por la demanda de su carne, por lo que debieron de usar como fuente de alimento a los perros, por lo que la sociedad tlaxcalteca era eminentemente rural sin la posibilidad de producir excedentes.

Todo esto hizo que Tlaxcala a la llegada de los españoles fuese un territorio con una alta densidad demográfica, pero muy empobrecida tanto por las condiciones del terreno como por bloqueo al que habían sido sometidos por los mexicas, demostrándose en las evidencias arqueológicas donde en poblaciones como Ocotelulco o Tepetícpac se han localizado elementos suntuarios propios de la nobleza mesoamericana mientras otros asentamientos mostraban elementos más precarios, aunque cabe decir que ningún asentamiento tlaxcalteca llegaría a la complejidad que si alcanzo Cacaxtla-Xochitécatl. No ayudaba en absoluto la mala fama que tenían los tlaxcaltecas de provocar pleitos para luego retirarse como paso con la ciudad mixteca de Coixtlahuaca ante la expedición mexica o la enemistad que tenía con Huejotzingo y Cholula, por lo que la alianza con los españoles fuera la decisión correcta que lograrían obtener un mejor estatus político y social en la sociedad virreinal y cuyos privilegios mantendrían hasta la independencia.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

Federico Flores Pérez

Bibliografía: Revista Arqueología Mexicana no. 139.

  • Aurelio López Corral, Lane F. Fargher y Ramon Santacruz Cano. La república de Tlaxcallan.
  • Aleksander Borejsza. Tlaxcala en la época prehispánica.

Imagen: Lienzo de Tlaxcala, Presentación a Cortes de los cuatro señores tlaxcaltecas en Hueyotlipan, Manuscrito de Chavero, siglo XIX

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