El embiste de Miramón sobre Veracruz y el tigre de Tacubaya

Ya una vez asumido en el cargo de presidente y de haber organizado al gobierno, Miguel Miramón concentra al ejército para iniciar la campaña para tomar Veracruz, asegurando las ciudades que por las que pasaba el camino hacia el puerto como Puebla, Orizaba y Córdoba del 17 de febrero al 7 de marzo. Paso por contratiempos en el paso hacia la costa al tener que atravesar sobre la barranca del rio Jamapa, Chiquihuite, Matlaluca, Atoyac, Paso Ancho, Tres Encinos y Camarón, pasando a apoderarse del pueblo de La Soledad para el día 12, llegando a tan solo 40 kilómetros de Veracruz. Los liberales libraron desesperados movimientos para retrasar en lo posible la llegada de las tropas de Miramón, volando los puentes de Atoyac y Chiquihuite e implementando una política de tierra quemada con la destrucción de cultivos, pueblos y ranchos con tal de dejarlos sin recursos para abastecerse.

Para el 16 de marzo llega a La Tejeria y al día siguiente llega a Medellín para establecer su cuartel general, iniciando la maniobra de establecer el sitio al puerto mandando a sus generales a la toma de Alvarado, Casa Mata y el médano de El Perro, iniciando el sitio del 17 al 30 de marzo donde se somete a la ciudad a un intenso bombardeo que con el tiempo resulta mortal. Mientras Benito Juárez y su gabinete estaban atrincherados en la fortaleza de San Juan de Ulúa, los conservadores se mantenían optimistas ante la eventual caída del puerto, pero como contragolpe Juárez manda a Santos Degollado a atacar a la Ciudad de México en un intento de desviar las tropas de Miramón, tomando Tacubaya, Chapultepec y entrando a la ciudad el día 22 después de cortar el suministro de agua.

La falta de provisiones, los efectos de las condiciones climáticas sobre la tropa y el agotamiento de los recursos hizo que Miramón viera inútil mantener el sitio, por lo que muy a su pesar tuvo que pasar a retirarse. Mientras Santos Degollado pasa a ir debilitando las fuerzas conservadoras dentro del Valle de México, aunque con resultados adversos como su derrota en San Cosme, pero a pesar de los malos resultados Degollado tenía presente que sus movimientos solo eran una distracción para obligar a Miramón a levantar el sitio. Esto provoco que la capital fuese socorrida por otros generales conservadores como el caso de Tomas Mejía que le propina una dura derrota a Ignacio Zaragoza en la batalla de Calamanda y Leonardo Márquez deja su posición en Guadalajara para desencadenar una campaña donde se hizo tristemente célebre por su crueldad.

Marques tenía en su haber el entrar al ejército como cadete en Nuevo León desde los 10 años en 1830, siendo mandado a diferentes campañas en Chiapas y Querétaro, también le tocaría participar en la campaña de Texas donde fue hecho prisionero y le toca enfrentar a la revolución federalista de José Urrea y José Antonio Mejía en 1839. También participa en la defensa de la invasión estadounidense luchando desde La Angostura hasta Chapultepec, haciendo que se ganase el rango de coronel y convirtiéndose en un ferviente seguidor de Antonio López de Santa Anna. Esto hizo que luchara fervientemente en la defensa de su régimen contra la revolución de Ayutla, así como participo en las campañas iniciales de Miramón en Puebla, al que siempre vio con envidia por su ascenso a general de división por la batalla de Ahualulco a la que siempre se atribuyó el éxito de su resultado.

Desde el inicio de la guerra, Marques mostro una postura intransigente contra los liberales, viendo como única solución para combatir la “demagogia” el aplicarles medidas de exterminio, dando órdenes que iban desde la quema de pueblos a los que sabía que habían mostrado alguna clase de apoyo a los liberales o de ejecutar en un plazo de 24 horas a todo aquel liberal que cayera en sus manos. Estas mismas medidas fueron ocupadas en la campaña para librar a la Ciudad de México de las fuerzas de Santos Degollado, a quien logra expulsar de la ciudad y pasa a la persecución asentándose en San Cosme para proceder a combatirlo en Tacubaya el 10 de abril junto con el apoyo de Tomas Mejía, batalla que resultaría cruenta y que hizo que Degollado se retirara a Chapultepec cuando hicieron volar su base en el Arzobispado, prosiguiendo un terrible baño de sangre en que procede a asesinar tanto a los liberales heridos como a los doctores y enfermeros que asistían a los caídos lo que le valió ganarse el triste mote de el “Tigre de Tacubaya”.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura

Federico Flores Pérez

Bibliografía: Will Fowler, La Guerra de Tres Años, el conflicto del que nació el estado laico, 1857-1861

Imagen: H. Iriarte y S. Hernández. Los mártires de Tacubaya. 1870.

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